Panamá
El cuervo y la tarántula. Ganó el primero
Nietzsche en Humano, demasiado humano entenderá la "venganza como una defensa ante algo o alguien pernicioso". La tarántula nos expresó un día que el cuervo era peor que la hiena, a lo que entendimos que lo que motivaba a la dirigente política era justamente la venganza, ante algo o alguien pernicioso.
Por su lado el cuervo, dice que la tarántula es pretenciosa, deshonesta y abusivas por su arrogancia, todo eso escondiéndose detrás de su telaraña mítica y dudosa, que es falsa y tendenciosas, además de manipuladora con énfasis en su trastorno como la hiena.
En un primer momento la intención puede ser querer salvar la propia vida por miedo a un segundo golpe, pero una reflexión más atenta y de más tiempo llevará a una segunda clase de venganza, que no tiene que ver con la protección, sino con querer hacer daño al otro.
En Maquiavelo el Príncipe es el poderoso, en esta historia política panameña el Cuervo es el príncipe del momento en el reino de estos cielos borrascosos. La tarántula y la hiena perdieron sus esperanzas, por culpa de la venganza.
Orestes, por ejemplo, no atiende ni se deleita en el dolor que causa a su madre o a Egisto, pero, en cambio, la imagen de Electra que aparece en la obra de Sartre, es muy diferente: pese a sus remordimientos desea escuchar los gritos.
"¡Que grite! ¡Que grite! Yo los quiero, esos gritos de horror, y quiero sus sufrimientos. (Los gritos cesan) ¡Alegría! ¡Alegría! Estoy llorando de alegría: mis enemigos han muerto y mi padre (tío) está vengado".
Nietzsche dará un interesante paso porque para él incluso la justicia derivada de los tribunales obedece a los modos de venganza: "el castigo judicial restaura tanto el honor privado como el honor social [...] se da también en él otro elemento de la venganza [...] en la medida en que a través de él la sociedad sirve a su auto conservación y asesta el contragolpe en legítima defensa" ¿Ocurrió esto ayer?
Las primarias de Cambio Democrático ayer son un ejemplo de justicia. El Cuervo ha mejorado su vista, las alas le han crecido y sus garras y "bec" se han hecho más robustas. La tarántula perdió su telaraña y la hiena sus dientes y garras.
Pero Nietzsche empleará además la venganza y el castigo para definir, más allá de la política o la psicología, como bien supo ver Heidegger, el modo en el que el hombre se relaciona con el ser y con la vida.
El motor de esta primaria transitaba en la movilidad de la Concordia y la Discordia. Entre lo malo y lo bueno. Entre los sublime y el oprobio. Entre la lealtad y la traición, entre lo justo y lo injusto, entre lo honesto y deshonesto.
Entre los usos que hace Nietzsche de este concepto (Gerechtigkeit], puede rescatarse aquel que se inscribe en las lecturas que el filósofo hace de la tragedia, especialmente de otra obra de Esquilo, Prometeo encadenado, obra con una profunda influencia de la justicia hesiódica, en El nacimiento de la tragedia y en La filosofía en la época de los trágicos griegos.
Felizmente la sangre no corrió al río y el final fue el correcto. Fueron unas elecciones limpias y cristalinas, señal que estamos creciendo y que estamos haciendo bastante bien nuestro trabajo. Felicitaciones a todos los panameños y al casi 50% de la membresía de CD que votaron. Ustedes ganaron.
Más adelante este sentido de la justicia cambia para transformarse en dar a cada uno lo suyo (Jedem das Seine geben) con un sentido distributivo que ataca las nociones de culpa y castigo de la tradición judeocristiana.
En este contexto, el de Humano, demasiado humano y el de Así habló Zaratustra, irrumpe una comprensión de la venganza ligada al proceder de las arañas, que tejen con su tela una noción de justicia, y que el filósofo enfatiza posteriormente cuando sostiene que la justicia es una forma de venganza. [un trastorno de la mente].
Desgraciadamente la política desde finales del siglo veinte sigue los pasos de la Justicia definidos por el autor alemán. Los políticos no son científicos son solo agentes de rencores, venganzas y resentimientos.
Así pues, por debajo de todo un mecanismo de legalidad basada en una aséptica extensión de un velo de legitimidad racional característico de la noción "racional" de Justicia, otro insecto se mueve conforme teje una tela en la que Orestes dice inscribirse al sentirse ciudadano: una tela de responsabilidades y compromisos, de herencias, que "ocultan" otra cosa y que transformarán la venganza en un hilo más del entramado (ya no, por tanto, algo "oculto", sino algo "maquillado" sobre la piel del mundo).
¿Fue contra eso que la gente votó ayer?
Lo que encontramos en este segundo momento es que, si la venganza queda inoculada en la justicia (que ya no cancela a la venganza como parecía, sino que la fagocita y asimila), entonces fenómenos aparentemente colectivos, se mueven por motivaciones individuales. Tal es la lectura que hace Nietzsche de la venganza en Así habló Zaratustra, tejida por los resistentes hilos de las tarántulas.
¿Es por esta razón que la tarántula puso todos sus huevos en una sola canasta y se quedó sin hacha, calabaza y miel?
¿O confió en los sólidos y resistentes hilos de su fagocitada telaraña desde 2009?
Hace 15 años nacía la telaraña según la historia y 180 meses después expiraría por los aleteos del cuervo, cayendo a los pies de la hiena. La voz de Dios a través del voto partisano rendía justicia divina por encima de la mal vista justicia humana-(suprema).
El movimiento es en Nietzsche mucho más terrible de lo que la lectura de Sartre nos indica acerca de la relación venganza y justicia porque si en éste, al fin y al cabo, se trata de velar por el bien de la comunidad (socialismo), en el caso de Nietzsche se trata del beneficio de unos pocos. De nuevo encontramos la antigua discusión entre Trasímaco y Calicles en torno a la justicia.
Las tarántulas son curiosos insectos, pertenecientes a la familia de los arácnidos que comen, entre otras cosas, las moscas que quedan presas de su tela: podríamos pensar entonces que la tarántula se come literalmente el afán de venganza ante el crimen y el maltrato para provocar otro crimen mayor y simula un acto de justicia.
En este caso la venganza ya no tendría que ver tanto con responder con violencia a un agravio recibido, sino con el resentimiento por un acto que, tramada con tiempo, tiñe los hilos del derecho.
Es eso lo que la colectividad desaprueba y rechaza y que los políticos trastornados no pueden ver cuando confrontan diariamente el poder que los amarra y doblega por sus cualidades no científicas y desordenadas. En un pasaje de nombre "De las tarántulas" incluido en Así habló Zaratustra, el filósofo denomina "tarántulas" a quienes predican la igualdad –la homogeneización- a través del derecho y de "su" concepto de justicia a aquellos que han construido edificios conceptuales basados en palabras como "recompensa", "retribución", "castigo"...cuando en realidad lo que les mueve no es el afán de justicia, sino de envidia y de resentimiento para atacar a los que se apartan de lo igual.
Si el derecho y las formas de racionalización trataban de que todos los hombres fueran iguales y abanderaba la justicia y la violencia legitimada como emblemas, lo que encontramos es en realidad una perversión de este principio: porque los hombres no son iguales se les quiere iguales, pero no por un principio de justicia o de equidad sino de envidia y rencor.
Volveremos al 2019 en el 2024. Los dos grandes partidos se disputarán los dos primeros puestos. Uno de los dos ganará por unos 40,000 votos como ocurre desde el 1994 a excepción del 2009, que fue un espejismo ciudadano que no ocurrirá de nuevo en muchos años.
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