Deslizamientos preocupan a autoridades y pobladores

INFOGRAFIA

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Causas

• Disparadores

• Generados por fuerte y/o prolongada precipitación de lluvia, han sido los principales causantes de muertes.

• Razones

• Generados por periodos de actividad sísmica intensa. Ocurridos en la construcción del Canal de Panamá y durante su funcionamiento, principalmente en el Corte Culebra o Corte Gaillard.

Preocupación

• A mí me da miedo con los aguaceros, porque siempre yo estoy en casa con los niños, pero fue lo único que mi esposo pudo conseguir para construir

• Eustacia Díaz

• Moradora

• 200 mil personas habitan en zonas vulnerables a inundaciones y deslizamientos.

• 22 cuencas importantes del país y 100 comunidades comunicadas por el Sistema de Alerta Temprana.

El incremento en la intensidad de las lluvias y los suelos porosos con los que cuenta nuestro país han provocado que en los últimos tres años los deslizamientos de tierra dejen un saldo fatal de 18 muertos.

Conscientes de este riesgo, cada invierno Eustacia Díaz siente temor de que un alud de tierra sepulte su casa. Ella y su familia residen en el sector 3 de la 9 de Enero, distrito de San Miguelito. Su hogar, bastante modesto y a medio construir, cuenta con lo necesario, pero fue edificado sobre una ladera, al igual que el resto de sus vecinos, pero fue la opción que consiguieron para levantar un techo para su familia.

A pesar de que no han tenido afectaciones en los casi 10 años que tienen de vivir allí, si tuvieran a dónde mudarse, lo harían, pero por ahora es imposible.

Desde el año 2009 hasta la fecha, unas 18 personas han muerto a causa de estos deslizamientos a nivel nacional, según informes del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc).

Para Arturo Alvarado, director del Sinaproc, estos desastres no son naturales, son socionaturales, puesto que los ciudadanos son los que se van a vivir a montañas o áreas vulnerables.

Las muertes que se están registrando en Panamá cuando hay eventos de esta naturaleza son a causa de deslizamientos; en inundaciones no se han reportado, porque Panamá tiene técnicas para un rápido rescate, indicó Alvarado.

San Miguelito, Colón y Coclé, Río Abajo hasta Panamá Este, La Chorrera, Las Cumbres, Quebro, en Veraguas; Chiriquí y Bocas del Toro son zonas propensas a inundaciones y deslizamientos (ver infografía)

El director del Sinaproc comentó que el distrito de San Miguelito es un área que se construyó hace mucho tiempo sin ninguna planificación y pese a que se recomienda no construir cerca de pendientes, la gente sigue construyendo, y a diario, cuando hay lluvias, se producen deslizamientos.

Sin embargo, a Alvarado le preocupa las situaciones que se están dando en la provincia de Colón, ya que más personas están falleciendo sepultadas por aludes de tierra en los últimos años.

A principio de mes, cuatro miembros de una familia en Villa Luzmila, corregimiento de Cristóbal, murieron sepultados. En noviembre de 2012 dos rescatistas de la Cruz Roja fallecieron de la misma forma y hace dos años fueron ocho personas en el poblado atlántico de Portobelo.

Cuando pasa la temporada de lluvia y se registra un evento natural con resultados de inundaciones y deslizamientos, el Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe (Cathalac) realiza un análisis del fenómeno y por lo general, la cantidad de precipitaciones es lo que ocasiona los eventos.

Unos 130 millones de dólares se invierten cuando ocurren desastres naturales

Marcelo Oyuela, gerente de Tecnología de Cathalac, manifestó que muchas veces no llueve fuerte, pero sí periódicamente y esto ocasiona que las zonas planas del país donde hay viviendas sean afectadas, más que todo por el mal manejo de las infraestructuras de acueductos o quizás por carreteras que no están muy bien construidas.

En Panamá, a diferencia de otros países que los relacionan con sismos, los deslizamientos están asociados a las lluvias. No obstante, no es necesario que llueva todo el día, lo único es que la intensidad tiene que ser bastante fuerte en un área concentrada, explicó el ingeniero.

Citó por ejemplo, que en la zona norte de Colón y Coclé la litología del suelo refleja que son porosos o arenosos, “como rocas sueltas”, entonces cuando llueve demasiado en un tiempo corto, prácticamente se derrumban.

Lo ocurrido el 25 de noviembre de 2012 en Hato Montaña, por el desbordamiento del río Caimito, precisamente fue producto de la cantidad de lluvia por el Frente Frío que azotó el área, reveló el estudio realizado por Cathalac.

Luis Alejandro del Castillo, quien forma parte del equipo de tecnología e infraestructura, dijo que un día antes, cuando empezó el evento en la parte norte de Colón, había estimación de precipitación de lluvia de 9.09 milímetros en una hora. Al día siguiente, cuando apenas se formaba sobre Hato Montaña, las precipitaciones eran de 21.4 milímetros.

Sin embargo, la precipitación acumulada desde el 24 al 25 de noviembre (24 horas) estuvo entre 152 a 204 milímetros de lluvia, y eso en el área de la cordillera donde nace el afluente provocó la crecida del río. “Ese día se dio un incremento de casi 500% de precipitación”, añadió del Castillo.

El también ingeniero señaló que cuando se dan estos rangos de precipitaciones en un día, hay riesgos de inundaciones y hasta deslizamientos.

Para José Béliz, director general de la Cruz Roja, las inundaciones de los últimos tres años han sido fuertes con proyección a aumentar. Recordó los sucesos del año pasado en Colón y La Chorrera, las de 2011 en Darién y Chepo y las registradas en el año 2010, en Bocas del Toro.

En esta temporada de huracanes en el Caribe desde las islas de Guna Yala hasta Bocas del Toro son áreas propensas a fuertes marejadas e inundaciones, resaltó Béliz. Aparte, también se da un fenómeno que tiene como cuatro años registrándose para los meses de noviembre y diciembre, que son las vaguadas del Caribe.

Destacó que en Panamá hay un nivel de peligrosidad porque existen muchos ríos, de los cuales 80 son caudalosos y cada vez que llueve esto afecta bastante .

La Cruz Roja tiene identificados varios sectores con riesgos a sufrir inundaciones, entre estos Barú con el río Progreso, Boquete con el río Caldera, Darién con el Tuira y Chucunaque, Colón con el río Cascajal y Chitré con el Santa María. “Los desastres no se pueden predecir”, manifestó Béliz, quien agregó que aunque existen leyes, hay un desorden bárbaro en construcción, “la gente donde vea un espacio, se mete”.