El rapto de Heliodoro Portugal
Publicado 2000/09/16 23:00:00
- Giovanna OrtÃz / Contacto
¡A mí no me ven más! Con esta fugaz expresión se despidió hace treinta años Heliodoro Portugal, cuando fue forzado a salir del Café Coca Cola, ante la mirada pasmada de un amigo que no ha dejado de llorarlo.
Así lo supieron recientemente los hijos de Heliodoro, cuando el último amigo que acompañó a éste revolucionario de Calobre antes de su desaparición forzada, se los expuso en una dramática narración. Hoy ese amigo se sigue preguntando: ¿Qué ocurrió con Heliodoro?
Ya se reabrió el caso revocando el carpetazo que sufrió años atrás. En el medio de estos avatares, personas que conocieron a Heliodoro, han querido aportar lo que saben (o han querido saber lo que aportan cuando preguntan qué se iría a escribir), dejando atrás un letargo que dormitó tres décadas.
Por aquellas calendas era peligroso hablar. Con su propia vida podría pagar hace treinta años, quien amagara siquiera musitar sucesos como los ocurridos a Heliodoro, pero hoy, la mayoría de los testigos se atreven a informar y a conjeturar abiertamente el infortunio de Heliodoro Portugal.
Virgilio Vásquez es otro amigo de Heliodoro que se atreve a hablar, pues él también es revolucionario. Años después del plagio, Virgilio se topó con un científico panameño (quien hoy vive en Chiriquí, pero accedió hablar el próximo mes con quien escribe) y él le confió algo.
El científico dijo a Virgilio que un doctor Vásquez (probablemente de sanidad militar) le había confiado, que Heliodoro permanecía recluido en el pabellón militar, ubicado, por aquel tiempo, en el Hospital Santo Tomás. Gracias a ese dato, el científico pudo saber más.
Logró saber, por ejemplo, que en la antesala de su muerte, Heliodoro fue postrado en una cama inconsciente, y con el "cráneo fracturado". El científico vio al paciente tres días, hasta que misteriosamente desapareció, como también desapareció el habla de quienes lo atendían.
¿Qué pudo ocurrir para que Heliodoro fuera malogrado así? Virgilio ("Yito") Vásquez maneja otro dato sensitivo. Según Yito, en una oportunidad un señor que trabajó para el G-2, de nombre Pedro Del Cid, le confió que él estuvo en "el grupo" que interrogó a Heliodoro Portugal, tras su captura.
Que los agentes del G-2 montaron cacería para dar con Heliodoro, parece una hipótesis que cobra más fuerza. Otro amigo de Heliodoro, llamado Leonidas Quintero, recuerda que un señor de apellido Centeno, del aparato de investigación, fue sorprendido algunas veces vigilando a Heliodoro.
Quien escribe este reportaje intentó el viernes, aproximarse a Pedro Del Cid, pero no fue posible localizarlo. Se le llamó después por teléfono después, al sitio que normalmente frecuenta, sin éxito.
Conforme a la versión de Virgilio Vásquez, ellos (los agentes del G-2) utilizaban para sus interrogatorios, una residencia que perteneció a un arnulfista obligado a salir del país con el golpe impactado en 1968, y que la misma estaba ubicada en la barriada del maestro, en Miraflores.
Al parecer, a Heliodoro se le capturó y se le condujo a esa residencia de tortura, porque un taxista lo incriminó (también involucró a otros dos taxistas) con el asesinato de un sargento quien fuera ultimado por el Hotel Internacional, en los días que rondaban las elecciones de 1968.
Otra fuente cree que, en la famosa Fonda Kelvin de Río Abajo (a donde también iba Heliodoro) se gestó ese "bochinche". Este, al igual que otros informantes rechazaron que Heliodoro guardara relación alguna, con ese hecho que segó la vida del policía conmocionando a la Guardia en 1968.
Sobre esta versión del policía, una curiosidad se asoma. Quien escribe estas líneas, había hablado con Virgilio Vásquez la noche del 29 de agosto de 2000, cuando aún Ricardo Garibaldo no había externado declaraciones a los medios, cosa que finalmente hizo con Canal 2, el 7 de septiembre de 2000.
Ricardo Garibaldo (indultado en 1994, no se sabe de qué) devolvió al periodista Justino González una respuesta cuando éste le inquirió por los hallazgos de Tocumen: "... allí había muertos guardias, muchos guardias murieron y se vivió un una época bastante triste aquí en Panamá", dijo.
"...un hermano mío, que lo mataron por la Avenida Central, nadie se ha preocupado en hacer justicia para él. Para esos mismos días otro Guardia, que el único pecado era haber tenido un tolete en el bolsillo de atrás, fue alevosamente asesinado", bramó Garibaldo pensando en quien sabe qué.
La segunda referencia, por ahora comentada, cuando se habla de Heliodoro Portugal|, conduce a la guerrilla de "La Huacas del Quije", aunque no está claro si para la fecha (enero de 1969), Heliodoro permanecía detenido en la Cárcel Modelo, lo cual vendría a desvirtuar esa versión.
Mario Flores (un calobreño que conoció a Heliodoro) recuerda (sin sostener mucha seguridad en la fecha) haberlo visto llegar en un carro volquete, camino hacia la laguna de Cocobó o de la Yeguada, en Veraguas.
Por esa vía se llega a Las Huacas del Quije. Mario dice, sin embargo, no creer que Heliodoro hubiese participado, porque ya antes había "explotado ese asunto". Allí murieron Dorita Moreno, Cesáreo Tejada, Manzzo, y otra persona cuyo caso podría resultar clave en la desaparición de Heliodoro.
Daniel Hart fue esa persona. El, junto a los jóvenes mencionados, desapareció en las guerrillas de las Huacas del Quije, que tuvieron lugar el 31 de enero de 1969, en la provincia de Coclé.
Yadira Pianeta, esposa de Hart, narró que un día fue contactada en el Hotel Central (donde trabajaba) por dos personas que desconocía. Se trataba de Portugal y Marcos Pérez Herrera quienes querían decirle algo y la citaron para el día siguiente después de las 8 a.m., cuando ella culminaba su turno.
Según Yadira, la reunión no se materializó. Heliodoro no acudió a la cita, y ella no supo la razón. Pero, días después, se enteró del secuestro de Heliororo Portugal, quien la había citado (según ella, ese mismo día de su desaparición) para decirle "dónde estaba" su esposo Daniel Hart.
LOS TESTIGOS DEL SECUESTRO
Las últimas palabras de Heliodoro al momento de su desaparición forzada, fueron dirigidas a su amigo Nelson Barría ("La bala"), con quien estaba a punto de tomar un desayuno en el Café Coca Cola.
En la memoria de "La bala", se retrató con precisión la escena acontecida hace treinta años cuando, estupefacto, presenció cómo un par de hombres portando armas en la pretina, secuestraron a Heliodoro Portugal, quien vaticinó su final diciendo: "A mí no me ven más".
Esa es la versión de la última persona que conversó con Portugal antes de su desaparición forzada (según testimonios, en mayo de 1970), en el Café Coca Cola, cuando cuatro hombres quebraron la tranquilidad del sitio y condujeron a Heliodoro a un destino incierto que desembocó en su muerte.
El testigo, quien concedió una entrevista, dijo estar sentado en el Café Coca Cola con Heliodoro, cuando irrumpieron unos hombres que hicieron levantar de su puesto a Heliodoro para privarlo de su libertad. "¡A mí no me ven más!", recuerda La Bala que dijo Heliodoro al momento de su secuestro.
"Monchi" Hernández, hermano del "poeta atómico", narró esta semana en una mesa del Coca Cola, lo que vio del secuestro de Heliodoro. Su versión guarda una leve asimetría con la anterior, pero en lo que sí coinciden ambas, es en que los secuestradores eran trigueños y con aspecto de guardias.
Hernández también ha registrado una fecha y hora distinta de secuestro. La familia cree que Heliodoro fue secuestrado el 14 de mayo de 1970, pero según "Monchi", es plagio se dio el 27 de septiembre de 1970 a las 3 de la tarde. "Heliodoro estaba sentado en el Café muy eufórico hablando con sus amigos pues al parecer le cumplía años un hijo, o algo así", rememora Monchi.
En una esquina del Café Coca Cola estaba situado un puesto de ventas al que las personas se acercaban y eran atendidos desde una ventanilla, por una joven llamada Eneida. "Heliodoro salió del Café a hablar con ella desde afuera", recordó Monchi, quien en ese momento llegaba al café.
Fue entonces, cuando el entrevistado pudo ver que dos tipos conducían a Heliodoro "con los brazos atrás, pero no estaba esposado".
TORRIJOS INCOMODO POR UNA FOTO
En la jornada de conversaciones que se pueden sostener (aún hoy en el Café Coca Cola) con quienes conocieron de cerca de Heliodoro Portugal, es fácil notar versiones disímiles acerca de la postura de Heliodoro frente a la dictadura que se impuso en octubre de 1968.
Algunos (como el fallecido Marcos Pérez Herrera) argumentaron que Torrijos llegó a manifestar algún aprecio por Heliodoro, pero otros consideran que Heliodoro se manifestaba abiertamente contra la dictadura. Carlos Iván Zúñiga, por ejemplo, trajo a memoria un hecho.
"Una vez fui abogado de Heliodoro Portugal ante el juzgado o Corregiduría regentado por un juez Santamaría, por atentar contra el orden público. Portugal era un adversario activo del golpe militar de 1968", evocó Carlos Iván Zúñiga, en un reciente artículo de opinión.
Unos hablan acerca de la posible participación de Heliodoro en la guerrilla del Tute (abril de 1959), donde el entonces capitán Omar Torrijos fue herido. Esto, creen algunos, pudo granjearle antagonismos a Heliodoro, cobrados después cuando Torrijos era el dictador. Pero otros, como Leonidas Quintero, aseguran que "Heliodoro no participó en el Tute".
Cualquiera haya sido la postura de Heliodoro Portugal ante la dictadura, resulta un hecho cierto que sus restos han aparecido en un Cuartel militar. ¿Sabía Torrijos cuál fue la suerte de Heliodoro Portugal?
Un hecho resulta anecdótico. Un familiar de los Portugal narró que Héctor de León, cuñado de Heliodoro, quien fue uno de los primeros Representantes de Corregimientos (instaurados en 1972) durante el gobierno militar, convidó a Torrijos, en La Pintada para un sancocho en su casa.
Cuando el general entró en la vivienda, pudo ver una foto (a la vista de cualquier visitante) en la que figuraban Heliodoro junto a su esposa. La versión de los familiares es que después que Torrijos vio eso, decidió marcharse. Curiosamente se marchó sin tocar el sancocho ofrecido, que ya debe estar frío.
Así lo supieron recientemente los hijos de Heliodoro, cuando el último amigo que acompañó a éste revolucionario de Calobre antes de su desaparición forzada, se los expuso en una dramática narración. Hoy ese amigo se sigue preguntando: ¿Qué ocurrió con Heliodoro?
Ya se reabrió el caso revocando el carpetazo que sufrió años atrás. En el medio de estos avatares, personas que conocieron a Heliodoro, han querido aportar lo que saben (o han querido saber lo que aportan cuando preguntan qué se iría a escribir), dejando atrás un letargo que dormitó tres décadas.
Por aquellas calendas era peligroso hablar. Con su propia vida podría pagar hace treinta años, quien amagara siquiera musitar sucesos como los ocurridos a Heliodoro, pero hoy, la mayoría de los testigos se atreven a informar y a conjeturar abiertamente el infortunio de Heliodoro Portugal.
Virgilio Vásquez es otro amigo de Heliodoro que se atreve a hablar, pues él también es revolucionario. Años después del plagio, Virgilio se topó con un científico panameño (quien hoy vive en Chiriquí, pero accedió hablar el próximo mes con quien escribe) y él le confió algo.
El científico dijo a Virgilio que un doctor Vásquez (probablemente de sanidad militar) le había confiado, que Heliodoro permanecía recluido en el pabellón militar, ubicado, por aquel tiempo, en el Hospital Santo Tomás. Gracias a ese dato, el científico pudo saber más.
Logró saber, por ejemplo, que en la antesala de su muerte, Heliodoro fue postrado en una cama inconsciente, y con el "cráneo fracturado". El científico vio al paciente tres días, hasta que misteriosamente desapareció, como también desapareció el habla de quienes lo atendían.
¿Qué pudo ocurrir para que Heliodoro fuera malogrado así? Virgilio ("Yito") Vásquez maneja otro dato sensitivo. Según Yito, en una oportunidad un señor que trabajó para el G-2, de nombre Pedro Del Cid, le confió que él estuvo en "el grupo" que interrogó a Heliodoro Portugal, tras su captura.
Que los agentes del G-2 montaron cacería para dar con Heliodoro, parece una hipótesis que cobra más fuerza. Otro amigo de Heliodoro, llamado Leonidas Quintero, recuerda que un señor de apellido Centeno, del aparato de investigación, fue sorprendido algunas veces vigilando a Heliodoro.
Quien escribe este reportaje intentó el viernes, aproximarse a Pedro Del Cid, pero no fue posible localizarlo. Se le llamó después por teléfono después, al sitio que normalmente frecuenta, sin éxito.
Conforme a la versión de Virgilio Vásquez, ellos (los agentes del G-2) utilizaban para sus interrogatorios, una residencia que perteneció a un arnulfista obligado a salir del país con el golpe impactado en 1968, y que la misma estaba ubicada en la barriada del maestro, en Miraflores.
Al parecer, a Heliodoro se le capturó y se le condujo a esa residencia de tortura, porque un taxista lo incriminó (también involucró a otros dos taxistas) con el asesinato de un sargento quien fuera ultimado por el Hotel Internacional, en los días que rondaban las elecciones de 1968.
Otra fuente cree que, en la famosa Fonda Kelvin de Río Abajo (a donde también iba Heliodoro) se gestó ese "bochinche". Este, al igual que otros informantes rechazaron que Heliodoro guardara relación alguna, con ese hecho que segó la vida del policía conmocionando a la Guardia en 1968.
Sobre esta versión del policía, una curiosidad se asoma. Quien escribe estas líneas, había hablado con Virgilio Vásquez la noche del 29 de agosto de 2000, cuando aún Ricardo Garibaldo no había externado declaraciones a los medios, cosa que finalmente hizo con Canal 2, el 7 de septiembre de 2000.
Ricardo Garibaldo (indultado en 1994, no se sabe de qué) devolvió al periodista Justino González una respuesta cuando éste le inquirió por los hallazgos de Tocumen: "... allí había muertos guardias, muchos guardias murieron y se vivió un una época bastante triste aquí en Panamá", dijo.
"...un hermano mío, que lo mataron por la Avenida Central, nadie se ha preocupado en hacer justicia para él. Para esos mismos días otro Guardia, que el único pecado era haber tenido un tolete en el bolsillo de atrás, fue alevosamente asesinado", bramó Garibaldo pensando en quien sabe qué.
La segunda referencia, por ahora comentada, cuando se habla de Heliodoro Portugal|, conduce a la guerrilla de "La Huacas del Quije", aunque no está claro si para la fecha (enero de 1969), Heliodoro permanecía detenido en la Cárcel Modelo, lo cual vendría a desvirtuar esa versión.
Mario Flores (un calobreño que conoció a Heliodoro) recuerda (sin sostener mucha seguridad en la fecha) haberlo visto llegar en un carro volquete, camino hacia la laguna de Cocobó o de la Yeguada, en Veraguas.
Por esa vía se llega a Las Huacas del Quije. Mario dice, sin embargo, no creer que Heliodoro hubiese participado, porque ya antes había "explotado ese asunto". Allí murieron Dorita Moreno, Cesáreo Tejada, Manzzo, y otra persona cuyo caso podría resultar clave en la desaparición de Heliodoro.
Daniel Hart fue esa persona. El, junto a los jóvenes mencionados, desapareció en las guerrillas de las Huacas del Quije, que tuvieron lugar el 31 de enero de 1969, en la provincia de Coclé.
Yadira Pianeta, esposa de Hart, narró que un día fue contactada en el Hotel Central (donde trabajaba) por dos personas que desconocía. Se trataba de Portugal y Marcos Pérez Herrera quienes querían decirle algo y la citaron para el día siguiente después de las 8 a.m., cuando ella culminaba su turno.
Según Yadira, la reunión no se materializó. Heliodoro no acudió a la cita, y ella no supo la razón. Pero, días después, se enteró del secuestro de Heliororo Portugal, quien la había citado (según ella, ese mismo día de su desaparición) para decirle "dónde estaba" su esposo Daniel Hart.
LOS TESTIGOS DEL SECUESTRO
Las últimas palabras de Heliodoro al momento de su desaparición forzada, fueron dirigidas a su amigo Nelson Barría ("La bala"), con quien estaba a punto de tomar un desayuno en el Café Coca Cola.
En la memoria de "La bala", se retrató con precisión la escena acontecida hace treinta años cuando, estupefacto, presenció cómo un par de hombres portando armas en la pretina, secuestraron a Heliodoro Portugal, quien vaticinó su final diciendo: "A mí no me ven más".
Esa es la versión de la última persona que conversó con Portugal antes de su desaparición forzada (según testimonios, en mayo de 1970), en el Café Coca Cola, cuando cuatro hombres quebraron la tranquilidad del sitio y condujeron a Heliodoro a un destino incierto que desembocó en su muerte.
El testigo, quien concedió una entrevista, dijo estar sentado en el Café Coca Cola con Heliodoro, cuando irrumpieron unos hombres que hicieron levantar de su puesto a Heliodoro para privarlo de su libertad. "¡A mí no me ven más!", recuerda La Bala que dijo Heliodoro al momento de su secuestro.
"Monchi" Hernández, hermano del "poeta atómico", narró esta semana en una mesa del Coca Cola, lo que vio del secuestro de Heliodoro. Su versión guarda una leve asimetría con la anterior, pero en lo que sí coinciden ambas, es en que los secuestradores eran trigueños y con aspecto de guardias.
Hernández también ha registrado una fecha y hora distinta de secuestro. La familia cree que Heliodoro fue secuestrado el 14 de mayo de 1970, pero según "Monchi", es plagio se dio el 27 de septiembre de 1970 a las 3 de la tarde. "Heliodoro estaba sentado en el Café muy eufórico hablando con sus amigos pues al parecer le cumplía años un hijo, o algo así", rememora Monchi.
En una esquina del Café Coca Cola estaba situado un puesto de ventas al que las personas se acercaban y eran atendidos desde una ventanilla, por una joven llamada Eneida. "Heliodoro salió del Café a hablar con ella desde afuera", recordó Monchi, quien en ese momento llegaba al café.
Fue entonces, cuando el entrevistado pudo ver que dos tipos conducían a Heliodoro "con los brazos atrás, pero no estaba esposado".
TORRIJOS INCOMODO POR UNA FOTO
En la jornada de conversaciones que se pueden sostener (aún hoy en el Café Coca Cola) con quienes conocieron de cerca de Heliodoro Portugal, es fácil notar versiones disímiles acerca de la postura de Heliodoro frente a la dictadura que se impuso en octubre de 1968.
Algunos (como el fallecido Marcos Pérez Herrera) argumentaron que Torrijos llegó a manifestar algún aprecio por Heliodoro, pero otros consideran que Heliodoro se manifestaba abiertamente contra la dictadura. Carlos Iván Zúñiga, por ejemplo, trajo a memoria un hecho.
"Una vez fui abogado de Heliodoro Portugal ante el juzgado o Corregiduría regentado por un juez Santamaría, por atentar contra el orden público. Portugal era un adversario activo del golpe militar de 1968", evocó Carlos Iván Zúñiga, en un reciente artículo de opinión.
Unos hablan acerca de la posible participación de Heliodoro en la guerrilla del Tute (abril de 1959), donde el entonces capitán Omar Torrijos fue herido. Esto, creen algunos, pudo granjearle antagonismos a Heliodoro, cobrados después cuando Torrijos era el dictador. Pero otros, como Leonidas Quintero, aseguran que "Heliodoro no participó en el Tute".
Cualquiera haya sido la postura de Heliodoro Portugal ante la dictadura, resulta un hecho cierto que sus restos han aparecido en un Cuartel militar. ¿Sabía Torrijos cuál fue la suerte de Heliodoro Portugal?
Un hecho resulta anecdótico. Un familiar de los Portugal narró que Héctor de León, cuñado de Heliodoro, quien fue uno de los primeros Representantes de Corregimientos (instaurados en 1972) durante el gobierno militar, convidó a Torrijos, en La Pintada para un sancocho en su casa.
Cuando el general entró en la vivienda, pudo ver una foto (a la vista de cualquier visitante) en la que figuraban Heliodoro junto a su esposa. La versión de los familiares es que después que Torrijos vio eso, decidió marcharse. Curiosamente se marchó sin tocar el sancocho ofrecido, que ya debe estar frío.
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