Exportación de productos no tradicionales
Publicado 2001/03/21 00:00:00
- Europa Press
Panamá tradicionalmente ha exportado los mismos rublos, principalmente banano, café y camarones. Como es de conocimiento público, han comenzado a surgir problemas en algunos de ellos, sobre todo en el banano y los camarones. Es por eso que conviene buscar alternativas para cubrir las posibles bajas en las exportaciones de estos productos y poder seguir expandiendo la oferta de productos panameños en los mercados internacionales.
Desde hace muchos años, se ha hablado de la exportación de productos agrícolas no tradicionales que sean fáciles de producir y que puedan generar ingresos para las familias pobres campesinas de las diferentes regiones del país. Me refiero a la exportación de ñame, yuca, otoe, papaya, piña, melón, zapallo, plátano, jengibre, y ají picante. A pesar de algunos esfuerzos que se han hecho en el pasado, no se ha logrado producir ni comercializar cantidades significativas de estos productos, para que tengan impacto en la economía. Esto se debe a que a los productores se les ha dejado solos en esta materia tan difícil. Sólo el Estado y los grandes productores tienen la capacidad de establecer la cadena de comercialización hasta colocar el producto en un mercado internacional altamente exigente en calidad y precio. Esto significa que los pequeños productores nunca podrán llegar a participar en forma eficaz por sí solos. Esta cadena de comercialización implica hacer estudios e investigaciones sobre el tipo de semilla, tierras aptas para la producción de cada producto, selección de productos, calidad y tamaño del producto, empaque en cajas o bolsas, suministro de cajas, contratación de buques y contenedores para su transporte, selección de un representante de ventas internacionales para el producto, permiso de exportación y permisos sanitarios, volumen de producción, frecuencia de los embarques, etc., etc.
Las condiciones para la exportación de un producto son: calidad, durabilidad, uniformidad, tamaño, volumen de producción y frecuencia de entrega. Por ejemplo, un pedido podría ser de un contenedor de 40,000 libras por semana de un producto determinado, puesto en el puerto de Nueva York. Por otro lado, hay que estudiar la competencia si se desea exportar estos productos, por ejemplo, a Miami, Nueva York o Los ¡ngeles, donde existe un gran mercado latinoamericano que los consume, y donde habría que competir en calidad y precio con países que ya tienen años de experiencia en esos mercados. Por ejemplo, si se trata de piña, tendríamos que competir con Hawai en calidad y precio. Si se quiere exportar plátanos, tendríamos que competir con Colombia y Ecuador. Si es yuca, otoe o ñame, con Costa Rica y Brasil; y si es papayas, con México y Santo Domingo. En el caso de las papayas y las piñas, éstas deben ser de tamaño medio, semillas seleccionadas y con un alto contenido de azúcar. Algunas veces es necesario procesar el producto para su preservación, como es el caso de la yuca, que debe cortarse en trozos y congelarse o encerarse como yuca parafinada.
En Panamá lo que sobra es tierra disponible y mano de obra subutilizada para producir estos productos. Pero si verdaderamente queremos aumentar nuestra exportación de productos agrícolas no tradicionales, el gobierno debe llevar a cabo investigaciones sobre cada producto, y seleccionar y apoyar a los productores, quienes deben recibir asistencia técnica y semillas especiales. El Gobierno debe crear un fondo para estudiar el canal de comercialización y asumir parte de los riesgos iniciales de cada exportación, hasta que se logre conseguir vínculos comerciales en estos nuevos mercados y mantener un flujo de entrega periódicas y frecuentes de productos, para poder competir con otros países en calidad, precio, y despachos en los sitios finales.
El autor posee maestría en Planificación Urbana y Regional
Desde hace muchos años, se ha hablado de la exportación de productos agrícolas no tradicionales que sean fáciles de producir y que puedan generar ingresos para las familias pobres campesinas de las diferentes regiones del país. Me refiero a la exportación de ñame, yuca, otoe, papaya, piña, melón, zapallo, plátano, jengibre, y ají picante. A pesar de algunos esfuerzos que se han hecho en el pasado, no se ha logrado producir ni comercializar cantidades significativas de estos productos, para que tengan impacto en la economía. Esto se debe a que a los productores se les ha dejado solos en esta materia tan difícil. Sólo el Estado y los grandes productores tienen la capacidad de establecer la cadena de comercialización hasta colocar el producto en un mercado internacional altamente exigente en calidad y precio. Esto significa que los pequeños productores nunca podrán llegar a participar en forma eficaz por sí solos. Esta cadena de comercialización implica hacer estudios e investigaciones sobre el tipo de semilla, tierras aptas para la producción de cada producto, selección de productos, calidad y tamaño del producto, empaque en cajas o bolsas, suministro de cajas, contratación de buques y contenedores para su transporte, selección de un representante de ventas internacionales para el producto, permiso de exportación y permisos sanitarios, volumen de producción, frecuencia de los embarques, etc., etc.
Las condiciones para la exportación de un producto son: calidad, durabilidad, uniformidad, tamaño, volumen de producción y frecuencia de entrega. Por ejemplo, un pedido podría ser de un contenedor de 40,000 libras por semana de un producto determinado, puesto en el puerto de Nueva York. Por otro lado, hay que estudiar la competencia si se desea exportar estos productos, por ejemplo, a Miami, Nueva York o Los ¡ngeles, donde existe un gran mercado latinoamericano que los consume, y donde habría que competir en calidad y precio con países que ya tienen años de experiencia en esos mercados. Por ejemplo, si se trata de piña, tendríamos que competir con Hawai en calidad y precio. Si se quiere exportar plátanos, tendríamos que competir con Colombia y Ecuador. Si es yuca, otoe o ñame, con Costa Rica y Brasil; y si es papayas, con México y Santo Domingo. En el caso de las papayas y las piñas, éstas deben ser de tamaño medio, semillas seleccionadas y con un alto contenido de azúcar. Algunas veces es necesario procesar el producto para su preservación, como es el caso de la yuca, que debe cortarse en trozos y congelarse o encerarse como yuca parafinada.
En Panamá lo que sobra es tierra disponible y mano de obra subutilizada para producir estos productos. Pero si verdaderamente queremos aumentar nuestra exportación de productos agrícolas no tradicionales, el gobierno debe llevar a cabo investigaciones sobre cada producto, y seleccionar y apoyar a los productores, quienes deben recibir asistencia técnica y semillas especiales. El Gobierno debe crear un fondo para estudiar el canal de comercialización y asumir parte de los riesgos iniciales de cada exportación, hasta que se logre conseguir vínculos comerciales en estos nuevos mercados y mantener un flujo de entrega periódicas y frecuentes de productos, para poder competir con otros países en calidad, precio, y despachos en los sitios finales.
El autor posee maestría en Planificación Urbana y Regional
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