Reforzar valores
En aras de un mundo mejor
Una población de adultos mayores que se consume de angustia por un porvenir incierto. Sin centros de integración apropiados, ni programas integrales estatales ni presupuesto para dignificar los últimos años de aquellos abuelitos que lo dieron todo, y ahora no pueden suplir sus necesidades básicas.
- María de Lourdes de Townshend
- /
- - Publicado: 04/10/2021 - 12:00 am
Pensamos, nos relajamos, y saboreamos cuando todo va bien. Pero, de verdad, ¿estamos conscientes del mundo que nos rodea?
¿Hemos analizado los momentos tan vertiginosos que se nos escapan de la mano sin que nos demos cuenta? Esta generación ha vivido lo que ninguna otra. Ha tenido la oportunidad de experimentar dos mundos distintos, el antiguo y el muy moderno. Los adultos mayores se han tenido que adaptar a todos los cambios. Inclusive vivir esta pandemia.
Pero, ¿hemos sucumbido a los valores? ¿Qué hemos hecho para conservarlos, y pasarlos a la próxima generación? ¿O es que ya los valores son obsoletos? De ninguna manera.
Ahora son más relevantes que nunca. El mundo se alista para enfrentar problemas devastadores, y vemos que el mundo de comodidades que estamos acostumbrados, va decayendo poco a poco con los grandes retos de este siglo.
Una población de adultos mayores que se consume de angustia por un porvenir incierto. Sin centros de integración apropiados, ni programas integrales estatales ni presupuesto para dignificar los últimos años de aquellos abuelitos que lo dieron todo, y ahora no pueden suplir sus necesidades básicas. Siendo el mayor ejemplo de este tipo, el Hogar Bolívar, de Río Abajo, dirigido por las Hermanas de la Caridad, que, desde 1893, realizan una labor extraordinaria, y ahora, carente de ingresos económicos debido a la crisis existente.
Una niñez sin dirección familiar, pues ya ese vínculo de unión se está perdiendo con los temas digitales, y está dividiendo familias. Una generación que avanza sin rumbo, sin censura, sin organización, al margen de aquellos poderosos que nos quieren absorber.
¿Qué hacemos por nuestra patria tan querida? ¿Ponemos nuestro granito de arena para dejar a un lado nuestros intereses, y en unión y armonía, trabajamos, en la medida de nuestro alcance, por mejorar y sostener planes, proyectos, sugerencias o cualquier otro método que sirva para mejorar nuestra política y dar más oportunidades a los necesitados?
¿Estamos cerca de Dios? Esto es lo único que refuerza nuestro caminar. El debe ser el centro de nuestras vidas. Seamos agradecidos con lo poco o mucho que tenemos. Volvamos a lo básico, que es lo único que nos va a dar tranquilidad.
VEA TAMBIÉN: Soy Panamá
Lo material se queda y se desvanece, pero lo positivo y espiritual es muy gratificante.
Abuelos, refuercen esos valores en su familia, es una manera muy fértil de hacer grandes ciudadanos.
Jubilada.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.