Panamá
Alfred Thayer Mahan y el proyecto del Canal
- Ricardo Cochran Martínez (opinion@epasa.com) /
Licenciado en Filosofía e Historia. Hubo, ciertamente, una especial conjunción de factores en el éxito de Alfred Thayer Mahan, almirante y filósofo de la naval estadounidense,
Licenciado en Filosofía e Historia.
Hubo, ciertamente, una especial conjunción de factores en el éxito de Alfred Thayer Mahan, almirante y filósofo de la naval estadounidense, que en 1890 publicó la obra “La influencia del poder marítimo en la historia”. En ella plantea que Estados Unidos debe convertirse en una potencia mundial y solo puede lograrlo a través de una flota naval y un canal interoceánico. Su visión, de un poder naval que sometiera a otras fuerzas militares y que a su vez impidiera a otras naciones dominar a Estados Unidos por mar y tierra, caló en esa nación más aún cuando sus estudiantes se convirtieron en los senadores y presidentes de Estados Unidos.
La realidad del Canal de Panamá está fundamentada en la batalla por las rutas marítimas y la supremacía naval.
Alfred Mahan se erigió como el “ideólogo del imperialismo moderno” por excelencia.
En este contexto, los imperios de Gran Bretaña, Francia, Japón y Alemania, en su afán de colonización de extensos territorios en África, Oceanía o Asia, encontraron de igual manera que sus conceptos geoestratégicos justificaban sus pretensiones expansionistas.
Así, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Estados Unidos se encuentra en el inicio de su expansión imperialista “hacia fuera”, en esos momentos el triunfo de la Armada estadounidense ante los barcos de vela españoles frente al puerto de La Habana otorgó a los primeros el dominio en el Caribe y aseguró su presencia con bases de aprovisionamiento y rutas de comercio en el Pacífico; quedaba zanjar un punto propuesto por Alfred Mahan: “la concentración de fuerzas” en un solo océano.
Tal acción era necesaria para ganar batallas y mantener la supremacía en el comercio, porque la mentalidad de la época era el comercio sigue a la bandera, y la bandera se sostiene con cañoneras.
Y para ello, consolidar y exaltar la supremacía naval norteamericana solo podía hacerse a través de la construcción de un paso de mar artificial, acorde a la necesidad de un “imperio en expansión”; el sitio elegido fue nuestro istmo de Panamá y principalmente las relaciones diplomáticas expuestas en acuerdos bilaterales, como el Tratado Mallarino-Bidlack 1846; el convenio del ferrocarril, el contrato Stephen-Paredes 1850, el Clayton Bulwer 1850, y la Ley Spooner 1902. Aunado a ello, la geografía del Istmo, aunque supuso mucho riesgo por las enfermedades tropicales.
Alfred Thayer Mahan tuvo la “serendipia” de que sus alumnos se convirtiesen en la representación del poder, por lo tanto, sus teorías se aceptaron tal como se propusieron.
¿Se puede decir que la ideología imperialista que obligó a la construcción del Canal de Panamá perdió vigencia?
Debemos alegar que las teorías de Mahan actuaron en el momento oportuno y preciso, y sobre todo, sobre los hombres de poder necesarios, estoy seguro de que esto pesa más que una estampillita en una carta.
Los acontecimientos más recientes, en nuestra historia, como la invasión en 1989, exponen que en el “cambio de una era”, los puntos estratégicos son protegidos y tomados. Aunado a la desintegración de la URSS, y la unificación alemana, Estados Unidos debía asegurar su supremacía.
Así, la visión de Alfred Mahan conformó las bases ideológicas y estratégicas para optimizar las estructuras de una nueva naval en Estados Unidos, otorgándole el aval para su expansión a través del mundo, dominando las principales rutas marítimas, dominando el mar adyacente a esta nación, el mar Caribe.
Por ello, en la actualidad, la supuesta construcción de un canal por Nicaragua por la inversión china coloca en riesgo toda la región, porque el Canal de Panamá es una herramienta de control de dominio estratégico, no un pasadizo de bazar árabe, como siempre se ha supuesto, tal visión es la del transitismo, la de Justo Arosemena, la de los historiadores hispanizantes y de los izquierdistas, que se aferraron a ese capítulo con tanto fervor que no vieron las causas reales e históricas del Canal.
Ahora China, colocándose solo a kilómetros de la frontera estadounidense, es un hecho que Mahan advirtió a los Estados Unidos, que deben mantener lejos de sus fronteras terrestres a cualquier enemigo poderoso, y por el mar construir un canal, ese es el origen de nuestra vía interoceánica, tras 100 años de su inauguración.
¡Salud compatriotas!

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