2004, año bisiesto
Publicado 2004/02/28 00:00:00
Cuando el calendario se basa en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, se le denomina calendario solar. El tiempo de este año astronómico es 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos; es decir 365.242 días. Nuestro calendario tiene un origen remoto y ha experimentado diversas modificaciones a lo largo de la historia. Su procedencia se encuentra en el calendario romano, reformado por el emperador Cayo Julio César en el año 46, antes de Jesucristo, con la asesoría del astrónomo griego Sosígenes. La reforma se hizo para mantener la coincidencia entre las estaciones de la naturaleza y las del calendario. Para el ajuste, Julio César decidió establecer un calendario estrictamente solar, introduciendo el año bisiesto. Así, quedó que el año está formado por períodos de tres años de 365 días, seguidos de un año de 366 días, para lo cual se añade un día en el mes de febrero. El número que corresponde al año bisiesto es múltiplo de 4 (divisible exactamente entre 4). Este calendario, denominado juliano, también estableció el orden de los meses y días de la semana, como figura actualmente. Los años a los que se le añade un día en el mes de febrero reciben el nombre de bisiestos porque en el calendario juliano el día añadido se hacía repitiendo dos veces el 23 de febrero, y como a este día se le denominaba "el sexto día antes de las calendas de marzo", a los años en que esto sucedía se les llamó bisiestos.
Por tener el calendario juliano tres años de 365 días, seguidos de un año de 366 días, posee un año promedio de 365.25 días (365 + 365 + 365 + 366/4(365.25). Esta diferencia con respecto al año astronómico (365.242), equivale a que el año juliano es 11 minutos y 14 segundos (0.008 días) más largo que el año solar. Esto produjo que a finales del siglo XVI, el error fuese de 10 días de retraso. Debido a que las fiestas de la Iglesia no tenían lugar en las estaciones apropiadas, el Papa Gregorio XIII, en 1582, hizo la corrección de los 10 días de retraso, restableciendo la concordancia con el año astronómico, para lo cual adelantó o eliminó 10 días en octubre (del 5 se pasó al 15 de octubre), ese año dicho mes tuvo sólo 21 días. Para evitar futuros corrimientos, Gregorio XIII estableció la eliminación de ciertos años bisiestos. Es decir, si el último año de cada siglo es divisible exactamente por 400, éste será bisiesto, y todos los demás años centenarios que no cumplan con esta condición (que en principio deberían ser bisiestos) serán años normales. Ejemplo: 1600 fue un año bisiesto, ya que es divisible exactamente entre 4 y 400; 1700, 1800 y 1900, a pesar de ser divisibles exactamente entre 4, no fueron bisiestos porque no son divisibles exactamente entre 400; el año 2000 fue bisiesto, pues es divisible exactamente entre 4 y 400; el año 2100 no será bisiesto a pesar de ser divisible exactamente entre 4, pero no es divisible exactamente entre 400.
El 2004 no es un año centenario y es divisible exactamente entre 4 (2004/4=501), por lo que es un año bisiesto, y para que tenga 366 días le añadiremos un día al mes de febrero, y por esta razón tendrá 29 días. En honor al Papa Gregorio XIII, nuestro calendario recibe el nombre de calendario gregoriano, y por tener como año primero el nacimiento de Jesucristo, se le denomina también calendario cristiano.
Por tener el calendario juliano tres años de 365 días, seguidos de un año de 366 días, posee un año promedio de 365.25 días (365 + 365 + 365 + 366/4(365.25). Esta diferencia con respecto al año astronómico (365.242), equivale a que el año juliano es 11 minutos y 14 segundos (0.008 días) más largo que el año solar. Esto produjo que a finales del siglo XVI, el error fuese de 10 días de retraso. Debido a que las fiestas de la Iglesia no tenían lugar en las estaciones apropiadas, el Papa Gregorio XIII, en 1582, hizo la corrección de los 10 días de retraso, restableciendo la concordancia con el año astronómico, para lo cual adelantó o eliminó 10 días en octubre (del 5 se pasó al 15 de octubre), ese año dicho mes tuvo sólo 21 días. Para evitar futuros corrimientos, Gregorio XIII estableció la eliminación de ciertos años bisiestos. Es decir, si el último año de cada siglo es divisible exactamente por 400, éste será bisiesto, y todos los demás años centenarios que no cumplan con esta condición (que en principio deberían ser bisiestos) serán años normales. Ejemplo: 1600 fue un año bisiesto, ya que es divisible exactamente entre 4 y 400; 1700, 1800 y 1900, a pesar de ser divisibles exactamente entre 4, no fueron bisiestos porque no son divisibles exactamente entre 400; el año 2000 fue bisiesto, pues es divisible exactamente entre 4 y 400; el año 2100 no será bisiesto a pesar de ser divisible exactamente entre 4, pero no es divisible exactamente entre 400.
El 2004 no es un año centenario y es divisible exactamente entre 4 (2004/4=501), por lo que es un año bisiesto, y para que tenga 366 días le añadiremos un día al mes de febrero, y por esta razón tendrá 29 días. En honor al Papa Gregorio XIII, nuestro calendario recibe el nombre de calendario gregoriano, y por tener como año primero el nacimiento de Jesucristo, se le denomina también calendario cristiano.
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