Obsesión por el sol
- María Elizabeth Morales
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- @moralesmarieliz
¿Se puede ser adicto al sol? La obsesión por estar bronceado tiene su nombre: tanorexia, que provoca que la persona afectada se exponga de manera ...

Obsesión por el sol
¿Se puede ser adicto al sol? La obsesión por estar bronceado tiene su nombre: tanorexia, que provoca que la persona afectada se exponga de manera compulsiva y enfermiza al sol o a los rayos UVA, a pesar de conocer los daños que puede provocar para su salud. De hecho, está considerada como un tipo de trastorno psicológico.
La dermatóloga María Isabel Romero, del Hospital Punta Pacífica, destacó que la tanorexia convierte a la práctica de tomar sol en un hábito nocivo entre los adictos a estar bronceado, ya que la piel no se ve favorecida, sino perjudicada. "El problema es que las personas tienen una obstinación por el bronceado y nunca están contentas con su color de piel. Estos perciben tener un moreno inferior al que realmente tienen. Siempre se ven pálidos y reducen los cuidados a la hora de tomar sol".
El planteamiento de Romero coincide con el Isis Velarde, dermatóloga de la Clínica Dermoestética Dra. Carmen Amanda Pinzón. Velarde destaca que "la adicción al sol o la radiación ultravioleta en cabinas lleva a las personas a quemarse o broncearse mucho más de lo normal. Quienes la padecen tienen una percepción distorsionada de su propia imagen. Esto puede tener graves consecuencias para la salud si no se trata a tiempo".
Lo cierto es que se trata de un trastorno que afecta a mujeres y a hombres por igual. Es más frecuente en la población entre los 25 y los 40 años. Aunque también se han visto casos de jóvenes de 15 años.
Ahora bien, ¿cómo diferenciar a quien gusta de estar bronceado de quien padece tanorexia?
La doctora Isis Velarde explica que cuando una persona tiene tanorexia luce una piel bronceada tirando a quemada, la dermis estará más arrugada, por lo que se ve extremadamente envejecida para su edad.
Consecuencias
A menudo nos parece normal que la gente en la playa esté permanentemente bajo el sol, pero es bueno conocer que esto también puede desencadenar una obsesión. Como cualquier otra adicción, la tanorexia no solo causa problemas psicológicos, sino provoca problemas de salud y especialmente en la piel, como el envejecimiento precoz, problemas en la vista, la aparición de melanomas y cáncer de piel. Otras de las consecuencias es padecer de dismorfofobia, pueden presentar pérdida de apetito, ansiedad y depresión.
Ambas especialistas de la piel expresan que en Panamá hay muy pocos casos de personas con este trastorno. "Las personas que sufren de tanorexia generalmente se ven en países europeos o en Estados Unidos, que son personas que no tienen verano todo el año, es decir, que cuando viene el verano toman sol excesivo", describe Velarde.
Contraposición
Mientras, la tanorexia se asocia con una obsesión enfermiza por tomar el sol, en la tanofobia, encontramos el temor a exponerse a él, por lo que la persona que la padece se protege del sol por todos los medios posibles. No obstante, así como la tanorexia tiene sus consecuencias negativas, también las tiene la tanofobia. Estas principalmente radican en la falta de vitamina D, pues nuestro organismo requiere del sol para generar dicha vitamina. "En estos casos no le va a pasar gran cosa en su salud. Yo prefiero que las personas sufran de tanofobia que tanorexia, ya que las consecuencias son menos", puntualiza la experta Romero.
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