El problema persistente de la desigualdad social
La pandemia nos ha revelado cómo las perennes desigualdades y la mayoritaria informalidad laboral, provocan que se tenga una débil capacidad de respuesta ante los impactos como los que vivimos hoy.
- Cristóbal Silva
- /
- - Publicado: 06/8/2020 - 12:00 am
Es necesario encontrar formas para proteger los ingresos de los trabajadores del sector informal y prevenir que la crisis sanitaria se convierta también en una de subsistencia económica. Foto: EFE.
La pandemia de la COVID-19 ha infectado millones de personas, muchos de los cuales, a la fecha, han muerto como consecuencia de dicha enfermedad.
Esto ha conmocionado en todos los países afectados, tanto los grandes como pequeños.
Ante esto, los gobiernos buscan desesperadamente formas para contener y combatir la pandemia y adoptan, en muchos casos, medidas extremas, pero necesarias para contener la expansión del virus.
La cartilla de medidas recomendadas por los expertos en el tema, dan prioridad a la necesidad del distanciamiento físico, evitando las aglomeraciones, el uso de las mascarillas sanitarias y el constante lavado de las manos con agua y jabón y como medidas más restrictivas las cuarentenas obligadas y con sanciones.
Además de los aspectos sanitarios para conservar la salud, evitando los contagios, tenemos los efectos económicos, cuyos costos no son iguales en todos los países.
En estos aspectos entra en juego una situación que ha sido otro mal endémico, en la mayoría de las sociedades occidentales, especialmente en América Latina.
La existencia de las desigualdades en las sociedades, que inflingen mayores costos económicos a los grupos más vulnerables, es decir, menos favorecidos desde el punto de vista económico.
Esto es una verdad de a puño. Panamá no escapa de esto.
VEA TAMBIÉN: Floyd
La aplicación de cuarentenas, que ha introducido el teletrabajo, es decir, trabajar desde las casas, es un lujo que muchos hogares pobres no se pueden permitir.
Esto se complica más dado los altos niveles de informalidad laboral existentes (casi un 50% de la fuerza laboral), lo que complica el teletrabajo.
Generalmente, los trabajadores de bajos ingresos están en desventaja en cuanto a las capacidades para trabajar desde sus casas.
Las condiciones de sus viviendas y la infraestructura de la que disponen son menores.
Nos hemos percatado que muchos de ellos no tienen computadores personales y viven hacinados.
VEA TAMBIÉN: Nociones elementales de la argumentación penal
Estas condiciones, inclusive, son más peligrosas ante el flagelo del virus.
Para los trabajadores de mayores ingresos, no al nivel de ricos, estas condiciones son mucho más manejables.
Otro aspecto que deriva de la desigualdad social, es el menor acceso a los servicios médicos sociales.
Es improbable que los trabajadores del segmento de mayor vulnerabilidad tengan posibilidad de obtener servicios médicos privados, y su informalidad laboral no le da acceso a la seguridad social del país.
La pandemia nos ha revelado cómo las perennes desigualdades y la mayoritaria informalidad laboral, provocan que se tenga una débil capacidad de respuesta ante los impactos como los que vivimos hoy.
Es evidente la necesidad de encontrar formas para proteger los ingresos de los trabajadores del sector informal y prevenir que la crisis sanitaria se convierta también en una de subsistencia económica.
Ingeniero.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.