Pianista La Asociación de Pianistas de Panamá y la familia Saint Malo Orillac la distinguirán el 30 de junio en el Ateneo de la Ciudad del saber
Homenaje a Carmen Linares
- Rosalina Orocú Mojica ([email protected])
Se describió así: “Sencilla, simple, ninguna gran cosa, común y corriente”. La modestia y sencillez de doña Carmen Linares impresionan. La mayor parte de la hora y media que conversamos en su residencia el domingo pasado la dedicó a exaltar a sus profesores




Se describió así: “Sencilla, simple, ninguna gran cosa, común y corriente”. La modestia y sencillez de doña Carmen Linares impresionan. La mayor parte de la hora y media que conversamos en su residencia el domingo pasado la dedicó a exaltar a sus profesores
Se describió así: “Sencilla, simple, ninguna gran cosa, común y corriente”. La modestia y sencillez de doña Carmen Linares impresionan. La mayor parte de la hora y media que conversamos en su residencia el domingo pasado la dedicó a exaltar a sus profesores, estudiantes y a otros pianistas tanto locales (Jaime y Nelly Ingram) como del exterior.
Mucho de lo que compartimos con ustedes aquí respecto de los méritos de ella es porque nos lo dijo la profesora y también afamada pianista panameña Margarita de Troetsch, presidenta de la Asociación de Pianistas de Panamá.
De tanto en tanto la interrumpía y le decía palabras menos, palabras más, hable de esto, no ha dicho nada acerca de su labor como voluntaria en ONG. Y como niña cogida en trampa, la Sra. Carmen se reía y no le quedaba otra que hablar del asunto, pero, bien rápido, volvía a hacer tema central de la tertulia a otros. Con entusiasmo dijo reiteradas veces lo placentero que fue tener como estudiante de piano a Patricia Elena Vlieg.
“Enseñarle fue para mí la escuela. Ella tiene un inmenso talento. Enseñarle a ella fue para mí un deleite. Al concluir yo quedaba espiritualmente llena”, dijo, y entonces rememoró algunas vivencias de cuando empezó a dictarle clases a la exitosa y polifacética artista invidente y a su hermana Ana Lucía. Sobre esta última, recordó, que es pianista, cantante y poetisa, “me contó su madre que a los cuatro años recitó su primera poesía”.
También se refirió a otros virtuosos que fueron sus pupilos. Andrés, Carrizo, Julieta Roy y Elisa Troetsch, entre otros.
Celebra la distinción a Maritza Kitras. Afirmó: “Es una excelente pianista que ha tocado piano todos los días de su vida y cuando empezó fue también alumna de María Alcové, en Panamá. Estudió piano y se graduó en Grecia”.
En cuanto a la labor social de la Sra. Linares, es miembro de un grupo que organiza en el Club Unión hace 14 años el Encuentro con la Música para motivar a jóvenes músicos, apoya la Cena de Pan y Vino, trabaja en la Asociación de Damas Voluntarias de la Virgen de la Medalla Milagrosa, cuya labor en pro de los niños de El Chorrillo es plausible, pertenece al Club de Negocios de Mujeres y Profesionales de Panamá y al Club de Mujeres Contadoras de Panamá.
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