Chamorro podría regresar a la presidencia en Nicaragua
Publicado 1999/09/29 23:00:00
- MEREDITH SERRACIN
Managua, Nicaragua- Así como en el mundo político parecen resurgir algunos caciques, en el de la vida cotidiana existe también el personaje más capaz de guiar no por astucia y castigos, sino porque inspira por su ejemplo, la bondad y la integridad personal. En Nicaragua este parece ser el papel que Violeta Chamorro desea desempeñar a menos de dos años de haber dejado la presidencia.
Cuando recibe visitas en su casa, en un tranquilo suburbio de viejos cipreses y eucaliptos y sin escoltas ni guardaespaldas, reflexiona sobre cómo su país emerge penosamente de las recientes décadas de represión, lucha civil y anarquía política.
Y aunque fue duramente atacada por adversarios políticos, así como algunos de sus supuestos aliados, su diálogo es conciliador y a la vez agudo e inquietante, tanto en el aspecto nacional como regional.
"La falta de una correspondencia entre la unidad espiritual y cultural de nuestros países y la desunión política y económica en nuestro ámbito nacional, así como en el hemisférico es preocupante, porque revela una incapacidad, un vacío", afirmó durante una entrevista con el enviado de El Panamá América.
Le parece "maravilloso" de que Panamá haya elegido a una mujer de presidente "porque las mujeres quizás tenemos mayor sentido social, más capacidad de compasión", dice la estadista, que supo limar los profundos antagonismos que existieron entre el sandinismo y los partidos de centro y derecha, que actualmente gobiernan al país.
Sin embargo, no le parece buena cosa de que su sucesor, Arnoldo Alemán, que tanto la criticó por haber permitido de que un antiguo oficial sandinista continuara a la cabeza del ejército nicaragüense en aras de la reconciliación, ahora haya pactado abiertamente con la dirigencia de ese partido. El pacto, sentenció, ha dado lugar a "mucha inconformidad" en el pueblo nicaragüense.
Aunque su elección a la presidencia dándole una sorpresiva derrota a Daniel Ortega fue considerada la expresión de un movimiento popular para renovar los antiguos políticos y Chamorro aún no pertenece a ningún partido, corren rumores de que podría volverse a postular en la próxima elección en tres años.
La entrevista de casi una hora, se realizó en su estudio, un espacioso ambiente repleto de pesados muebles de caoba y un bar en el que los trofeos internacionales y regionales que Pedro Joaquín Chamorro recibió por su gallarda lucha a favor de la libertad de expresión a través de las páginas de su periódico, La Prensa, desplazan a las botellas de licor.
Asimismo las paredes son de madera, de las que cuelgan centenares de fotografías y reproducciones de las primeras páginas de La Prensa, como testimonios silenciosos de una vida y un conflictivo período de varias décadas de la historia nicaragüense, desde la dinastía de los Somoza, hasta el asesinato de Pedro Joaquín, el 10 de enero de 1978.
Al despedir a las visitas, Doña Violeta, como la llaman todos los nicaragüenses, no puede ocultar el dolor que aún la persigue desde el asesinato de su marido y nos muestra la vitrina en la que mantiene la ropa que éste vestía el día de su muerte, así como la alfombra ensangrentada en el coche en el que cayó con heridas mortales.
Henry Raymont: ¿Cómo ve Ud. que se está desarrollando el proceso de reconciliación política iniciado durante su presidencia?
Violeta Chamorro: Hace unos días, después de un homenaje para mi esposo me cayeron todos los periodistas y me preguntaron cómo yo veía que el doctor Alemán decía una cosa muy adversa a mis ideas y yo les dije -"Miren, yo me siento muy contenta, muy honrada, de haber trabajado por Nicaragua los seis años y nueve meses que era mi período por el amor a la patria- por la reconciliación de Nicaragua, por la paz, por el desarme, para que se quitara todo el mundo ese vestido verde olivo, que yo lo que quería era la paz y la unidad y olvidarse ya, y quitarse el odio y el revanchismo que existía en este país.
Es verdad de que todo se necesitaba también, y una que además de la reconciliación entre los nicaragüenses es la reconciliación para todos los países del mundo, para toda norteamérica, para donde fuera, para que tuvieran paz y para que nos reconocieran como personas dignas. Que nos volvieran a ver y que nos ayudaran porque nuestra patria es un país que necesitaba de mucha ayuda.
Ud. me hace la pregunta, pues yo le contesto con mis palabras y con mi corazón.
Pero quiero decirle una cosa, lo que yo veo hoy me preocupa: hay mucha desavenencia, muchas cosas que yo no se si están correctas, lo que están haciendo o no, hay muchas palabras que se dicen, hace cuatro meses atrás, la palabra "pacto".
En este país, donde hemos vivido con la dictadura de los Somozas de antepasados y también últimos, ya no estamos para pactos, estamos para seguir haciendo la democracia en Nicaragua. Y esas cosas, yo he sentido, que hay mucho descontento, por un lado. Y no le puedo decir más, yo lo único que lo oigo son las palabras "mucha inconformidad", eso es tremendo.
Esa inconformidad se refleja en todo. No me pregunte Ud. o le digo yo no soy de ningún partido, no milito en ningún partido, pero no hay necesidad. Pero si la inconformidad es el resultado del pacto que hizo el doctor Arnoldo Alemán, presidente de la República, con los sandinistas con Daniel Ortega a la cabeza.
Así es, ¿qué pasa ahorita? Que esa reconciliación, muy triste que volvamos atrás. No me gusta, estoy muy preocupada.
HR: Al llegar al aeropuerto le indicaba a mi esposa como notaba la ausencia de fuerzas de seguridad con sus metralletas que no hace tantos años recibían al viajero como si éste entrara en un campo armado.
V.CH. Por supuesto, mi amigo, como va a creer usted, si uno de los trabajos que hice fueron quemar armas por todos lados y la gente, muy bien, entregándolas. Lo único que hice grande aquí en Managua fue un parque al que vino mucha gente a acompañarme a la inauguración, si usted va al Parque de la Paz, va a ver un poco de placas, no se si ya las quitaron. Y ahí hay una cantidad de armas enterradas. Allí vino el presidente Carlos Andrés Pérez, Felipe González, cantidades de personas. Y personas muy notables pasaron por aquí y no solamente aquí en Managua se enterraron armas, sino que también en todos los departamentos de Nicaragua.
El arma existe, creo yo, y ahora está el arma de juego también, y creo que es una versión generalizada, y yo soy enemiga de las armas.
HR: Ese problema también es un problema agudo en Estados Unidos donde la Asociación Nacional del Rifle tiene un poderío político considerable.
VCH. Yo soy enemiga y condeno todas esas cosas bélicas, porque soy amante de la paz, de la reconciliación aquí en Nicaragua y que se trate de parar las guerras en el mundo y esa división que hay en todas partes.
HR: ¿Usted no está conectada con ninguno de los tantos programas de Naciones Unidas para promover el desarme y la paz?
VCH. De las Naciones Unidas, desde que salí del gobierno no he tenido noticias. Pero en realidad tengo tantas cosas aquí, que no tendría tiempo de participar en esos programas.
HR: ¿Entonces a que se dedica en su vida cotidiana?
VC: Desde que salí, dije hay que seguir trabajando por esta Nicaragua que necesita tanto. Tengo una fundación que lleva mi nombre, Violete Barrios de Chamorro, para ayudar siempre a la sociedad, comenzando desde los niños desde los pobres, la mujer y hasta al periodismo para formar nuevos equipos. En fin, es tanto lo que se necesita.
Y lo estoy haciendo por amor, por ayudar. Pero no lo estoy haciendo por político como el gobierno actual me pinta. No señor, yo creo que hacer política en fundaciones y ayudando a necesitados no es correcto.
Cuando se reciben donaciones lo anuncio, que esto vino de Escandinavia, y lo otro de Holanda. Y no pretendo que es cosa mía.
Lo que pasa es una cosa. En este país, en este Gobierno, como Alemán es un político que tiene su partido, él está poniendo sus fichas, sus personas.
HR: Un artículo que apareció en La Prensa con motivo del 75 cumpleaños de Pedro Joaquín Chamorro, firmado por unas de sus hijas, compara la atmósfera política actual como "reflejando algo del somocismo". ¿Qué querrá decir con eso?
CCH. Yo le digo lo que veo, lo que oigo, y desgraciadamente, el partido de Alemán, su partido y sus allegados aun más, son amigos de los Somozas.
Pero más que nada, esto es un rompecabezas.
Cuando recibe visitas en su casa, en un tranquilo suburbio de viejos cipreses y eucaliptos y sin escoltas ni guardaespaldas, reflexiona sobre cómo su país emerge penosamente de las recientes décadas de represión, lucha civil y anarquía política.
Y aunque fue duramente atacada por adversarios políticos, así como algunos de sus supuestos aliados, su diálogo es conciliador y a la vez agudo e inquietante, tanto en el aspecto nacional como regional.
"La falta de una correspondencia entre la unidad espiritual y cultural de nuestros países y la desunión política y económica en nuestro ámbito nacional, así como en el hemisférico es preocupante, porque revela una incapacidad, un vacío", afirmó durante una entrevista con el enviado de El Panamá América.
Le parece "maravilloso" de que Panamá haya elegido a una mujer de presidente "porque las mujeres quizás tenemos mayor sentido social, más capacidad de compasión", dice la estadista, que supo limar los profundos antagonismos que existieron entre el sandinismo y los partidos de centro y derecha, que actualmente gobiernan al país.
Sin embargo, no le parece buena cosa de que su sucesor, Arnoldo Alemán, que tanto la criticó por haber permitido de que un antiguo oficial sandinista continuara a la cabeza del ejército nicaragüense en aras de la reconciliación, ahora haya pactado abiertamente con la dirigencia de ese partido. El pacto, sentenció, ha dado lugar a "mucha inconformidad" en el pueblo nicaragüense.
Aunque su elección a la presidencia dándole una sorpresiva derrota a Daniel Ortega fue considerada la expresión de un movimiento popular para renovar los antiguos políticos y Chamorro aún no pertenece a ningún partido, corren rumores de que podría volverse a postular en la próxima elección en tres años.
La entrevista de casi una hora, se realizó en su estudio, un espacioso ambiente repleto de pesados muebles de caoba y un bar en el que los trofeos internacionales y regionales que Pedro Joaquín Chamorro recibió por su gallarda lucha a favor de la libertad de expresión a través de las páginas de su periódico, La Prensa, desplazan a las botellas de licor.
Asimismo las paredes son de madera, de las que cuelgan centenares de fotografías y reproducciones de las primeras páginas de La Prensa, como testimonios silenciosos de una vida y un conflictivo período de varias décadas de la historia nicaragüense, desde la dinastía de los Somoza, hasta el asesinato de Pedro Joaquín, el 10 de enero de 1978.
Al despedir a las visitas, Doña Violeta, como la llaman todos los nicaragüenses, no puede ocultar el dolor que aún la persigue desde el asesinato de su marido y nos muestra la vitrina en la que mantiene la ropa que éste vestía el día de su muerte, así como la alfombra ensangrentada en el coche en el que cayó con heridas mortales.
Henry Raymont: ¿Cómo ve Ud. que se está desarrollando el proceso de reconciliación política iniciado durante su presidencia?
Violeta Chamorro: Hace unos días, después de un homenaje para mi esposo me cayeron todos los periodistas y me preguntaron cómo yo veía que el doctor Alemán decía una cosa muy adversa a mis ideas y yo les dije -"Miren, yo me siento muy contenta, muy honrada, de haber trabajado por Nicaragua los seis años y nueve meses que era mi período por el amor a la patria- por la reconciliación de Nicaragua, por la paz, por el desarme, para que se quitara todo el mundo ese vestido verde olivo, que yo lo que quería era la paz y la unidad y olvidarse ya, y quitarse el odio y el revanchismo que existía en este país.
Es verdad de que todo se necesitaba también, y una que además de la reconciliación entre los nicaragüenses es la reconciliación para todos los países del mundo, para toda norteamérica, para donde fuera, para que tuvieran paz y para que nos reconocieran como personas dignas. Que nos volvieran a ver y que nos ayudaran porque nuestra patria es un país que necesitaba de mucha ayuda.
Ud. me hace la pregunta, pues yo le contesto con mis palabras y con mi corazón.
Pero quiero decirle una cosa, lo que yo veo hoy me preocupa: hay mucha desavenencia, muchas cosas que yo no se si están correctas, lo que están haciendo o no, hay muchas palabras que se dicen, hace cuatro meses atrás, la palabra "pacto".
En este país, donde hemos vivido con la dictadura de los Somozas de antepasados y también últimos, ya no estamos para pactos, estamos para seguir haciendo la democracia en Nicaragua. Y esas cosas, yo he sentido, que hay mucho descontento, por un lado. Y no le puedo decir más, yo lo único que lo oigo son las palabras "mucha inconformidad", eso es tremendo.
Esa inconformidad se refleja en todo. No me pregunte Ud. o le digo yo no soy de ningún partido, no milito en ningún partido, pero no hay necesidad. Pero si la inconformidad es el resultado del pacto que hizo el doctor Arnoldo Alemán, presidente de la República, con los sandinistas con Daniel Ortega a la cabeza.
Así es, ¿qué pasa ahorita? Que esa reconciliación, muy triste que volvamos atrás. No me gusta, estoy muy preocupada.
HR: Al llegar al aeropuerto le indicaba a mi esposa como notaba la ausencia de fuerzas de seguridad con sus metralletas que no hace tantos años recibían al viajero como si éste entrara en un campo armado.
V.CH. Por supuesto, mi amigo, como va a creer usted, si uno de los trabajos que hice fueron quemar armas por todos lados y la gente, muy bien, entregándolas. Lo único que hice grande aquí en Managua fue un parque al que vino mucha gente a acompañarme a la inauguración, si usted va al Parque de la Paz, va a ver un poco de placas, no se si ya las quitaron. Y ahí hay una cantidad de armas enterradas. Allí vino el presidente Carlos Andrés Pérez, Felipe González, cantidades de personas. Y personas muy notables pasaron por aquí y no solamente aquí en Managua se enterraron armas, sino que también en todos los departamentos de Nicaragua.
El arma existe, creo yo, y ahora está el arma de juego también, y creo que es una versión generalizada, y yo soy enemiga de las armas.
HR: Ese problema también es un problema agudo en Estados Unidos donde la Asociación Nacional del Rifle tiene un poderío político considerable.
VCH. Yo soy enemiga y condeno todas esas cosas bélicas, porque soy amante de la paz, de la reconciliación aquí en Nicaragua y que se trate de parar las guerras en el mundo y esa división que hay en todas partes.
HR: ¿Usted no está conectada con ninguno de los tantos programas de Naciones Unidas para promover el desarme y la paz?
VCH. De las Naciones Unidas, desde que salí del gobierno no he tenido noticias. Pero en realidad tengo tantas cosas aquí, que no tendría tiempo de participar en esos programas.
HR: ¿Entonces a que se dedica en su vida cotidiana?
VC: Desde que salí, dije hay que seguir trabajando por esta Nicaragua que necesita tanto. Tengo una fundación que lleva mi nombre, Violete Barrios de Chamorro, para ayudar siempre a la sociedad, comenzando desde los niños desde los pobres, la mujer y hasta al periodismo para formar nuevos equipos. En fin, es tanto lo que se necesita.
Y lo estoy haciendo por amor, por ayudar. Pero no lo estoy haciendo por político como el gobierno actual me pinta. No señor, yo creo que hacer política en fundaciones y ayudando a necesitados no es correcto.
Cuando se reciben donaciones lo anuncio, que esto vino de Escandinavia, y lo otro de Holanda. Y no pretendo que es cosa mía.
Lo que pasa es una cosa. En este país, en este Gobierno, como Alemán es un político que tiene su partido, él está poniendo sus fichas, sus personas.
HR: Un artículo que apareció en La Prensa con motivo del 75 cumpleaños de Pedro Joaquín Chamorro, firmado por unas de sus hijas, compara la atmósfera política actual como "reflejando algo del somocismo". ¿Qué querrá decir con eso?
CCH. Yo le digo lo que veo, lo que oigo, y desgraciadamente, el partido de Alemán, su partido y sus allegados aun más, son amigos de los Somozas.
Pero más que nada, esto es un rompecabezas.

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