Isla será patrimonio de la humanidad
- Internacional
Bikini, una paradisiaca isla de playas de arena blanca en el Pacífico, fue escenario de las pruebas nucleares de EE.UU. en los años 50. Cuando mañana se cumple el 55 aniversario de la operación Bravo, en la que se lanzó una bomba de potencia mil veces superior a la de Hiroshima, sus antiguos pobladores piden que se declare el atolón patrimonio de la humanidad de la Unesco.
La Guerra Fría está tatuada en las costas de Bikini. Las llagas que dejaron las 23 bombas lanzadas por Estados Unidos desde 1946 a 1958, durante la carrera armamentística contra la Unión Soviética, siguen grabadas en su fondo marino en forma de enormes cráteres.
Bravo fue la más potente de todas, un error permitió que la bomba fuera la más poderosa de todas.
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