Panamá
Guizado, el presidente que fue encarcelado dos años injustamente por el asesinato de Remón Cantera
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Pagó dos años y nueve meses de prisión en la cárcel Modelo, hasta que la Corte Suprema de Justicia revisó su caso y ordenó su liberación.

José Ramón Guizado durante el juicio. Foto: Grupo Epasa
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Cuando el exvicepresidente José Ramón Guizado salió en libertad en diciembre de 1957, tras penar injustamente más de dos años en prisión por el asesinato del expresidente José Antonio Remón Cantera, lo hizo despojado de odios y rencores. Tampoco pensó en indemnizaciones, porque nada podía pagar la afrenta vivida.
"Para los daños morales que me han causado, no hay plata en el mundo con que se me pueda pagar", dijo a su salida de prisión.
Dos años antes, el 29 de marzo de 1955, Guizado había sido condenado a 6 años y 8 meses de prisión por su supuesta cooperación en el magnicidio del presidente Remón por la mayoría de los miembros de la Asamblea Nacional de Diputados. Solo ocho legisladores (Aquilino Boyd, Juan Antonio Delgado, Simeón Conte, Juan B. Arias, Carlos Iván Zúñiga, Tomás Rodrigo Arias, Francisco José Linares y Plinio Varela) salvaron su voto porque consideraron que las pruebas para condenar a Guizado no eran suficientes.
De acuerdo con estos diputados, la Asamblea Nacional, al aceptar la acusación contra el presidente Guizado, omitió algunos trámites procedimentales señalados por el Código Judicial.
Al recibir la resolución, el ingeniero Guizado palideció intensamente y dijo: "Yo esperaba eso de esta Asamblea. A ustedes les digo, han condenado a un inocente".
Guizado había tomado posesión como presidente de la República el 3 de enero de 1955, tras el atroz asesinato de Remón Cantera, de quien era su primer vicepresidente.
Las investigaciones se iniciaron el 15 de enero de 1955 cuando tras los señalamientos del abogado Rubén Miró hacia el ingeniero José Ramón Guizado, como autor intelectual del crimen, y su socio Rodolfo de Saint Malo, la Asamblea lo suspendió del cargo de presidente y ordenó su detención. Una supuesta reunión en Cancillería, entre Guizado y Miró, fue el principal argumento de la supuesta culpabilidad.
La Asamblea se convirtió en el centro de la atención nacional con señalamientos de tipo económico que intentaban hundir a Guizado. La acusación dramática y tajantemente incluso señaló que cuando Remón expresó que no respaldaba las gestiones de Guizado para la concertación de un fuerte empréstito por intermedio del National City Bank estaba firmando su sentencia de muerte.
También se dijo que la recepción ofrecida por Guizado a Remón el 17 de diciembre era una despedida.
"La Comisión Investigadora llegó hasta ultrajar al ingeniero Guizado en su interrogatorio cuando le preguntó las razones por las cuales le había ofrecido la recepción al presidente Remón el 17 de diciembre y más tarde cuando se le informó que el pueblo panameño había calificado este acto social como el de la última cena", recoge la edición del 24 de marzo de 1955 de Panamá América.
Tras la condena, destitución e inhabilitación, el herido presidente tuvo que purgar su castigo en la cárcel Modelo, donde mantenía viva la llama de que se hiciera justicia. Aprovechó entonces el tiempo para escribir sus memorias en libros que posteriormente vieron la luz.
El 10 de diciembre de 1957, el magistrado Publio Vásquez acogió el recurso de revisión presentado por el Procurador General de la Nación a favor del ingeniero José Ramón Guizado y se ordenó la práctica de pruebas. Estos documentos incluyeron copias autenticadas del interrogatorio que le fue formulado a los jurados de conciencia en relación con Rubén Miró, Edgardo Tejada y otras personas por el delito de magnicidio del presidente Remón.
Menos de una semana después, Guizado fue liberado por una orden de la Corte Suprema de Justicia, que revisó la sentencia de la Asamblea y rescindió sus efectos.
El ingeniero Guizado abandonó la cárcel Modelo a las 6:10 p.m. Al ser abordado por los periodistas dijo: "No tengo palabras, pero aprovecho para dar las gracias al pueblo panameño, que siempre pidió que se hiciera justicia. Salgo sin odios y sin rencores y cubriendo mi pasado con un velo, tal como dice el Himno Nacional. Al que quiera extenderme la mano, yo le brindaré la mía".
Correspondió entonces a las autoridades competentes encontrar el procedimiento adecuado para que se llegara a la revisión del caso del fallo condenatorio dictado previamente por la Asamblea contra Guizado. Según el procurador de ese año, las sentencias no podían conciliarse por ello presentó un recurso de revisión para que se anulara la sentencia de la Asamblea, lo cual nunca se logró. Guizado se autoexilió en Miami y pese al laborioso esfuerzo de sus abogados la sentencia asambleísta no se pudo borrar.
"La historia se encargará de juzgar con criterio sereno y ecuánime este periodo de dramáticos episodios nacionales surgidos por el asesinato del presidente Remón, durante los cuales ha habido y hay luto, consternación y lágrimas en muchos hogares y, en cierto modo, se ha puesto a prueba nuestra arquitectura jurídica. Y también se encargará de decir cuáles fueron los caminos que siguió o no siguió o que debe seguir la justicia en las investigaciones futuras que se crean conducentes, y de señalar el balance, que nos dejó o nos dejará esta etapa sombría, que debe ser superada con espíritu cívico de la nación", reflexionó Panamá América en su editorial de esos años.
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