En cuanto a intoxicaciones se refiere

Monseñor Rómulo Emiliani.

Estamos muy alarmados por la cantidad de tóxicos que hay en el ambiente, tanto en productos químicos, bebidas, inclusive medicamentos, como en el aire. La contaminación atmosférica mantiene a grandes ciudades con niveles muy altos de elementos dañinos para nuestros pulmones. Lo tóxico que resulta el alcoholismo y la drogadicción en las personas, inclusive el tabaco.

Debemos cuidarnos tanto para proteger a nuestro cuerpo. Vemos cómo están contaminados los mares con los derrames de pretróleo de los grandes buques, muchas veces por accidentes, o por el plástico que está matando millones de peces.

Todo esto ataca a la humanidad. El gran daño que hacen los pesticidas, los fertilizantes en el campo cuando no hay control. Cómo afecta a la salud la comida "chatarra".

Cómo muchos alimentos vienen contaminados de químicos para darle sabor, color, para preservarlos, y afectan también la salud de las personas.

Pero hay otros elementos tóxicos que afectan mucho más al ser humano. El estrés a que está sometida mucha gente en el mundo moderno. Las prisas, las preocupaciones, el bajo sueldo y el alto coste de la vida. El desempleo, la violencia, los conflictos que se dan en todos los órdenes del comportamiento humano.

Todo esto provoca angustia. La influencia nefasta de malas amistades que inducen a la persona a consumir drogas, o a cometer cualquier clase de delitos. Los malos sentimientos que generamos provocando codicia, avaricia, rencor, odio, lujuria. La soberbia, el orgullo y la vanidad, junto con el egoísmo, producen una intoxicación del alma que nos va envenenando.

La persona entonces que trae dentro del alma su propio enemigo que lo intoxica se va envenenando y transmite eso de diferentes maneras a los demás y contamina a las personas y los ambientes.

Jesús lo dice claramente: que de dentro del alma nacen los homicidios, los adulterios, los robos, en fin, todo lo malo que cometemos. En definitiva estamos intoxicados y nos estamos convirtiendo en verdugos de los demás, provocando un desastre universal. A nivel humano, producimos guerras, corrupción,

violencia, pobreza extrema, injusticias, vicios de toda clase. Estamos sentados en un arsenal de armas nucleares que como lo estamos viendo, podría terminar en una catátrofe planetaria. Y en cuanto al drama ecológico, el calentamiento global está produciendo ya un desorden tremendo en la naturaleza.

Grandes sequías, severas inundaciones, terremotos, maremotos, incendios forestales inmensos. Al irse derritiendo los polos el nivel de los mares seguirá subiendo Sólo queda una conversión profunda, individual y colectiva, volver la mirada a Cristo, purificarnos el alma, dejar el hombre viejo, cambiar la mente, dejar atrás nuestros ídolos, ser más solidarios, crear estructuras sociales, económicas y políticas más justas, para evitar el cataclismo de carácter universal que podría venir. Estamos a tiempo. Con Dios es posible.

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