Entre velas, agua, tierra, aire y fuego nace una bruja
Publicado 2007/03/06 00:00:00
Se necesitan doscientas velas y la presencia de los cuatro elementos, tierra, agua, aire y fuego, para que nazca una bruja en el estado mexicano de Veracruz, en un rito ancestral que se cumple el primer viernes de marzo.
Esa noche se reunieron todos esos factores para que el Brujo Mayor, Antonio Vázquez, iniciara en las artes de la magia a una mujer que ahora llevará el nombre espiritual de "Iae".
El escenario fue el Salto de Eyiplanta, "el lugar de las siete cascadas de agua", una zona selvática de Veracruz.
Soplaba viento del norte; había fuego en los cirios encendidos y colocados en forma de flecha; luz de luna casi llena, tierra selvática al otro lado del río y, por supuesto, mucha agua cayendo con fuerza por la cascada.
Por eso el Brujo Mayor decidió que el agua sería el elemento mágico que regiría la vida de la nueva bruja, "Iae", e invocó a la diosa del agua prehispánica Chalchihuitlicue "para que la aspirante pueda conectarse con el agua y recibir toda su energía".
"Hoy es el día de Quetzalcoatl (Dios azteca) porque hoy nace un nuevo ser, una bruja, alguien dedicada a la magia, al servicio de los demás, para curar el dolor y la angustia", recitó el Brujo Mayor con las manos impuestas sobre la cabeza de la novata.
El "maestro", como lo llaman sus seguidores, insistió en entrevista con Efe en que "siempre existe vocación de ayudar porque ser brujo implica conocer las hierbas para curar, tener la capacidad de aconsejar y de usar la energía propia para curar las almas".
La magia, añadió, "es el manejo de la energía" que data en México de tiempos previos a la conquista española "que supuso un aplastamiento de la cultura".
"Siempre ha habido hamatinis, hombres sabios que en su comunidad ejercían de sacerdotes, médicos, consejeros.. y que no quisieron convertirse al catolicismo. Los españoles consideraron que eran servidores del Diablo y tuvieron que huir y ejercer como curanderos en la clandestinidad", explicó Vázquez. Esta energía que los brujos utilizan para curar la toman del Universo cada año en una ceremonia que se celebra en la medianoche del primer viernes de marzo.
"Es como si llenáramos el depósito de gasolina para la andadura de todo el año", afirmó Hugo, un arquitecto que dejó su profesión para convertirse en el chamán "Mauako" de Tuxtla Gutiérrez (capital del sureño estado de Chiapas).
Tuxtlas, es el centro de la tradición ancestral de la brujería.
Esa noche se reunieron todos esos factores para que el Brujo Mayor, Antonio Vázquez, iniciara en las artes de la magia a una mujer que ahora llevará el nombre espiritual de "Iae".
El escenario fue el Salto de Eyiplanta, "el lugar de las siete cascadas de agua", una zona selvática de Veracruz.
Soplaba viento del norte; había fuego en los cirios encendidos y colocados en forma de flecha; luz de luna casi llena, tierra selvática al otro lado del río y, por supuesto, mucha agua cayendo con fuerza por la cascada.
Por eso el Brujo Mayor decidió que el agua sería el elemento mágico que regiría la vida de la nueva bruja, "Iae", e invocó a la diosa del agua prehispánica Chalchihuitlicue "para que la aspirante pueda conectarse con el agua y recibir toda su energía".
"Hoy es el día de Quetzalcoatl (Dios azteca) porque hoy nace un nuevo ser, una bruja, alguien dedicada a la magia, al servicio de los demás, para curar el dolor y la angustia", recitó el Brujo Mayor con las manos impuestas sobre la cabeza de la novata.
El "maestro", como lo llaman sus seguidores, insistió en entrevista con Efe en que "siempre existe vocación de ayudar porque ser brujo implica conocer las hierbas para curar, tener la capacidad de aconsejar y de usar la energía propia para curar las almas".
La magia, añadió, "es el manejo de la energía" que data en México de tiempos previos a la conquista española "que supuso un aplastamiento de la cultura".
"Siempre ha habido hamatinis, hombres sabios que en su comunidad ejercían de sacerdotes, médicos, consejeros.. y que no quisieron convertirse al catolicismo. Los españoles consideraron que eran servidores del Diablo y tuvieron que huir y ejercer como curanderos en la clandestinidad", explicó Vázquez. Esta energía que los brujos utilizan para curar la toman del Universo cada año en una ceremonia que se celebra en la medianoche del primer viernes de marzo.
"Es como si llenáramos el depósito de gasolina para la andadura de todo el año", afirmó Hugo, un arquitecto que dejó su profesión para convertirse en el chamán "Mauako" de Tuxtla Gutiérrez (capital del sureño estado de Chiapas).
Tuxtlas, es el centro de la tradición ancestral de la brujería.
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