La cinta costera panameña
Publicado 2005/01/30 00:00:00
- Aleida Samaniego C.
En la cinta costera se desarrollarán proyectos que incentivarán la recreación y el comercio.
LUEGO de la historia de la rampa de acceso a Multicentro por la Avenida Balboa, la opción que se plantea para esta área es una cinta costera.
El proyecto no es improvisado, surge a consecuencia de un estudio realizado por el Ministerio de Vivienda, contenido en el Plan Desarrollo Urbano de Áreas Metropolitanas en el Pacífico y el Atlántico y que fue elaborado desde 1997 y en el estudio del Sistema de Espacios Abiertos (SEA), en donde se estudiaron diversas opciones para efectuar la propuesta.
El Plan de Desarrollo Urbano establece un ordenamiento en la ciudad desde Capira hasta el área de Pacora y de Panamá hasta la costa atlántica de Colón, así como se determina cuáles son las áreas de vivienda, comerciales, recreativas y boscosas.
Además, se plantea la necesidad de buscar sitios de uso público amplios en las zonas donde se ha densificado la ciudad y en las que actualmente no hay áreas de diversión.
La cinta costera vendría a llenar ese espacio, ya que sería una franja de tierra de aproximadamente 50 metros de ancho, desde Punta Paitilla hasta el Mercado Público y en donde solamente se realizarían actividades netamente recreativas y actividades comerciales complementarias, es decir cero industrias y viviendas.
Según el arquitecto, José Batista, director de Desarrollo Urbano del Ministerio de Vivienda (MIVI), se prepararon los documentos; se sacó a concurso; se hizo la homologación y cuando iban a abrir la competencia para presentar los últimos estudios para licitación , se cerró en la administración de Mireya Moscoso y en el gobierno actual no se ha retomado el tema.
El proyecto no se está incluido en la primera fase de prioridades, pero no quiere decir que esta excluido, ya que es parte del Plan de Desarrollo Metropolitano que desarrolla el MIVI, señaló Batista.
La cinta costera traerá grandes beneficios para la ciudadanía, ya que se crearán áreas de esparcimiento y se rehabilitaría los barrios marginados ubicados en las áreas cercanas a la cinta como la Exposición y San Felipe, entre otros.
El arquitecto urbanista, Alberto Arosemena, uno de los tantos profesionales que no estaba de acuerdo con la rampa, ve con buenos ojos el proyecto de la cinta costera porque ofrece múltiples ventajas a las ciudades costeras y se generan espacios abiertos de uso público, en donde su principal función es permitir la concentración de personas, que se puedan desplazar por veredas amplias y disfruten del escenario y el ambiente.
Desde el punto de vista de urbanismo esta obra es necesaria, debido a que es parte integral de un sistema de dotación de espacios abiertos públicos, incrementando el área verde (4.5m2 por habitante en la ciudad de Panamá) índice muy por debajo del mínimo requerido por la Naciones Unidas que es de 12m2 de área verde por habitante.
Arosemena, señala que la costanera mejorará la circulación vehicular y dotará de más áreas verde a la ciudad. En este sentido se mejorará el aspecto estético.
Los proyectos de la cinta costera deben ser tratados de acuerdo con los parámetros establecidos que asegure el libre paso, uso de las instalaciones, ciclo vías, para caminar, espacios para exposiciones, tarimas, etc., el disfrute del paisaje, de playas si las hubiere, uso del mobiliario urbano, iluminación adecuada. Nada más imaginémonos la cinta costera en la Balboa como Copacabana, o la de Niza o el desarrollo del "Malecón 2000" en Guayaquil.
Arosemena explicó que para desarrollar el proyecto se debe realizar un estudio de los puntos focales de interés y perspectivas a distintas profundidades.
Esto, para a acentuar, destacar su valoración y entorno, identificar los sitios de mayor confluencia peatonal y vehicular, para diseñar las intersecciones y el pavimento de las calles y señalizar el sentido de las vías y del transporte público que se utilizaría en la nueva zona.
El proyecto no es improvisado, surge a consecuencia de un estudio realizado por el Ministerio de Vivienda, contenido en el Plan Desarrollo Urbano de Áreas Metropolitanas en el Pacífico y el Atlántico y que fue elaborado desde 1997 y en el estudio del Sistema de Espacios Abiertos (SEA), en donde se estudiaron diversas opciones para efectuar la propuesta.
El Plan de Desarrollo Urbano establece un ordenamiento en la ciudad desde Capira hasta el área de Pacora y de Panamá hasta la costa atlántica de Colón, así como se determina cuáles son las áreas de vivienda, comerciales, recreativas y boscosas.
Además, se plantea la necesidad de buscar sitios de uso público amplios en las zonas donde se ha densificado la ciudad y en las que actualmente no hay áreas de diversión.
La cinta costera vendría a llenar ese espacio, ya que sería una franja de tierra de aproximadamente 50 metros de ancho, desde Punta Paitilla hasta el Mercado Público y en donde solamente se realizarían actividades netamente recreativas y actividades comerciales complementarias, es decir cero industrias y viviendas.
Según el arquitecto, José Batista, director de Desarrollo Urbano del Ministerio de Vivienda (MIVI), se prepararon los documentos; se sacó a concurso; se hizo la homologación y cuando iban a abrir la competencia para presentar los últimos estudios para licitación , se cerró en la administración de Mireya Moscoso y en el gobierno actual no se ha retomado el tema.
El proyecto no se está incluido en la primera fase de prioridades, pero no quiere decir que esta excluido, ya que es parte del Plan de Desarrollo Metropolitano que desarrolla el MIVI, señaló Batista.
La cinta costera traerá grandes beneficios para la ciudadanía, ya que se crearán áreas de esparcimiento y se rehabilitaría los barrios marginados ubicados en las áreas cercanas a la cinta como la Exposición y San Felipe, entre otros.
El arquitecto urbanista, Alberto Arosemena, uno de los tantos profesionales que no estaba de acuerdo con la rampa, ve con buenos ojos el proyecto de la cinta costera porque ofrece múltiples ventajas a las ciudades costeras y se generan espacios abiertos de uso público, en donde su principal función es permitir la concentración de personas, que se puedan desplazar por veredas amplias y disfruten del escenario y el ambiente.
Desde el punto de vista de urbanismo esta obra es necesaria, debido a que es parte integral de un sistema de dotación de espacios abiertos públicos, incrementando el área verde (4.5m2 por habitante en la ciudad de Panamá) índice muy por debajo del mínimo requerido por la Naciones Unidas que es de 12m2 de área verde por habitante.
Arosemena, señala que la costanera mejorará la circulación vehicular y dotará de más áreas verde a la ciudad. En este sentido se mejorará el aspecto estético.
Los proyectos de la cinta costera deben ser tratados de acuerdo con los parámetros establecidos que asegure el libre paso, uso de las instalaciones, ciclo vías, para caminar, espacios para exposiciones, tarimas, etc., el disfrute del paisaje, de playas si las hubiere, uso del mobiliario urbano, iluminación adecuada. Nada más imaginémonos la cinta costera en la Balboa como Copacabana, o la de Niza o el desarrollo del "Malecón 2000" en Guayaquil.
Arosemena explicó que para desarrollar el proyecto se debe realizar un estudio de los puntos focales de interés y perspectivas a distintas profundidades.
Esto, para a acentuar, destacar su valoración y entorno, identificar los sitios de mayor confluencia peatonal y vehicular, para diseñar las intersecciones y el pavimento de las calles y señalizar el sentido de las vías y del transporte público que se utilizaría en la nueva zona.
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