El desgobierno y la opinión pública
Donde se impone el desgobierno, se reniega de las promesas hechas, se amplía la distancia respecto a los gobernados y se pierde la capacidad de negociación necesaria para lograr el respaldo social y político.
El desgobierno y la opinión pública
Como quiera que el supuesto "Gobierno de transparencia", según lo define su mayor gestor, Juan Carlos Varela, el régimen de opereta de "El Pueblo Primero", que lleva 40 meses de gestión muy cuestionada, pareciera no importarle con la opinión pública expresada a través de las encuestas y medios de comunicación, ofrecemos a las autoridades nacionales de turno, el verdadero significado y alcance de "desgobierno" y de la opinión pública. Desgobierno significa desorden, desorganización, falta de gobierno. Lo público está desgobernado cuando no se observan avances y la atención a los problemas se posponen. Cuando se deja para mañana los asuntos importantes, y también cuando los políticos dejan de comportarse como tales, y prefieren actuar como financieros o gerentes. Todo se vuelve un asunto de caja y no se atienden compromisos sociales. El desgobierno provoca mayores rezagos. Se olvida que el acto de gobernar no consiste en imponer decisiones, sino en buscar alianzas que permitan construir una mayoría que garantice la gobernabilidad. Cuando no se entiende este principio, la fractura social se hace cada vez más amplia. Crece el divorcio entre gobernantes y gobernados.
Donde se impone el desgobierno, se reniega de las promesas hechas, se amplía la distancia respecto a los gobernados y se pierde la capacidad de negociación necesaria para lograr el respaldo social y político. Se apuesta que la sociedad puede aguantar indefinidamente esta falta de atención a sus problemas. ¡He ahí el "desgobierno", el régimen policiaco de Juan Carlos Varela (2014-2019)!
La existencia de la opinión pública no es un fenómeno de origen más o menos fortuito y carente de finalidad. Este fenómeno, tan antiguo como el carácter social del hombre, ha sido analizado por sociólogos, quienes han llegado a la conclusión de que la opinión pública es un elemento integrante de todo sistema de convivencia humana, con leyes, relaciones y funciones específicas, determinadas por el tipo de organización social. Así se ha estudiado el modo como se forma la opinión pública, los factores que la constituyen en fuerza política, los mecanismos con que opera, los medios con que se la dirige y las técnicas con que se la mide.
En la filosofía del Estado democrático moderno se asigna a la opinión pública una importancia particular. Su alcance político es fácil de comprenderse si se considera la relación entre los conceptos de opinión pública y soberanía popular, según Locke, Montesquieu, Rousseau y Jefferson. Estadistas como Abraham Lincoln opinaban que el apoyo de la opinión pública era indispensable al éxito de toda gestión política. El "desgobierno" de Juan Carlos Varela le resta toda importancia a la opinión pública. ¿Por qué? Sencillamente, por ignorancia, por incapacidad, por negligencia.
La opinión pública no es como simple conglomerado de pareceres yuxtapuestos, sino como expresión de una voluntad común, que puede distinguirse en ella dos funciones fundamentales. Por una parte, una función crítica, por la que aprueba o desaprueba las decisiones de la autoridad. Por otra parte, una función de preservación en cuanto encarna, representa y tiende a perpetuar las tradiciones nacionales.
El conocimiento objetivo de la opinión pública proporciona al Estado democrático mucho más que simples elementos de orientación de su política práctica; le permite ir ampliando la base de consenso de los gobernados y, de este modo, vincularse más íntimamente con la nación y afianzar efectivamente su carácter representativo.
Pedagogo, escritor, diplomático.