Panamá
El Incidente de la Tajada de Sandía
- Guillermo Walker Franco (Profesor)
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La excesiva arrogancia y el afán de tener hegemonía geopolítica sobre las naciones que ha caracterizado a los Estados Unidos.
El Incidente de la Tajada de Sandía
La excesiva arrogancia y el afán de tener hegemonía geopolítica sobre las naciones que ha caracterizado a los Estados Unidos, han sido el norte que ha orientado su política intervencionista, desde mediados del siglo XIX. A partir de entonces y utilizando todo su potencial económico, ha ido creando una estructura armamentista insuperable y de la más alta tecnología, con miras a mantener su supremacía sobre el resto de los países del orbe.
Al retrotraernos a inicios de aquel siglo, nos topamos con una significativa fecha del calendario de nuestra nacionalidad, la del 15 de abril de 1856, fecha en que tuvo lugar en Panamá un violento enfrentamiento entre panameños y norteamericanos que ha pasado a la historia con el icónico nombre de, "El Incidente de la Tajada de Sandía y que se constituyó en la primera de las veintitantas incursiones de los Estados Unidos en Panamá, cuando éstos, amparados en el párrafo 1 del Artículo XXXV del Tratado Mallarino-Bidlack que establecía que "Los ciudadanos, buques y mercancías de los Estados Unidos, disfrutarán de todas las franquicias, privilegios e inmunidades en lo relativo a comercio y navegación de que ahora gozan los ciudadanos neogranadinos" y haciendo huso de su soberbia; avasallaron a nuestro pequeño pueblo a raíz de un aparente e intrascendente suceso. Todo ocurrió cuando un norteamericano llamado Jack Oliver, en estado de embriaguez, se negó a pagarle al pariteño José Manuel Luna, vendedor de sandía, un real, que era el costo de una rebanada de la fruta, originándose una descomunal riña tumultuaria entre norteamericanos y panameños por los alrededores del ferrocarril y acabando con el trágico balance de 16 muertos y 15 heridos entre los norteamericanos y 1 muerto y 13 heridos por los panameños y otros latinoamericanos que se unieron a la causa de los Istmeños. El conflicto tuvo graves repercusiones políticas, diplomáticas y económicas para Nueva Granada y por ende, para Panamá que era parte de ella.
Los informes de ambos gobiernos fueron contradictorios ya que se acusaban mutuamente, sin embargo, se destaca entonces la actitud impositiva de los Estados Unidos, al desconocer los testimonios oficiales de los cónsules de Gran Bretaña, Francia y Ecuador quienes acusaban a los norteamericanos de ser los agresores. Transcurridos 5 meses del incidente, Estados Unidos desembarca el 19 de septiembre de 1856, 160 soldados y se toma la estación del ferrocarril. Estados Unidos, de este modo, insistió en que el gobierno granadino se hiciera responsable de los disturbios de aquel día y puso sobre la mesa las siguientes condiciones para no ocupar el territorio: que las ciudades de Panamá y Colón se gobernaran por sí mismas bajo la soberanía de Nueva Granada, que Nueva Granada cediese a los Estados Unidos varias islas en la bahía de Panamá para usarlas como bases militares, que Nueva Granada transfiriese a Estados Unidos sus derechos sobre el ferrocarril transístmico y que además, pagase una indemnización por daños y perjuicios por la pérdida de vidas y la destrucción de propiedades. Tras varias desavenencias diplomáticas, el 10 de septiembre de 1857 se concluiría firmando el Tratado Herrán-Cass por el cual la República de la Nueva Granada admitía su responsabilidad en los incidentes y aceptaba el pago a Estados Unidos de 412,394 dólares en oro.
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