Cuando se yerra, hay que rectificar
- REDACCION
El jueves 26 de noviembre, debido a un error de apreciación de una de nuestras periodistas, el editor de la sección correspondiente tituló una nota de tal manera que un ciudadano que se ha sentido afectado, remitió una carta a la dirección del diario, expresando su preocupación sobre la distorsión en las declaraciones ofrecidas.
La noble misión del periodismo y de los periodistas, se realiza la mayoría de las veces en medio de presiones y apuros propios del día a día del oficio, lo que en ocasiones provoca equivocaciones a la hora de plasmar en las notas lo que alguien ha dicho o ha querido decir.
El único antídoto que funciona cuando se comete un error, es reconocerlo y rectificarlo.
En la página 13 de esta edición se publica la carta que envió el señor Hugo Torrijos Richa al diario.
El señor Torrijos tiene la razón. La periodista omitió, al momento de transcribir las palabras de su entrevistado, una parte fundamental que hubiera cambiado todo el sentido a la nota.
Es preferible carecer de una noticia, que su publicación errónea o injustificada.
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