Revista omite fotos para ayudar al medio ambiente
- Jessica Testa
Vogue Italia tiene mucho tiempo de emplear las problemáticas sociales como tema de moda. Franca Sozzani, la directora editorial anterior, publicó editoriales en torno a temas como la violencia doméstica, el derrame petrolero de British Petroleum y la guerra contra el terrorismo. Emanuele Farneti, actual director ha continuado la tradición.

Ocho artistas diseñaron portadas para enero. Foto ilustrativa / Vogue Italia.
¿Qué es una revista de modas sin sesiones de fotos, sin esas hermosas imágenes de modelos, tomadas en ambientes glamorosos y producidas por un ejército de estilistas, maquillistas, editores y asistentes?
En primer lugar, es una revista más amigable con el ambiente. Así lo afirma la revista Vogue Italia, que buscó este mes hacer una declaración sobre la sustentabilidad al omitir las sesiones de fotos.
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En su mensaje de enero del 2020 a sus lectores, Emanuele Farneti, el director editorial, describió lo que se requiere para llenar un número de su revista con fotografías originales: “Ciento cincuenta personas involucradas. Alrededor de 20 vuelos y más o menos 12 recorridos en tren. Cuarenta autos a la espera. Sesenta entregas internacionales. Luces encendidas durante por lo menos 10 horas consecutivas, en parte gracias a generadores a gasolina. Desperdicio de alimentos de los servicios de preparación de comidas. Plástico para envolver las prendas. Electricidad para recargar teléfonos y cámaras”.
Reconocer esta contaminación era importante para Farneti, particularmente después de que él y otros 25 editores internacionales de Vogue prometieron en diciembre ayudar a “preservar nuestro planeta para generaciones futuras”.
“Es muy importante que uno realmente tome acción”, dijo. Su acción: reemplazar fotos con ilustraciones, contratando a artistas para “mostrar la ropa sin fotografiarla”.
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El número de enero viene enfundado en ocho portadas diferentes. Cada una retrata a una modelo vistiendo Gucci, aunque las portadas varían en estilo. Todas portan la frase: “Ninguna producción de sesión de fotos fue requerida para la elaboración de esta edición”.
Vogue Italia tiene mucho tiempo de emplear las problemáticas sociales como tema de moda. Franca Sozzani, la directora editorial anterior, publicó editoriales en torno a temas como la violencia doméstica, el derrame petrolero de British Petroleum y la guerra contra el terrorismo. Farneti ha continuado la tradición.
Aún así, la edición a final de cuentas es un gesto —no la clase de cambio a largo plazo que en realidad pudiera reducir la huella de carbono de la elaboración de una revista. Farneti lo sabe.
Como un paso en esa dirección, Farneti dijo que Vogue Italia figurará este año entre las primeras de las publicaciones internacionales de Condé Nast en usar envoltura de plástico 100 por ciento compostable. El dinero ahorrado de omitir las sesiones de fotos será donado a una biblioteca y centro cultural en Venecia que resultó dañado en noviembre por las inundaciones en marea alta que sufrió.
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“Creo que la forma más honesta de enfrentar un problema es empezar por admitir que existe”, dijo Farneti, en referencia a los gastos ambientales que enumeró en su carta del editor. “Esa fue nuestra manera de decir que sabemos que somos parte de un negocio que dista mucho de ser sustentable”.
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