INAC y particulares luchan por tesoros
Publicado 2001/08/23 23:00:00
- Lagos
El Instituto Nacional de Cultura mantiene un proceso legal con dos empresas acusadas de obtener ilegalmente patrimonio cultural de Panamá, informó Rafael Ruiloba, director de la entidad. Ruiloba indicó que el caso está en la Corte Suprema de Justicia y los representantes de las compañías involucradas aducen que las incautaciones del INAC son ilegales porque no se trata de patrimonio cultural, sino de bienes comunes.
Señaló que algunas piezas se han decomisado en el Aeropuerto de Tocumen, aunque la frontera con Costa Rica es otro de los puntos para esta actividad ilegal. Agregó que han solicitado a las autoridades de Aduanas que apliquen la Convención Internacional sobre Patrimonio Cultural, para solicitar las piezas que se intenten sacar de Panamá y para rescatar las de otros países que se traten de introducir furtivamente.
Ilustró que se considera patrimonio cultural todos los restos de naves españolas de la flota de Indias, los pueblos y ciudades hundidas, así como los objetos artísticos, según las normas internacionales del Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En materia de tesoros subacuáticos, confirmó que aquí hay galeones hundidos, pero invocó una norma de confidencialidad para no especificar el área en el que están.
No obstante, habló del galeón o pecio denominado San José, que se hundió el 17 de junio de 1631 en la isla Galera, Archipiélago de Las Perlas. Para la historiadora Patricina Pizzurno, en la Bahía de Panamá hubo varios hundimientos por la poca profundidad. También mencionó Nombre de Dios y Portobelo, en Colón, como los sitios donde puede haber galeones con oro y plata en el fondo del mar.
Indicó que no conoce con exactitud en qué lugares estarán los pecios, pero lo cierto es que se trata de un negocio, pues hace 20 años, cuando estaba en el Archivo de Indias, ya había empresas que contrataban historiadores para precisar en mapas y en planos los hundimientos de la flota. Descartó que aquí se haya dado saqueo de tesoro subacuático, porque ésta es una empresa costosa. Calcula que identificar y bucear galeones cuesta unos B/.3 millones, por lo que lo tiene que hacer el Gobierno o empresas sólidas.
El oro que se encuentra en aguas panameñas venía de las minas de Potosí, en Bolivia, y de Huancavelica en Perú. Este metal y la plata atravesaban el istmo a lomo de mula y era embarcado en Nombre de Dios y Portobelo, con destino a España. Pizzurno indica que sería maravilloso recuperar un galeón y hacer una maqueta que repose en un museo, como el del Canal, lo que tendría un gran valor didáctico.
Ayer entró en vigencia un contrato entre el Ministerio de Economía y Finanzas y la empresa Sea Heritage Panamá, S.A., para la exploración en aguas territoriales de Panamá, de metales, tesoros y embarcaciones. Todo lo que se halle deberá notificarse al Estado y si se detecta un galeón, deberá informarse al INAC. Si en 30 días la entidad no confirma que se trata de patrimonio cultural, la empresa podrá rescatarlo.
Según el contrato, que tiene un término de cinco años, el Estado debe tener un inspector en cada embarcación que utilice la empresa en sus exploraciones, aunque ésta deberá cubrir los gastos e incluso el salario de B/. 300 mensuales. Se especifica que los derechos del contratista para esta tarea no son exclusivos y se pueden conceder a otros interesados.
Señaló que algunas piezas se han decomisado en el Aeropuerto de Tocumen, aunque la frontera con Costa Rica es otro de los puntos para esta actividad ilegal. Agregó que han solicitado a las autoridades de Aduanas que apliquen la Convención Internacional sobre Patrimonio Cultural, para solicitar las piezas que se intenten sacar de Panamá y para rescatar las de otros países que se traten de introducir furtivamente.
Ilustró que se considera patrimonio cultural todos los restos de naves españolas de la flota de Indias, los pueblos y ciudades hundidas, así como los objetos artísticos, según las normas internacionales del Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En materia de tesoros subacuáticos, confirmó que aquí hay galeones hundidos, pero invocó una norma de confidencialidad para no especificar el área en el que están.
No obstante, habló del galeón o pecio denominado San José, que se hundió el 17 de junio de 1631 en la isla Galera, Archipiélago de Las Perlas. Para la historiadora Patricina Pizzurno, en la Bahía de Panamá hubo varios hundimientos por la poca profundidad. También mencionó Nombre de Dios y Portobelo, en Colón, como los sitios donde puede haber galeones con oro y plata en el fondo del mar.
Indicó que no conoce con exactitud en qué lugares estarán los pecios, pero lo cierto es que se trata de un negocio, pues hace 20 años, cuando estaba en el Archivo de Indias, ya había empresas que contrataban historiadores para precisar en mapas y en planos los hundimientos de la flota. Descartó que aquí se haya dado saqueo de tesoro subacuático, porque ésta es una empresa costosa. Calcula que identificar y bucear galeones cuesta unos B/.3 millones, por lo que lo tiene que hacer el Gobierno o empresas sólidas.
El oro que se encuentra en aguas panameñas venía de las minas de Potosí, en Bolivia, y de Huancavelica en Perú. Este metal y la plata atravesaban el istmo a lomo de mula y era embarcado en Nombre de Dios y Portobelo, con destino a España. Pizzurno indica que sería maravilloso recuperar un galeón y hacer una maqueta que repose en un museo, como el del Canal, lo que tendría un gran valor didáctico.
Ayer entró en vigencia un contrato entre el Ministerio de Economía y Finanzas y la empresa Sea Heritage Panamá, S.A., para la exploración en aguas territoriales de Panamá, de metales, tesoros y embarcaciones. Todo lo que se halle deberá notificarse al Estado y si se detecta un galeón, deberá informarse al INAC. Si en 30 días la entidad no confirma que se trata de patrimonio cultural, la empresa podrá rescatarlo.
Según el contrato, que tiene un término de cinco años, el Estado debe tener un inspector en cada embarcación que utilice la empresa en sus exploraciones, aunque ésta deberá cubrir los gastos e incluso el salario de B/. 300 mensuales. Se especifica que los derechos del contratista para esta tarea no son exclusivos y se pueden conceder a otros interesados.

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