Skip to main content
Trending
OpiniónTrazo del DíaSporting es eliminado en el último minuto por XelajúMiguel Ordóñez, Omar Tejeira y Raúl Carbonell van al Campeonato Mundial Amateur de Golf por Equipos en SingapurKate Winslet, la actriz auténtica que no se conformó
Trending
OpiniónTrazo del DíaSporting es eliminado en el último minuto por XelajúMiguel Ordóñez, Omar Tejeira y Raúl Carbonell van al Campeonato Mundial Amateur de Golf por Equipos en SingapurKate Winslet, la actriz auténtica que no se conformó
  • Actualidad
    • Política
    • Sociedad
    • Judicial
    • Provincias
    • Mundo
    • Aldea Global
    • Sucesos
  • Opinión
    • Columnistas
    • Confabulario
    • El Pulso
    • Trazo del día
    • Doña Perla
  • Economía
  • Variedades
  • Deportes
  • Tecnología
  • Multimedia
    • Videos
  • Especiales
  • e-PAPER
  • Contenido Premium
  • Recetas
  • Cine
Panamá América Panamá América
Inicio

Mundo / Como un yunque en el pecho: así se siente cuando tienes COVID-19

1
Panamá América Panamá América Viernes 03 de Octubre de 2025
  • Secciones
  • Actualidad
  • Opinión
  • Economìa
  • Variedades
  • Deportes
  • Tecnología
  • Multimedia
  • videos
  • premium
  • e-papper
  • mis noticias
  • x
  • Mi cuenta
  • Mi perfil
  • Mis Noticias
  • Prémiate
  • Mis boletines
  • Seguridad
  • x
  • Notificaciones
  • videos
  • premium
  • e-papper
  • mis noticias
Coronavirus / COVID-19 / NYT Edición en Español

Como un yunque en el pecho: así se siente cuando tienes COVID-19

Actualizado 2020/05/19 11:48:48
  • The New York Times

Testimonios de personas que describieron en términos vívidos cómo fue soportar esta enfermedad aterradora y desorientadora.

  Fotos/The New York Times: Edición Español

Fotos/The New York Times: Edición Español

Noticias Relacionadas

  • 1

    Se aprovechan de la pandemia para acumular más poder

  • 2

    No deje que el miedo al COVID-19 se convierta en estigma

  • 3

    Cómo manejar su estrés cuando el cielo se está cayendo

Hay una lista clínica de síntomas de la COVID-19 que incluye tos seca, fiebre y falta de aliento. Y luego está cómo realmente se siente. Es como una larga resaca. Un yunque sobre tu pecho. Es como estar en una pelea contra Mike Tyson.

Más de un millón de personas en Estados Unidos se han convertido en anfitriones involuntarios del coronavirus. Hablamos con algunos que se enfermaron —en muchos casos de gravedad— y ya se han recuperado. Ellos describieron en términos vívidos cómo fue soportar esta enfermedad aterradora y desorientadora.

Aaron M. Kinchen

Kinchen, de 39 años, es estilista en producciones de películas en Jersey City.

Me desperté con un dolor de cabeza que estaba entre los cinco peores de mi vida, como si alguien dentro de mi cabeza estuviera tratando de sacarme los ojos. Tuve fiebre de 38 grados Centígrados.

LEA TAMBIÉN: El arte llena el vacío de muchas personas en la cuarentena

La fiebre pasó, y luego tuve náuseas y un sabor metálico en la boca. Tenía hambre, y luego el sabor de la comida no era apetitoso. Puse algunas cebollas en la olla instantánea para saltear. Puse mi cara en la olla, pero no podía oler las cebollas. Me chorreaba la nariz, eso duró un par de días.

Mi pareja tenía tos y dificultad para respirar. Yo simplemente comenzaba a sollozar. Estaba totalmente asustado. Nos tomaron, juntos, la prueba con hisopos nasales, y se sintió como si sacaran un pedazo de nuestro cerebro.

Mi pareja obtuvo su resultado en 10 días. Yo recibí el mío en 22.

LaToya Henry

Henry, de 43 años, es dueña de una firma de relaciones públicas en Lathrup Village, Michigan.

Suscríbete al newsletter #AlDíaConPanamáAmérica

Las noticias que importan directo a tu inbox

Sucedió tan rápido. El lunes estoy en el estacionamiento de la oficina de mi alergólogo con un dolor de espalda y una tos que pensé que era una infección sinusal. El sábado, estoy en una ambulancia que se dirigía a emergencias.

Tres días después, los doctores me indujeron el coma y me pusieron en un ventilador. Estuve dos semanas en el hospital.

Todo me dolía. Nada en mi cuerpo parecía funcionar. Me sentí tan golpeada, como si hubiera estado en un ring de boxeo con Mike Tyson. Tuve fiebre y escalofríos: en un minuto mis dientes castañeaban y al siguiente minuto sudaba como si estuviera en un sauna.

INTERESANTE: ¿Cómo celebran el Ramadán en tiempos de cuarentena?

Y esa tos pesada y ronca, Dios mío. La tos sacudía todo mi cuerpo. ¿Sabes cómo se oye un carro cuando el motor está chisporroteando? Así es como sonaba.

Mi hermana me decía que luchara. Todo lo que pude hacer fue orar, porque mi cuerpo estaba acabado.

David Hammer

Hammer, de 45 años, es reportero de investigación en Nueva Orleans.

El día 10 me desperté a las 2:30 a.m. sosteniendo una almohada contra mi pecho. Sentí que había un yunque sobre el pecho. No un dolor, ningún tipo de punzada: solo muy pesado.

Cuando le dije a mi esposa que tenía esta terrible presión en mi pecho, ella me dijo: “siéntate”. Me hizo un té, y me dijo que tosiera.

Nunca antes había tenido un ataque de pánico, pero jamás había sentido algo así. Comencé a sentir hormigueo en dedos y extremidades, y comencé a pensar, “esto es un ataque cardíaco”.

Lo que estaba experimentando no era una dificultad extrema para respirar, era pánico sobre si tenía una dificultad extrema para respirar.

Lo que hace a esto tan aterrador es que no es lineal, y la recuperación no es lineal.

Ruth Backlund

Backlund, de 72 años, es una profesora de francés jubilada en Anacortes, Washington.

Estás tan paranoico porque aparecen todos estos síntomas extraños de los que nunca has leído. Hay una gama tan amplia de síntomas que simplemente esperas a que pase lo peor. Siempre te preguntas, “¿Este es el virus?”.

LEA: Empeora la escasez alimentaria global a causa de la pandemia

Una de mis amigas comenzó a mejorar y al final murió. Varias personas empezaron a sentirse mejor, y luego empeoraron. Entonces, nunca tienes mucha confianza. Durante al menos un par de semanas, simplemente no confías, porque podría salir mal.

No quiero volver a tener esto nunca más. Es una sensación bastante horrible. Es tan rara la forma en que juras que está mutando en tu cuerpo cada día, intentando algo más.

Mark Backlund

Backlund, de 73 años, es psiquiatra en Anacortes, Washington.

Fue una pérdida de toda la energía y el empuje. No había superficie horizontal en mi casa sobre la que no quisiera acostarme todo el día.

No quería hacer nada. Y mi cerebro no funcionaba muy bien. Lo llamaba “el coronaniebla”.

El L.A. Times envió un reportero y un fotógrafo a nuestra casa y tomó una fotografía de mi esposa al piano y yo con ella, cantando. Y miré la fotografía al día siguiente, y me veía como Skeletor.

La miré y pensé, “tengo que empezar a tomarme esto en serio”. Tuve que abofetearme en la cara y decir: “Tienes que comenzar a comer, y tienes que empezar a beber”.

Jared Miller

Miller, de 27 años, vive en Brooklyn y es gerente general de una plataforma de entrega de alimentos.

Se sintió como una resaca muy larga. Si olía algo, sentía náuseas. La debilidad general que siente tu cuerpo, pero más severa.

Fueron escalofríos en un nivel que nunca había experimentado. Temblor intenso. Era muy difícil moverse. Tenía dolores corporales realmente intensos. Me sentí como si estuviera en una pelea de UFC, todo golpeado.

ADEMÁS: ¿Cómo adaptarse a un mundo poscoronavirus?

Hacer otra cosa que no fuera acostarme en la cama y dormir fue difícil. Tenía que estar en la posición correcta para que el pecho no doliera. O estar en una determinada posición para ser capaz de respirar profunda y cómodamente.

Está como en el fondo de tu pecho. Lo sientes. Definitivamente hay algo dentro de mí, y definitivamente estoy infectado con algo.

Clement Chow

Chow, de 38 años, es profesor asistente de genética humana en Salt Lake City.

Caminar me hacía perder el aliento. Solo estaba jadeando. Se sentía como si me ahogara.

Estuve en la unidad de cuidados intensivos durante toda mi estadía en el hospital: cinco días. La parte más aterradora era estar solo. Mi esposa me dejó en la sala de emergencias y le pidieron que se fuera. No la volví a ver a ella, ni a mis hijos, hasta que me dieron de alta.

Mientras estuve en la unidad de cuidados intensivos, pasé noches en vela pensando si iba a morir. La primera noche me dijeron que quizás tendrían que intubarme, y me pasé toda esa noche preguntándome si volvería a ver a mi familia alguna vez.

El dolor físico fue manejado con medicamentos y oxígeno. Pero la soledad era real. El equipo del hospital también llevaba equipos de protección, entonces las interacciones fueron muy impersonales. Aún no sé cómo luce nadie del personal.

Conté con un personal estupendo. Son maravillosos. Simplemente no me había dado cuenta de que mirar los rostros de las personas era tan importante para sentirse seguro.

Lauren Taylor

Taylor, de 71 años, es trabajadora social geriátrica en Nueva York.

Tenía el pecho oprimido, tenía fiebre, mi apetito estaba desapareciendo y tenía problemas digestivos. Perdí tres kilos. Llamé a mi doctora, y dijo que necesitaba ir al hospital.

MÁS: Amantes octogenarios mantienen vivo el romance, pese a la cuarentena

Me pusieron en una sala de aislamiento, tomaron mis signos vitales, me hicieron la prueba con hisopos y una radiografía de tórax. Volvió mostrando una neumonía multifocal. Un doctor de emergencias me dijo: “Aún puedes respirar por tu cuenta. Es mejor que te vayas a casa. Si algo cambia, avísame, pero estamos a punto de quedarnos sin equipamiento en seis días”.

Mi fiebre terminó dos semanas después de la visita a la sala de emergencia. Hubo un par de días en que pensé, “no lo voy a lograr: esto se está apoderando de mi cuerpo”.

Estoy en el comienzo de una recuperación muy larga. Ayer por la mañana desperté sintiendo que tenía dificultades para respirar. El doctor dijo que fue un susto, no una recaída.

David Lat

Lat, de 44 años, es periodista de asuntos legales y reclutador en Nueva York.

Apenas podía caminar o incluso pararme, quizás por no recibir suficiente oxígeno. Pero, afortunadamente, tuve la fuerza suficiente para llegar a la sala de emergencias más cercana, que era donde debía estar.

La intubación en sí misma pareció una escena de ER o Chicago Hope, una de intensidad controlada. Dormí conectado al ventilador los siguientes seis días, más o menos. Más tarde, me dijeron que me había despertado varias veces, algunas veces para tratar de remover el tubo de respiración o para escribir preguntas. Pero yo no me acuerdo de nada de esto.

Cuando desperté, me sentí como Rip Van Winkle. Era como si esos seis días no hubieran pasado. En mi primera conversación con mi esposo después de que me extubaran, volví al mismo tema que habíamos estado discutiendo antes de que me intubaran: si podía traer una mochila con ropa y libros al hospital.

Kadambari Wade

Wade, de 44 años, vive en Chandler, Arizona, y trabaja en una empresa de seguridad y vigilancia.

Nunca me he sentido más extraña. Mi cuerpo se sentía como si no me perteneciera. Tenía un dolor de espalda enloquecedor. A veces sentía que no podía mover mis hombros.

Tuve una tos cruda y seca, y las fiebres se dispararon en la noche. Tengo una cicatriz de cesárea de hace diez años que me volvió a doler porque estaba tosiendo mucho.

Todo lo que hice me dejó sintiéndome sin aliento, y el simple acto de levantarme y tomar una ducha era agotador.

No tenía apetito. Tuve que obligarme a comer. Perdí cuatro kilos.

La única cosa que puedo decirle a cualquier otra persona, especialmente a quienes no saben lo que tienen y se lo preguntan, es: “Si puedes levantarte y caminar un poco, camina dos pasos más. Simplemente haz lo que puedas para seguir moviéndote”.

Thoka Maer

Maer, de 35 años, ilustró esta pieza y vive en Nueva York.

TAMBIÉN: Alcaldes italianos se disfrazan para verificar que todos sigan las medidas de cuarentena

No es como un resfriado común, donde sientes dolor de garganta y resfriado. Simplemente se va directo a tus pulmones, y sientes que los otros síntomas salen de ahí.

Mi dolor de estómago era tan fuerte, que sentí que tenía apendicitis. También tuve una tos fuerte, falta de aliento y sensación de pesadez en mis pulmones. Dormía 19 horas al día, y aún así sentía no que era lo suficiente.

Cuando comencé a recuperarme, perdí mi sentido del olfato y del gusto. Pasó en un día.

Todo el proceso de recuperación es dos pasos adelante, uno hacia atrás. Sigues preguntándote todo el tiempo: “¿Ya está?”.

Cuando acabó, me desperté sintiendo como si me hubiera desprendido de un peso. Se siente como si tuviera una tarjeta para salir de la cárcel ahora que puedo moverme afuera un poco más libremente.

Artículo de The New York Times: Edición Español
Google noticias Panamá América

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.

Clasiguía
Clasiguía

Contenido Patrocinado

IFX suma kilómetros solidarios en la Carrera por la Vida de FANLYC

IFX asegura la continuidad de negocio en Panamá con soluciones de Disaster Recovery y alta disponibilidad

IFX refuerza la protección digital de las empresas en Panamá con SOCaaS y servicios de ciberseguridad avanzada

El Galaxy Z Fold7 se luce en condiciones de poca luz.

Galaxy Z Fold7 revoluciona la fotografía móvil con 200 MP, inteligencia artificial avanzada y diseño plegable

El auto como capital: El auge de los préstamos con garantía vehicular que abre una nueva vía de financiamiento en Panamá

Últimas noticias

Opinión

Trazo del Día

Ramsés Shadith de León del Sporting (der.) disputa el balón contra un juugador de Xelajú. Foto: EFE

Sporting es eliminado en el último minuto por Xelajú

 Omar Tejeira, Miguel Ordóñez y  Raúl Carbonell. Foto: Cortesía

Miguel Ordóñez, Omar Tejeira y Raúl Carbonell van al Campeonato Mundial Amateur de Golf por Equipos en Singapur

Kate Winslet cumple 50 años el 5 de octubre. Foto: EFE / EPA / Tolga Akmen

Kate Winslet, la actriz auténtica que no se conformó

Lo más visto

confabulario

Confabulario

Se estima que los corredores generan 150 millones de dólares anuales.  Foto: Cortesía

Prohijan proyecto que disminuiría la tarifa de cobro en los corredores

José Raúl Mulino, presidente de Panamá. Foto: Cortesía

Mulino: 'No vamos a mandar soldados a morir a Haití'

Comisión de Educación, Cultura y Deportes. Foto: Cortesía

Avanza proyecto de ley: ¿Debe limitarse el uso de celulares en las aulas?

Gabinete social. Foto: Cortesía

Gobierno buscará acercamientos con las comunidades donde pasará la línea de interconexión eléctrica

Columnas

Confabulario
Confabulario

Confabulario

Doña Perla
Doña Perla

La columna de Doña Perla

El Pulso

El Pulso

Trazo del día
Trazo del Día

Trazo del Día

Newsletter



Panamá América
  • Siguenos en:
  • videos
  • premium
  • e-papper
  • mis noticias
Buscar
Mapa del sitio
Clasificados
Publicidad
Grupo EPASA
Crítica
Día a Día
Mujer
Cine
Recetas
Impresos

Miembro de:

Miembro del PAL
Sociedad de prensa
Grupo EPASA

Todos los derechos reservados Editora Panamá América S.A. - Ciudad de Panamá - Panamá 2025.

Prohibida su reproducción total o parcial, sin autorización escrita de su titular.

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información "aquí".