Panamá
¿Felices fiestas o Feliz Navidad? Cuestión de precisión conceptual y de significado
- Silvio Guerra Morales
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- Abogado
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Ante al título que enarbola este artículo de opinión, debo confesar que mantengo cierta perplejidad, mucho asombro y, hasta un deje de mucho malestar, dado que no sé qué ha estado pasando, con no poca gente y algunas autoridades, en nuestro amado Panamá. Alguna influencia, que me atrevo calificar de negativa, mucho ha tenido que ver en esos pretendidos cambios de paradigmas y de nombre.
Tal vez, la influencia negativa proviene de Norteamérica, sobre todo en algunas ciudades de los Estados Unidos de América, siendo que harán algunos años ya, vienen poniendo en los centros comerciales y en los comercios, los anuncios de "Felices Fiestas", y son pocos los que mantienen el verdadero título de esta celebración: La Navidad. Y también, he podido escuchar, a no pocos, que en estos tiempos, de plena remembranza del más significativo hecho, que trasciende a la historia, esencial a nuestra cristiandad, la Natividad de nuestro Señor Jesús, expresar, cuando saludan, empleando la frase: "Felices Fiestas".
En estos días, en pleno adviento navideño, disfruto decir, a conocidos y a extraños, siempre: "¡Una Feliz Navidad¡". En algunos puedo advertir una especie de asombro y hasta un silencio, casi sepulcral, y hasta se muestran incapaces de desearnos, del mismo modo, una Feliz Navidad. Algunos, tan solo nos llegan a decir: "Bueno, está bien". ¿En qué momento perdimos el norte de la Natividad de Señor Jesús, Dios Soberano y de todo el Universo, o en qué momento empezamos a sustituir la "Feliz Navidad" por "Felices Fiestas"?. ¿En qué momento olvidamos el verdadero mensaje de la Navidad? ¿Por qué hemos venido abandonando el mensaje del nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre y pecado por nuestra culpa y que un día, Dios Padre, en su infinita misericordia y eterno amor hacia nosotros, envió a su Unigénito a este mundo, tomando toda nuestra humanidad, y en su peregrinaje, haciendo todo tipo y clase de poderosos milagros, admirables y misericordiosos, sanando a los enfermos, perdonando pecados, echando fuera demonios, resucitando muertos, limpiando a los leprosos, y redimiéndonos de todo pecado y maldad?. Y luego, a ese mismo Jesús, el Cristo prometido, lo crucificamos y apartamos de Él nuestra mirada, menospreciado y vilipendiado por nosotros mismos, siendo Él, el Hijo de Dios, y sin estimar tanta grandeza, Dios mismo, no se aferró a ello como salida al enorme sufrimiento, sino que demostrando su Amor, optó por sufrir y padeció muerte de cruz por causa de nuestras rebeliones y vida pecaminosa, dándonos la salvación y el perdón de nuestros pecados, la vida eterna, venciendo la muerte con poder y gloria?.
Entonces, de qué "Felices Fiestas estamos hablando?. No hay tales felices fiestas, solo hay una Gran Fiesta, y esa se llama la Navidad del Señor y por ello, el mundo cristiano, con gozo inefable, con voz a cuelo, con alegría suma, deseamos a nuestras congéneres, una ¡Feliz Navidad!.
Como si fuera poco, de las entidades públicas, de donde debe salir el mensaje claro de una Feliz Navidad, podemos ver que en no pocas instituciones ya han adoptado el slogan anticristiano de: "Felices Fiestas". Ya la Navidad se está celebrando sin su centro, sin su eje o motor: Jesús, y son lo que promueven las felices fiestas, los que quieren destronar o apartar al Mesías del eje y esencia de la Navidad, misión imposible, porque Jesucristo, ayer y como hoy, y por siempre, es el Rey, el Rey Eterno y Sublime, Dios de Amor y Misericordia, de Perdón y Salvador nuestro!.
La Navidad, que debe recordarnos el nacimiento del niño Jesús, con plena conciencia de que fue hecho hombre, que anduvo en medio de nosotros, que estuvo entre nosotros, y que murió, muerte de cruz, por causa de nuestros pecados, pero que también resucitó para darnos vida eterna, perdón de los pecados y salvación en Él, ahora parece ser, para no poca gente, una fiesta de fin de año similar a la despedida que hacemos todos los treinta y uno (31) de diciembre de cada año, del "año que está por pasar".
Creo que la Natividad de Cristo encierra, ciertamente una gran fiesta, de mucha alegría para el mundo cristiano y que aún los que se jactan o vanaglorian de no serlo, también la celebran en medio de copas y de exquisitas comidas; pero dicha festividad también lleva un significado que trasciende a toda alegoría festiva: Dios Padre dándonos a su Unigénito Hijo, Jesús, para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga la vida eterna (Juan 3:16).
Hoy más que nunca necesitamos reivindicar para nuestros hogares y nuestras familias, amistades y enemistades, el verdadero significado de la Navidad. Necesitamos que nuestros niños se feliciten entre ellos diciéndose: ¡Feliz Navidad!y que nuestros padres, maestros, muchachos y muchachas se alegren anunciando, con cada felicitación, que Cristo no está muerto sino que mora en el corazón de cada alma, cada vida que lo profesa y cree con todo fervor en Él como Salvador del Mundo.
Ruego que la siguiente crítica, bien intencionada, pero en plena defensa de nuestra cristiandad, que es también a la esencia del pueblo panameño, sea bien entendida. Y es que no se trata de acomodar una frase o expresión cajonera o de uso popular, como el decir: "Qué Xopa" o "Aya la Vida", "Tamos Brillando", "City of Stars", "Ho,Ho,Ho" y otras, no, no es el momento para ellas, ellas tienen su sitio en el hablar del vulgo, pero ahora es el momento exclusivo y único para decir: ¡Feliz Navidad! ¡Celoso es Dios de su Creación y de lo suyo!
Pude, finalmente, advertir que por fin, en la Cinta Costera, se ha puesto un gran letrero, de letras grandes, rojas y amarillas, en el que también se puede ver y leer, con gozo único: ¡FELIZ NAVIDAD!
Que el campesino en su humilde morada; el albañil o carpintero en su casa; el profesional en el remanso de su morada; el político en medio de la algarabía navideña, cada hombre, cada mujer, todos los niños y los jóvenes, los niños y muchachos en las escuelas, también los ancianos, podamos en esta grata Navidad decir: ¡Gracias Dios por darnos a Cristo, a Jesús! ¡Feliz Navidad!
Ruego, para que en esta Natividad del Señor, nos volquemos más a la tolerancia, a la comprensión y así ser más solidarios con nuestros pobres y cada día más amorosos y entregados a nuestras familias. ¡Dios Bendiga a la Patria!

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