Retiros espirituales constituyen una opción distinta en carnavales
Publicado 1999/02/21 00:00:00
- Carlos Acebedo
Miles de automóviles cruzan el puente de Las Américas desde el viernes que precede al carnaval, mientras se anuncia que quienes van en ellos van a gozar de las fiestas.
De esta forma, las estadísticas del Tránsito dan cuenta que millares de automovilistas se movilizaron hacia el interior a disfrutar el carnaval.
Eso no es del todo cierto. De esas miles de personas hay un porcentaje no cuantificado que va hacia algún lugar a recogerse espiritualmente para enriquecer su fe y nutrirse de paz.
Esas personas asisten a los llamados retiros espirituales, que constituyen una opción distinta para quienes no creen en fiestas paganas o bien, no disfrutan de ellas.
Esos retiros espirituales se dan en las distintas iglesias, llámense católicas o protestantes.
Los hay de distintos tipos. Así, pueden convertirse en una convivencia familiar o en un encuentro para escuchar en el silencio a Dios y a sí mismo.
Estos últimos son conocidos como los Retiros Ignacianos, de la Iglesia Católica, que fueron creados por San Ignacio de Loyola.
El reverendo padre Juan de Dios Antoline Abad, asesor de la Fundación Ignacio de Loyola, dio a conocer en qué consiste este tipo de retiros expirituales.
A propósito, según la espiritualidad Ignaciana todo es bueno cuando se hace según el orden y la voluntad de Dios, de manera que los carnavales pueden ser buenos cuando son ordenados, de lo contrario, es tanto como hacer oración de manera desordenada.
Los retiros ignacianos se definen como ejercicios espirituales mediante los cuales se busca ordenar la vida buscando la felicidad plena que coincide con lo que Dios quiere para los hombres.
De hecho, los retiros no sólo incluyen orar, sino que estos ejercicios se extienden a la vida corriente haciendo oración para ver qué le pide Dios a cada uno.
El sacerdote explicó que su creador, San Ignacio de Loyola era una persona vana, un soldado que cambió su vida al servicio de Dios sirviendo a los demás.
El creó los ejercicios espirituales como una forma de reflexionar, examinar la vida, de orar en silencio y en un ambiente especial.
El escribió el libro de los ejercicios espirituales, que es el que más ha influido en la vida de los seres humanos después de los evangelios.
Ha sido recomendado por todos los Papas, desde el siglo XVI y se usaba en la Rusia Comunista para que los rusos practicaran y vivieran un comunismo coherente.
A juicio del sacerdote Antoline, este libro se necesita tanto en China como en Bosnia, Japón o Panamá.
Los retiros Ignacianos no constituyen predicación ni charlas pedagógicas, son ejercicios para enfrentar al ser humano con sus cuatro grandes relaciones: con Dios, con las demás personas, con las cosas que lo rodean y consigo mismo.
Para que un retiro tenga el sello de "Ignaciano" debe tener tres elementos básicos: oración (para conversar con Dios y escucharlo), discernimiento (para distinguir las voces distintas dentro cada cual y si las voces son de Dios o no) y el acompañamiento (de una persona que pueda guiar objetivamente al que realiza los ejercicios).
Esta última persona puede ser un laico, sacerdote, monja, soltero, casado, soltera, casada, o cualquier persona que haya vivido un retiro ignaciano, pero que además sea cristiana y viva intensa y honestamente su vida.
No todo retiro católico es Ignaciano. Hay diversas formas de retiros: de alabanza, de acción de gracias, de recitar salmos, entre otros. Sin embargo, estos no tienen el elemento del discernimiento, explicado anteriormente, tan necesario para el crecimiento en humanidad y en la fe.
Durante los pasados carnavales, unas 32 personas estuvieron en el retiro Ignaciano realizado en el centro Emaús.
Para un retiro de esta naturaleza se requiere un ambiente especial, una ambientación, al igual que cuando se va al cine, donde se necesita silencio para concentrarse.
Aquí, se necesita el silencio interior y el exterior, pero además de eso, se requiere del participante mucho ánimo y tener grandes deseos, porque aunque las personas participantes hayan sido desordenadas, Jesús hace lo mismo que con los apóstoles y santos y les ayuda a ordenar sus vidas.
Los ejercicios espirituales también puede ser de una hora diaria, siempre con el acompañamiento de una persona que los haya vivido y que tenga intensidad espiritual.
Hay retiros ignacianos que pueden durar 48 horas, ocho días, 30 días, y los hay de ocho meses de una hora diaria de oración.
El padre Antoline informó que en el libro de San Ignacio de Loyola sobre los ejercicios espirituales se basó la Constitución de los Jesuitas, la misma que ha durado más siglos y que más ha influido en la vida y cultura de los hombres desde el siglo XVI.
Este tipo de retiro espiritual es de convivencia, y según la hermana Aura Chávez, de la Comunidad Misionera Hosanna, quien concedió entrevista a este medio, los que se realizan en carnaval no sólo tienen como objetivo el alejarse de las fiestas y del ruido, sino que se busca el descanso de la actividad cotidiana para llenar el espíritu.
Lo que se busca es compartir con los semejantes y para ello se realizan actividades deportivas, de alabanza y se complementa con talleres prácticos donde participan médicos que instruyen a los participantes sobre cómo prevenir enfermedades físicas.
"Nuestros principios cristianos se basan en la biblia que censura las prácticas paganas que apelan a la inmoralidad", dijo Chávez.
Agregó que no es que el evangélico tema contagiarse por estas prácticas, sino que evita caer en las tentaciones propias de las fiestas y por ello busca el retiro espiritual.
El participar en un retiro de este tipo, les da nuevas fuerzas a los evangélicos para seguir su respectivo trabajo dentro de la congregación, indicó.
Aunque los retiros se realizan en cualquier fecha, generalmente los de carnaval tienden a proteger a los hermanos evangélicos para que no caigan en tentaciones.
Este año, se realizó un retiro espiritual durante carnaval en San Carlos. Allí compartieron el alimento, participaron en diversas charlas y se realizaron actividades familiares.
Muchas veces los retiros se realizan en carpas, donde la gente acampa y hace ejercicios al aire libre, lo que ayuda a la fortaleza del espíritu.
Por otra parte, el reverendo Carlos Borbúa, de la misma congregación, dijo estar convencido de que la Iglesia, cualquiera que sea, no debe retirarse en carnaval, sino quedarse donde están las fiestas para ayudar espiritualmente a quienes más lo necesitan.
"No es ahora, después del carnaval, que con una ceniza en la frente se taparán las orgías propias de las fiestas", dijo el reverendo.
Es necesario estar allí y hablar con la gente que está en las ciudades, buscando una estrategia para ayudar a los que se lanzan a buscar alegrías falsas porque hay muchas almas confundidas.
No está de acuerdo el reverendo con las fiestas del carnaval y dijo que el gobierno debe hacer un balance entre los resultados positivos y negativos de las fiestas. Si el resultado es a todas luces negativo, entonces para qué celebrarlas, sentenció.
Considera que son saludables los retiros espirituales, pero también sería saludable que la Iglesia se quedara en el carnaval de las ciudades porque de esta forma podría ayudar a más personas, recalcó.
De esta forma, las estadísticas del Tránsito dan cuenta que millares de automovilistas se movilizaron hacia el interior a disfrutar el carnaval.
Eso no es del todo cierto. De esas miles de personas hay un porcentaje no cuantificado que va hacia algún lugar a recogerse espiritualmente para enriquecer su fe y nutrirse de paz.
Esas personas asisten a los llamados retiros espirituales, que constituyen una opción distinta para quienes no creen en fiestas paganas o bien, no disfrutan de ellas.
Esos retiros espirituales se dan en las distintas iglesias, llámense católicas o protestantes.
Los hay de distintos tipos. Así, pueden convertirse en una convivencia familiar o en un encuentro para escuchar en el silencio a Dios y a sí mismo.
Estos últimos son conocidos como los Retiros Ignacianos, de la Iglesia Católica, que fueron creados por San Ignacio de Loyola.
El reverendo padre Juan de Dios Antoline Abad, asesor de la Fundación Ignacio de Loyola, dio a conocer en qué consiste este tipo de retiros expirituales.
A propósito, según la espiritualidad Ignaciana todo es bueno cuando se hace según el orden y la voluntad de Dios, de manera que los carnavales pueden ser buenos cuando son ordenados, de lo contrario, es tanto como hacer oración de manera desordenada.
Los retiros ignacianos se definen como ejercicios espirituales mediante los cuales se busca ordenar la vida buscando la felicidad plena que coincide con lo que Dios quiere para los hombres.
De hecho, los retiros no sólo incluyen orar, sino que estos ejercicios se extienden a la vida corriente haciendo oración para ver qué le pide Dios a cada uno.
El sacerdote explicó que su creador, San Ignacio de Loyola era una persona vana, un soldado que cambió su vida al servicio de Dios sirviendo a los demás.
El creó los ejercicios espirituales como una forma de reflexionar, examinar la vida, de orar en silencio y en un ambiente especial.
El escribió el libro de los ejercicios espirituales, que es el que más ha influido en la vida de los seres humanos después de los evangelios.
Ha sido recomendado por todos los Papas, desde el siglo XVI y se usaba en la Rusia Comunista para que los rusos practicaran y vivieran un comunismo coherente.
A juicio del sacerdote Antoline, este libro se necesita tanto en China como en Bosnia, Japón o Panamá.
Los retiros Ignacianos no constituyen predicación ni charlas pedagógicas, son ejercicios para enfrentar al ser humano con sus cuatro grandes relaciones: con Dios, con las demás personas, con las cosas que lo rodean y consigo mismo.
Para que un retiro tenga el sello de "Ignaciano" debe tener tres elementos básicos: oración (para conversar con Dios y escucharlo), discernimiento (para distinguir las voces distintas dentro cada cual y si las voces son de Dios o no) y el acompañamiento (de una persona que pueda guiar objetivamente al que realiza los ejercicios).
Esta última persona puede ser un laico, sacerdote, monja, soltero, casado, soltera, casada, o cualquier persona que haya vivido un retiro ignaciano, pero que además sea cristiana y viva intensa y honestamente su vida.
No todo retiro católico es Ignaciano. Hay diversas formas de retiros: de alabanza, de acción de gracias, de recitar salmos, entre otros. Sin embargo, estos no tienen el elemento del discernimiento, explicado anteriormente, tan necesario para el crecimiento en humanidad y en la fe.
Durante los pasados carnavales, unas 32 personas estuvieron en el retiro Ignaciano realizado en el centro Emaús.
Para un retiro de esta naturaleza se requiere un ambiente especial, una ambientación, al igual que cuando se va al cine, donde se necesita silencio para concentrarse.
Aquí, se necesita el silencio interior y el exterior, pero además de eso, se requiere del participante mucho ánimo y tener grandes deseos, porque aunque las personas participantes hayan sido desordenadas, Jesús hace lo mismo que con los apóstoles y santos y les ayuda a ordenar sus vidas.
Los ejercicios espirituales también puede ser de una hora diaria, siempre con el acompañamiento de una persona que los haya vivido y que tenga intensidad espiritual.
Hay retiros ignacianos que pueden durar 48 horas, ocho días, 30 días, y los hay de ocho meses de una hora diaria de oración.
El padre Antoline informó que en el libro de San Ignacio de Loyola sobre los ejercicios espirituales se basó la Constitución de los Jesuitas, la misma que ha durado más siglos y que más ha influido en la vida y cultura de los hombres desde el siglo XVI.
Este tipo de retiro espiritual es de convivencia, y según la hermana Aura Chávez, de la Comunidad Misionera Hosanna, quien concedió entrevista a este medio, los que se realizan en carnaval no sólo tienen como objetivo el alejarse de las fiestas y del ruido, sino que se busca el descanso de la actividad cotidiana para llenar el espíritu.
Lo que se busca es compartir con los semejantes y para ello se realizan actividades deportivas, de alabanza y se complementa con talleres prácticos donde participan médicos que instruyen a los participantes sobre cómo prevenir enfermedades físicas.
"Nuestros principios cristianos se basan en la biblia que censura las prácticas paganas que apelan a la inmoralidad", dijo Chávez.
Agregó que no es que el evangélico tema contagiarse por estas prácticas, sino que evita caer en las tentaciones propias de las fiestas y por ello busca el retiro espiritual.
El participar en un retiro de este tipo, les da nuevas fuerzas a los evangélicos para seguir su respectivo trabajo dentro de la congregación, indicó.
Aunque los retiros se realizan en cualquier fecha, generalmente los de carnaval tienden a proteger a los hermanos evangélicos para que no caigan en tentaciones.
Este año, se realizó un retiro espiritual durante carnaval en San Carlos. Allí compartieron el alimento, participaron en diversas charlas y se realizaron actividades familiares.
Muchas veces los retiros se realizan en carpas, donde la gente acampa y hace ejercicios al aire libre, lo que ayuda a la fortaleza del espíritu.
Por otra parte, el reverendo Carlos Borbúa, de la misma congregación, dijo estar convencido de que la Iglesia, cualquiera que sea, no debe retirarse en carnaval, sino quedarse donde están las fiestas para ayudar espiritualmente a quienes más lo necesitan.
"No es ahora, después del carnaval, que con una ceniza en la frente se taparán las orgías propias de las fiestas", dijo el reverendo.
Es necesario estar allí y hablar con la gente que está en las ciudades, buscando una estrategia para ayudar a los que se lanzan a buscar alegrías falsas porque hay muchas almas confundidas.
No está de acuerdo el reverendo con las fiestas del carnaval y dijo que el gobierno debe hacer un balance entre los resultados positivos y negativos de las fiestas. Si el resultado es a todas luces negativo, entonces para qué celebrarlas, sentenció.
Considera que son saludables los retiros espirituales, pero también sería saludable que la Iglesia se quedara en el carnaval de las ciudades porque de esta forma podría ayudar a más personas, recalcó.
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