¿Adiós a los tatuajes o adiós a la esperanza?
Publicado 2005/08/28 23:00:00
¿Dónde está el futuro de Panamá si no hay ayuda para los jóvenes..?
¿Dónde está el futuro de Panamá si no hay ayuda para los jóvenes..? En julio me enteré del programa "Adiós tatuajes" que la Iglesia Católica, entre otras cosas, está llevando a cabo en Honduras, Guatemala, El Salvador, y Nicaragua y que ahora planeaba llevar adelante también en Panamá, en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced en San Felipe, para ayudar a los jóvenes, especialmente los de las clases más desfavorecidas, a quitarse los tatuajes que un tiempo aceptaron, en búsqueda de una identidad y de una protección que evidentemente no encontraban en sus propias familias.
Quedé asombrado y yo mismo me dije que ¡de verdad que estos países y Panamá, en particular, son benditos de Dios! En mi país, Italia, las Iglesias normalmente están vacías (pero los estadios llenos) y es el centro del cristianismo! Aquí no sólo las veo normalmente llenas, sino que hasta te llegan a organizar ¿una clínica para quitar tatuajes? ¡Bendito sea el Señor! Por darnos sacerdotes con tan genuina vocación de servicio y de amor al prójimo; esto fue lo que pensé, pero también me pregunté: ¿Esto no debería promoverlo el Estado? ¿No debería cuidar de su bien -en mi concepto- más valioso, es decir su propia juventud, necesaria para asegurar, en caso de ser bien educada, su propio futuro como Nación? ¿Dónde están las instituciones? No terminaba de hacerme estas interrogantes cuando fui asaltado por un joven, a bordo de un taxi, en la pura esquina de la fiscalía para menores de la PTJ, en Curundú (¡sí así mismo!), lo cual me parece que denota una falta absoluta de miedo hacia esta institución y a las autoridades en general. Para honra de los agentes de la Fuerza Pública, debo decir también que al par de días este jovencito fue aprehendido y yo llamado para rendir la respectiva denuncia.. a la vuelta de la esquina donde había sido asaltado.
Mi deseo fue que este joven, a raíz de su propia mala conducta, pudiera encontrar su propia salvación y así lo manifesté en la denuncia que reposa en los archivos de la PTJ (textualmente): .¿.que puedo hacer yo como extranjero que ama este pueblo y este país para ayudar a estos jovencitos (representan el futuro de este país) para que puedan emprender el camino del bien y dejar el de la perdición y de la autodestrucción? (espero respuesta, nada). Pues no creo que el remedio sea ponerlos presos, sino educarlos.. ¡mientras no sea tarde para hacerlo!
Hace algunos días, leì en este diario un excelente artículo de Mons. Rómulo Emiliani, titulado "Valore su cuerpo" en el cual decía, entre otras cosas: "En su cuerpo habita Dios. Usted es templo vivo del Espíritu Santo; evite caer en vicios como el licor, la droga, el sexo. Todo vicio mancha y profana su cuerpo y su alma..". ¡Parole sante! (palabras santas), exclamé en mi mente, y mi pensamiento de una vez fue al programa "Adiós tatuajes", a la relación tatuaje-mara (pandilla), a la labor concreta del Padre Juan Carlos Cabrera, Párroco del la Iglesia de N.S., el cual indirectamente estaba dando una respuesta concreta también a mi pregunta concreta, en favor de los jóvenes. ¿Qué respuesta mejor puede haber que el buen ejemplo? ¿Cuántos jóvenes, pensé, tienen ahora la oportunidad de quitarse, gratuitamente, y para siempre de sus cuerpos esas "marcas del diablo" y emprender con una buena ayuda espiritual una nueva vida? ¡Que bueno! ¡Que viva Panamá! ¡Que viva la Iglesia Católica! Pero qué va, mis queridos lectores, parece que eso estaba demasiado lindo, pues me llegó como un balde de agua fría en invierno (invierno europeo, o sea frío de verdad, ¡no como aquí que se le llama así sólo porque llueve!) la noticia publicada en "Panorama Católico", según la cual el programa "Adiós Tatuajes" no recibiría la ayuda solicitada a los ministerios de Salud, de Desarrollo Social y la misma Alcaldía de Panamá, para compensar los gastos asumidos por la Parroquia La Merced. ¿Será posible que estas entidades sean tan ciegas e insensibles frente a una acción social de esta importancia y que beneficia a la gente pobre? ¿Y dónde está entonces la Patria Nueva? Pero sobre todo, ¿dónde está el futuro de Panamá si no hay ayuda para los jóvenes, especialmente los más necesitados y que quieren mejorarse? Por eso, con todo el respeto, me atrevo a girar estas preguntas a los panameños: ¿Qué futuro queremos para nuestro Panamá? ¿Cuánto valen nuestros jóvenes? ¿El sol y la lluvia no llegan acaso tanto para los justos como para los pecadores? ¿Adiós a los tatuajes o adiós a la esperanza?
(diegodb57@yahoo.it)
Un año después.. "Un Presidente debe andar con la verdad y la verdad no es solamente no decir mentiras, sino, sobre todo, no engañar ocultando la verdad".
¡Así de sencilla es la cosa!
(*)El autor es fundador del PRD y coordinador del Frente Democrático Torrijista (FDT)
(avidquoc@latinmail.com)
Quedé asombrado y yo mismo me dije que ¡de verdad que estos países y Panamá, en particular, son benditos de Dios! En mi país, Italia, las Iglesias normalmente están vacías (pero los estadios llenos) y es el centro del cristianismo! Aquí no sólo las veo normalmente llenas, sino que hasta te llegan a organizar ¿una clínica para quitar tatuajes? ¡Bendito sea el Señor! Por darnos sacerdotes con tan genuina vocación de servicio y de amor al prójimo; esto fue lo que pensé, pero también me pregunté: ¿Esto no debería promoverlo el Estado? ¿No debería cuidar de su bien -en mi concepto- más valioso, es decir su propia juventud, necesaria para asegurar, en caso de ser bien educada, su propio futuro como Nación? ¿Dónde están las instituciones? No terminaba de hacerme estas interrogantes cuando fui asaltado por un joven, a bordo de un taxi, en la pura esquina de la fiscalía para menores de la PTJ, en Curundú (¡sí así mismo!), lo cual me parece que denota una falta absoluta de miedo hacia esta institución y a las autoridades en general. Para honra de los agentes de la Fuerza Pública, debo decir también que al par de días este jovencito fue aprehendido y yo llamado para rendir la respectiva denuncia.. a la vuelta de la esquina donde había sido asaltado.
Mi deseo fue que este joven, a raíz de su propia mala conducta, pudiera encontrar su propia salvación y así lo manifesté en la denuncia que reposa en los archivos de la PTJ (textualmente): .¿.que puedo hacer yo como extranjero que ama este pueblo y este país para ayudar a estos jovencitos (representan el futuro de este país) para que puedan emprender el camino del bien y dejar el de la perdición y de la autodestrucción? (espero respuesta, nada). Pues no creo que el remedio sea ponerlos presos, sino educarlos.. ¡mientras no sea tarde para hacerlo!
Hace algunos días, leì en este diario un excelente artículo de Mons. Rómulo Emiliani, titulado "Valore su cuerpo" en el cual decía, entre otras cosas: "En su cuerpo habita Dios. Usted es templo vivo del Espíritu Santo; evite caer en vicios como el licor, la droga, el sexo. Todo vicio mancha y profana su cuerpo y su alma..". ¡Parole sante! (palabras santas), exclamé en mi mente, y mi pensamiento de una vez fue al programa "Adiós tatuajes", a la relación tatuaje-mara (pandilla), a la labor concreta del Padre Juan Carlos Cabrera, Párroco del la Iglesia de N.S., el cual indirectamente estaba dando una respuesta concreta también a mi pregunta concreta, en favor de los jóvenes. ¿Qué respuesta mejor puede haber que el buen ejemplo? ¿Cuántos jóvenes, pensé, tienen ahora la oportunidad de quitarse, gratuitamente, y para siempre de sus cuerpos esas "marcas del diablo" y emprender con una buena ayuda espiritual una nueva vida? ¡Que bueno! ¡Que viva Panamá! ¡Que viva la Iglesia Católica! Pero qué va, mis queridos lectores, parece que eso estaba demasiado lindo, pues me llegó como un balde de agua fría en invierno (invierno europeo, o sea frío de verdad, ¡no como aquí que se le llama así sólo porque llueve!) la noticia publicada en "Panorama Católico", según la cual el programa "Adiós Tatuajes" no recibiría la ayuda solicitada a los ministerios de Salud, de Desarrollo Social y la misma Alcaldía de Panamá, para compensar los gastos asumidos por la Parroquia La Merced. ¿Será posible que estas entidades sean tan ciegas e insensibles frente a una acción social de esta importancia y que beneficia a la gente pobre? ¿Y dónde está entonces la Patria Nueva? Pero sobre todo, ¿dónde está el futuro de Panamá si no hay ayuda para los jóvenes, especialmente los más necesitados y que quieren mejorarse? Por eso, con todo el respeto, me atrevo a girar estas preguntas a los panameños: ¿Qué futuro queremos para nuestro Panamá? ¿Cuánto valen nuestros jóvenes? ¿El sol y la lluvia no llegan acaso tanto para los justos como para los pecadores? ¿Adiós a los tatuajes o adiós a la esperanza?
(diegodb57@yahoo.it)
Un año después.. "Un Presidente debe andar con la verdad y la verdad no es solamente no decir mentiras, sino, sobre todo, no engañar ocultando la verdad".
¡Así de sencilla es la cosa!
(*)El autor es fundador del PRD y coordinador del Frente Democrático Torrijista (FDT)
(avidquoc@latinmail.com)
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