La situación en áreas tribales de Pakistán es "difícil y compleja", reconoce la Casa Blanca

La situación en las áreas tribales paquistaníes cerca de la frontera con Afganistán es "difícil y compleja", reconoció hoy la Casa Blanca, a raíz de las protestas paquistaníes por sus ataques con aviones no tripulados en esas zonas.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó hoy en declaraciones a la prensa que: "entendemos que la situación es difícil y compleja.

Nos alientan las actividades que el Gobierno de Pakistán ha adoptado para poner a la red terrorista Al Qaeda bajo el tipo de presión en las áreas tribales que nunca había padecido hasta ahora".

Gibbs respondió así a las protestas de Pakistán ante el aumento de los ataques estadounidenses con aviones no pilotados contra supuestas bases de Al Qaeda en las zonas tribales.

En una rueda de prensa, el portavoz de Exteriores paquistaní, Abdul Basit, calificó esos ataques de "contraproducentes" para "ganar las mentes y corazones de la población" y pidió a Estados Unidos que "revise su política".

Desde el 3 de septiembre, EE.

UU.

ha lanzado 27 ataques con aviones no pilotados, el último de ellos hoy mismo y que causó la muerte de al menos cuatro personas en la región de Waziristán del Norte.

A las protestas de Islamabad por estos ataques, se suman las causadas por la muerte de dos soldados paquistaníes a los que un helicóptero estadounidense confundió con militantes afganos.

A raíz de este incidente, Pakistán cerró la principal ruta de suministros de la OTAN hacia Afganistán, pese a las disculpas presentadas por la embajadora de EE.

UU.

en Islamabad, Anne Patterson.

Pese a los elogios presentados por Gibbs hoy, cuando se cumple el noveno aniversario de la guerra en Afganistán, el Gobierno estadounidense ha advertido, en un informe clasificado al Congreso y filtrado por los medios, que los soldados paquistaníes evitan entrar en "conflicto directo" con los insurgentes en Waziristán del Norte.

A pesar de la presión de Washington, Waziristán del Norte es la única región del conflictivo cinturón tribal limítrofe con Afganistán en la que el Ejército paquistaní no ha lanzado una operación contra la insurgencia en los últimos dos años.