Las estrellas sobre Panamá
El próximo 10 de marzo de 2012 se celebrará en Panamá, precisamente en Clayton, el segundo Congreso Nacional de Astronomía, en el cual expositores nacionales e internacionales presentarán temas de interés para todos aquellos que deseen buscar respuestas en los cuerpos celestes más allá de nuestra atmósfera. La Asociación Panameña de Aficionados a la Astronomía está a cargo de tremenda organización, y como un pequeño preámbulo de lo que se irá a exponer en el Congreso, deseo presentar varios escritos sobre astronomía práctica para aficionados.
Cuando tenemos la oportunidad de comprar un telescopio y deseamos mirar “algo”, buscamos fenómenos extraordinarios, no los culpo; personalmente, también me agrada ver nebulosas, galaxias, cúmulos estelares y toda clase de cuerpos celestes de espacio profundo, pero ¿qué pasó con las estrellas? Tal vez, como es lo más común a la vista, apuntar un telescopio hacia una estrella no es nada asombroso y lo que se ve es lo de siempre: un puntito brillante. Siempre fui de esa opinión hasta que empecé a recibir consejos de una buena amiga astrónoma aficionada, María Carvajal: “¿por qué no miras estrellas binarias?”
Las estrellas binarias, aunque no lo crean, son lo más común del universo; nuestro Sol, siendo una estrella solitaria, es del grupo que es la excepción a la regla. Y hay que considerarlas: en una oportunidad quise tomar a la estrella “Aludra” (estrella que representa el rabo de la constelación Can Major, el Perro Mayor), como base para orientar un telescopio electrónico y para mi sorpresa, lo que veían mis ojos como una estrella, el telescopio me la mostraba doble (¿Ahora cuál de las dos escojo? me dije yo). Ni en la Wikipedia la mencionan como doble. Esto se pone interesante. “Aludra” es una supergigante azul (imagínese nuestro sol 47 veces más grande) y está en las etapas finales de su vida, es decir, está a punto de explotar en lo que se conoce como una supernova; cerca de ella, en la misma constelación de Can Mayor, está la estrella “Adhara”, esta binaria es otra supergigante azul y también candidata a explotar en una supernova (¡Vaya, ahora todas quieren reventar!).
Las sorpresas con las estrellas no terminan con que sean dobles, incluso su forma. En la constelación de Erídano, su estrella principal se llama Achernar, bueno, ella no es doble, ¡pero no es redonda! Tiene la particularidad de que gira sobre su eje superrápido, tanto así que perdió su forma esférica (si es que alguna vez la tuvo) y ahora es de forma de “huevo”, es decir, más ancha a los costados que a lo alto. Desafortunadamente, este tipo de fenómeno no se puede ver con telescopios.
Lo que sí se puede ver con telescopio son los colores, y ahí está la “rarezura”: no todas las estrellas son blancas, las hay amarillas (Proción, en Can Minor), blancas (Deneb, en el Cisne), azules (como las que mencionamos de Aludra y Adhara) y rojas (como Betelgeuse en Orión). Lo interesante es verlas e identificar de qué color son, con eso ya sabemos que tan calientes son: si son blancas y azules, son más calientes que el Sol, y si son naranjas y rojas son menos calientes que nuestro astro rey.
Ver estrellas es encantador. Si Dios me lo permite seguiré escribiendo sobre otras cosas interesantes que se pueden ver en nuestro hermoso cielo.
Ingeniero Electromecánico, Miembro de la Asociación Panameña de Aficionados a la Astronomía.
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