La población está atemorizada por la situación
Aguadulce, el distrito de mayor violencia en Coclé
Entre el año 2012 y lo que va de este se han cometido 9 asesinatos, la mayoría al estilo del sicariato, según describen las autoridades. La Policía redobló la cantidad de unidades desde este lunes y ha capturado a dos de los supuestos cabecillas de estas bandas de delincuentes.
Opinión
- Julio Botello
- Dirigente empresarial
No todo está perdido en Aguadulce.
- Aquí tenemos un semillero de peloteros que están representando a Panamá en torneos regionales en las categorías de 11 a 14 años, pero en realidad lo que necesitamos es más apoyo de las autoridades centrales.
- Lo mismo ocurre cuando se da un evento como el que acaba de pasar (del atentado al representante Jorge Herrera), la Policía saca a todos sus efectivos y se llena el pueblo de policías, eso dura dos semanas y luego se van de nuevo para los cuarteles.
- Si bien se ha equipado a la Policía con armas, equipo, entre otros implementos, no se está haciendo el trabajo de atender el foco de la delincuencia, con trabajo social, sicólogos, con personas expertas en la materia.
- Yo he caminado todo el distrito y puedo decirte que hay focos de delincuencia en cuatro de los cinco corregimientos. Hay lugares donde se ve la descomposición social del individuo, las características físicas, los tatuajes, los peinados, que te dicen que allí hay cultivos de bandas; son situaciones que están ocurriendo en El Roble, El Cristo, Barrios Unidos y en Pocrí.
- En Aguadulce hemos estado toda la vida dependiendo de dos ingenios, Santa Rosa y la Estrella, y a medida que estos se han mecanizado, la mano de obra se ha ido desvinculando, eso ha provocado que muchas personas se hayan quedado sin trabajo.
- Hay un problema, que el puerto de Aguadulce es inoperante, eso es un cultivo de chatarras y mosquitos; tenemos el problema del camarón, que era la fuente de empleo número uno, pero con la mancha blanca acabó con esa bonanza económica, porque eso borró a los pequeños productores de camarones. Esos bolsones de desempleo se han ido para esos focos de delincuencia.
La seguridad y la tranquilidad en Aguadulce, provincia de Coclé, están seriamente amenazadas. Este pueblo, donde su gente se divertía en forma sana, donde propios y extraños transitaban a cualquier hora del día sin correr mayor peligro, ha pasado a convertirse en un sitio donde los asaltos, hurtos, consumo de drogas y homicidios mantienen atemorizada a su población.
Las cifras que manejan las autoridades de la provincia indican, que de los 13 homicidios que se han registrado en lo que va del año en Coclé, cinco han sido en ese distrito. De igual forma revelan que de 14 robos que se han denunciado, el 50% ha sido en Aguadulce.
Al comparar la cifra de homicidios en el sector con el año 2012, demuestra un crecimiento, teniendo en cuenta que el año pasado de los 15 homicidios que se cometieron en Coclé, cuatro fueron en la tierra de la sal y el azúcar, y solo en lo que va de este año ya van cinco.
Tras la ola de violencia que azota la región, el sector de "El Salao", ubicado a orilla de la playa, se ha convertido en una zona fantasma, de casas inhabitadas, ya que sus propietarios han optado por abandonarlas antes de ser víctimas de la ola de violencia.
“La gente está dejando sus casas de playa porque se sienten inseguras, prefieren visitarlas en las tardes, pero nadie se atreve a dormir allí por temor a ser asaltados”, dijo Julio Botello, dueño de una casa en la playa de Aguadulce.
El incremento en la violencia no solo ha trastocado la tranquilidad de sus pobladores, sino que también ha afectado el aspecto económico de la región. En ese sentido, Julio Botello, quien también es directivo de la Cámara de Comercio e Industrias, capítulo de Aguadulce, sostiene que cada local comercial ha tenido que invertir la suma de dos mil dólares mensuales en seguridad.
Botello señala que en las tiendas (kioscos y abarroterías) la realidad es más crítica, porque al no contar con suficientes recursos para invertir en seguridad, no les queda otra alternativa que cerrar sus puertas cuando llegan las 6 de la tarde y atender a los clientes en pequeñas ventanas
El señor Bolívar, quien tiene 80 años de edad y toda su vida la ha hecho en Aguadulce, está espantado ante tanta violencia y considera que las autoridades aún están a tiempo de acabar con esta actuación.
Solamente el pasado 7 de junio mataron a un vendedor de prendas por negarse a ser asaltado, esto fue en el área conocida como Calle Uruguay, y el domingo 9 de junio el representante de Barrios Unidos, Jorge Herrera, fue objeto de un atentado, en el sector de Los Marineros. Su vehículo recibió seis impactos de balas. En ambos casos los sujetos iban en bicicletas, armados y con capuchas.
Fredy es otro aguadulceño preocupado por la situación. Tuvo que dejar de conducir taxi cansado de los robos; dice que a toda hora, de noche o de día, "muchachos entre 12 y 14 años se mueven en bicicletas con armas de fuego en mano".
La visita del equipo de Panamá América el pasado martes coincidió con la reunión del Consejo Municipal de Aguadulce, donde el tema de la ola de violencia que azota a ese distrito fue el que acaparó la atención de los cinco representantes de corregimiento.
“La delincuencia se está tomando el distrito”, expresó con tono de voz fuerte el representante de Barrios Unidos, Jorge Herrera, mientras golpeaba con fuerza la mesa de su curul.
Este representante tiene razones de estar muy preocupado por lo que está pasando, debido a que es su corregimiento donde se registra la mayor violencia en el distrito y es sobreviviente a un atentado por parte de delincuentes del área.
Herrera explicó que el día del atentado que sufrió iba con 16 personas a bordo en su vehículo, entre niños y adolescentes, pero por fortuna solo uno de los ocupantes sufrió un rozón de bala en la mano.
Fue un recorrido corto que hizo el representante Herrera desde la cancha de fútbol hasta el cementerio, cuando los encapuchados que iban en bicicleta lo emboscaron y le hicieron los seis disparos contra su vehículo.
Otro que se mostró alterado fue el representante de Pocrí, Arturo Eccles, quien asegura que vendrán días negros para Aguadulce si las autoridades no hacen nada.
Mientras esto ocurría en el Consejo Municipal, en las calles de Aguadulce había una presencia policial poco usual, comentó una señora que realizaba sus compras en "La Plaza", como se le conoce al centro del distrito.
En cada esquina se observaba la presencia de unidades de la Policía Nacional, patrullas tipo chutra iban y venían del cuartel cargados con jóvenes sospechosos.
Al día siguiente se hizo otro operativo con el apoyo de unidades de la provincia de Veraguas, en donde se realizaron allanamientos en las casas de los dos presuntos cabecillas de estos grupos delictivos. Allí se decomisaron armas de fuego y droga.
El mayor Luis Quiel, jefe del área de Aguadulce, aseguró que estas capturas son el resultado de los operativos que han redoblado la vigilancia en un 100%, con unidades especiales en profilaxis social.
Una de las medidas de seguridad que ha implementado la Policía, explicó el mayor Quiel, es el “Operativo Bicicleta”, que lleva 15 días.
Esta medida, detalla el oficial, consiste en regular el uso de las bicicletas en las calles de Aguadulce; solo van a circular las que tienen placas, que tenga sus frenos y las luces, o de lo contrario, serán decomisadas.
En estos operativos se han incautado diariamente unas 12 bicicletas y cuando son fines de semana la cifra llega a 100 bicicletas.
Los moradores no ven con buenos ojos estos operativos policiales, porque las bicicletas no solo las usan los delincuentes, sino que también es el medio de transporte preferido de la mayoría de los pobladores para desplazarse hacia sus trabajos.
Sin embargo, para Quiel la medida es necesaria porque así les permite un mayor control, porque al registrarse un hecho con tan solo el número de placa de la bicicleta se puede ubicar al sospechoso.
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