Basta de Pro Mundi Beneficio
Publicado 1998/01/27 00:00:00
- TurquÃa
Desde mis tiempos del Javier, en Estudios Sociales me enseñaron los símbolos patrios y el significado de ellos; el Pro Mundi Beneficio plasmado en nuestro escudo nacional sembró una duda en mí.
Con el transcurrir del tiempo, madurando en mis concepciones, el bendito lema revolotea en mi pensamiento una y mil veces. Indudablemente que el lema es altruista. Panamá aparecía en el concierto de las naciones libres con un objetivo expreso en uno de sus símbolos, seríamos una nación para gestar el beneficio del mundo.
Se puede pensar que, por los acontecimientos de la negociación de un canal interoceánico que rodearon y mediatizaron la gesta separatista de 1903, el lema era oportuno ya que, abrir un canal por nuestro Istmo, beneficiaría al mundo, porque acortaría las distancias para el intercambio humano y comercial.
Sólo que, con el transcurrir de los años, el mayor beneficio ha sido para los sectores del capital estadounidense principalmente y para el resto del poder económico mundial. Que Panamá ha derivado algún beneficio de eso, indiscutible, como el perro que vive en la casa de un rico, "vive mejor" que el perro de la casa de un no rico, pero ambos tienen vida de perros.
Como en Colón y Zona Libre, el colonense ve pasar la riqueza y qué le queda; las migajas, Panamá con su posición geográfica privilegiada, la cual los adelantos tecnológicos pueden ir restándole importancia en un futuro, ha visto pasar la riqueza desde la época colonial, con poca retribución por esa circunstancia de estar en el paso. Como nuestra posición puede perder importancia por los avances tecnológicos, debemos hoy aprovechar el tiempo de esta circunstancia.
Nuestras políticas se han movido, en gran parte, por los intereses externos, para ponernos al servicio de ellos. Los panameños, desde hace mucho tiempo, debimos haber cambiado esa dependencia mental, esos grilletes del alma, cambiarlos por la oportunidad de ser señores en nuestra tierra.
Hasta dónde llega la sumisión a lo extranjero que con un recorrido por los barrios altos y por los comercios de esos barrios, usted encuentra como regla bastante frecuente el nombrar edificios y negocios con nombres extranjeros, principalmente en inglés. Si no cambiamos de mentalidad, dentro de un tiempo en que los Estados Unidos hayan cedido espacio a otra potencia, si esta es de otra lengua, encontraremos nombres en chino, japonés o de la lengua de dominio.
Hasta ahora están revirtiendo una serie de terrenos que los gringos tenían con una nomenclatura y, a pesar de que algunos panameños hemos sugerido rebautizar esos territorios, hoy todavía permanecen con los mismos nombres. Hasta dónde llegamos de sumisos que todavía, después de 24 años de rebautizada oficialmente la Avenida de los Mártires, hay con frecuencia quienes todavía usan el abyepto nombre de Avenida 4 de Julio.
¿Qué nos pasa, acaso no corre sangre sino sepa Dios qué, por nuestras venas? Es que con cálculo malsano han desarrollado una conspiración sutil sobre nuestra nación, para tenerla sin autoestima, sin amor propio, para que sea fácilmente manejable.
Mientras que en el sur, las incipientes burguesías de venezolanos, ecuatorianos, peruanos, neogranadinos, chilenos y argentinos entre otros, habían proclamado su decisión de emanciparse de España desde 1810, nuestra oligarquía mantenía fortalecido su vínculo con la Corona española. Comerciando por once años más, con el ejército español que iba al sur a sofocar la gesta libertaria. Cuando en 1821 era ya evidente que se consolidaban las independencias suramericanas, es que Panamá gesta su independencia, tal vez, uno de sus móviles sería, porque ya no había negocio que hacer con la Corona española.
El lema Pro Mundi Beneficio debe ser reanalizado por esta generación y tomar los correctivos. Si bien es cierto que podemos propiciar el beneficio del mundo, es más cierto que nadie puede dar, si no está en condiciones de dar. Panamá primero tiene que ser Panamá, con raíces, con orgullo, con amor propio, con autoestima, antes de poder dar, porque de lo contrario daremos como el esclavo, más no como el señor.
Ha llegado la hora de ser señores en nuestra tierra; ha llegado la hora del "Pro Panamá beneficio".
Con el transcurrir del tiempo, madurando en mis concepciones, el bendito lema revolotea en mi pensamiento una y mil veces. Indudablemente que el lema es altruista. Panamá aparecía en el concierto de las naciones libres con un objetivo expreso en uno de sus símbolos, seríamos una nación para gestar el beneficio del mundo.
Se puede pensar que, por los acontecimientos de la negociación de un canal interoceánico que rodearon y mediatizaron la gesta separatista de 1903, el lema era oportuno ya que, abrir un canal por nuestro Istmo, beneficiaría al mundo, porque acortaría las distancias para el intercambio humano y comercial.
Sólo que, con el transcurrir de los años, el mayor beneficio ha sido para los sectores del capital estadounidense principalmente y para el resto del poder económico mundial. Que Panamá ha derivado algún beneficio de eso, indiscutible, como el perro que vive en la casa de un rico, "vive mejor" que el perro de la casa de un no rico, pero ambos tienen vida de perros.
Como en Colón y Zona Libre, el colonense ve pasar la riqueza y qué le queda; las migajas, Panamá con su posición geográfica privilegiada, la cual los adelantos tecnológicos pueden ir restándole importancia en un futuro, ha visto pasar la riqueza desde la época colonial, con poca retribución por esa circunstancia de estar en el paso. Como nuestra posición puede perder importancia por los avances tecnológicos, debemos hoy aprovechar el tiempo de esta circunstancia.
Nuestras políticas se han movido, en gran parte, por los intereses externos, para ponernos al servicio de ellos. Los panameños, desde hace mucho tiempo, debimos haber cambiado esa dependencia mental, esos grilletes del alma, cambiarlos por la oportunidad de ser señores en nuestra tierra.
Hasta dónde llega la sumisión a lo extranjero que con un recorrido por los barrios altos y por los comercios de esos barrios, usted encuentra como regla bastante frecuente el nombrar edificios y negocios con nombres extranjeros, principalmente en inglés. Si no cambiamos de mentalidad, dentro de un tiempo en que los Estados Unidos hayan cedido espacio a otra potencia, si esta es de otra lengua, encontraremos nombres en chino, japonés o de la lengua de dominio.
Hasta ahora están revirtiendo una serie de terrenos que los gringos tenían con una nomenclatura y, a pesar de que algunos panameños hemos sugerido rebautizar esos territorios, hoy todavía permanecen con los mismos nombres. Hasta dónde llegamos de sumisos que todavía, después de 24 años de rebautizada oficialmente la Avenida de los Mártires, hay con frecuencia quienes todavía usan el abyepto nombre de Avenida 4 de Julio.
¿Qué nos pasa, acaso no corre sangre sino sepa Dios qué, por nuestras venas? Es que con cálculo malsano han desarrollado una conspiración sutil sobre nuestra nación, para tenerla sin autoestima, sin amor propio, para que sea fácilmente manejable.
Mientras que en el sur, las incipientes burguesías de venezolanos, ecuatorianos, peruanos, neogranadinos, chilenos y argentinos entre otros, habían proclamado su decisión de emanciparse de España desde 1810, nuestra oligarquía mantenía fortalecido su vínculo con la Corona española. Comerciando por once años más, con el ejército español que iba al sur a sofocar la gesta libertaria. Cuando en 1821 era ya evidente que se consolidaban las independencias suramericanas, es que Panamá gesta su independencia, tal vez, uno de sus móviles sería, porque ya no había negocio que hacer con la Corona española.
El lema Pro Mundi Beneficio debe ser reanalizado por esta generación y tomar los correctivos. Si bien es cierto que podemos propiciar el beneficio del mundo, es más cierto que nadie puede dar, si no está en condiciones de dar. Panamá primero tiene que ser Panamá, con raíces, con orgullo, con amor propio, con autoestima, antes de poder dar, porque de lo contrario daremos como el esclavo, más no como el señor.
Ha llegado la hora de ser señores en nuestra tierra; ha llegado la hora del "Pro Panamá beneficio".
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