¡Mare mágnum!

" Mare mágnum" significa, en latín: "multitud confusa de cosas". A no dudar el país entero, toda nuestra población se halla inmersa en una multitud confusa de cosas. Que si las reformas constitucionales deben hacerse por la vía originaria, esto es el pueblo como soberano, o por los mecanismos que prevé la propia Constitución Nacional; que si la Caja de Seguro Social saldrá adelante para encarar la crisis económica que padece; que si la administración de justicia es cada día menos creíble; que si la crisis energética no podrá ser encarada por gobierno alguno; que aumenta el índice de desempleo en Panamá; que la instrucción pública cada día se hace más decadente; que estamos inmersos en la subcultura de la delincuencia y corrupción; en fin, todo un marasmo de cosas hostiga a nuestra población sin exclusión de nadie.
El sábado 22 del mes y año que decurre, en un supermercado de la Vía España, saliendo del mismo, en el instante que me disponía ingresar a mi automóvil, una joven señora, tal vez de unos 32 años, salió gritando, despavorida, que se quería matar, expresión que repetía casi de modo esquizofrénico; entre tanto, corría hacia la calle con el propósito de quedar bajo las ruedas de algún carro. Dos personas que, aparentemente, la acompañaban, lograron detenerla y frenar su malsano propósito. Movido por eso que se llama la comprensión del dolor ajeno, prudentemente me acerqué, entre tanto cientos de miradas observaban impresionadas lo que acontecía.
Sólo pregunté: ¿Qué problema tan grande tiene la señora que se quiere quitar la vida? La respuesta que recibí, tal vez, logró impactarme mucho más que el hecho en sí: "Lo que sucede es que a ella la financiera le quiere quitar el carro porque no puede pagarlo". Inmediatamente pensé que podía brindarle alguna ayuda de tipo jurídico o dialogar con la financiera para que se le brindara a esta dama una alternativa, tal vez un arreglo de pago o una moratoria en la deuda. Gustosamente entregué mi tarjeta de presentación. La dama jamás nos llamó. No sé si se quitaría la vida o pudo convenir en algo con la financiera.
Lo ilustrado es apenas una muestra ínfima de los traumas y padecimientos que coexisten en nuestra población, en esas mayorías marginadas de todo progreso y desarrollo a las cuales he calificado como "las mayorías agonizantes de la Patria".
Suicidios, cientos de miles de personas padeciendo enfermedades mentales; que si la paranoia, la esquizofrenia, la oligofrenia, psicosis de diversa naturaleza; cientos de vidas victimizadas por el denominado mal de la época "el stress", etc.
Hay angustia y desesperación que raya con la locura en mucha de nuestra gente. Usted los ve, a diario, por nuestras calles y avenidas; deambulan por los grandes centros comerciales, caminan y caminan sin rumbo fijo y el día se les hace extremadamente largo y al llegar la noche, sienten que sobre ellos cae una pesadilla porque no son capaces de conciliar el sueño.
"¡Mare mágnum!", gritaría la muchedumbre romana al ver caer la bella Roma por el acto pirómano de Nerón. "¡Mare mágnum!" también gritaría el Rey Príamo al ver, con sus propios ojos, cómo su amada Troya sucumbía por las llamas causadas por el ataque de los griegos; "¡Mare mágnum!" gritaría el Rey de los Godos, Alarico, al ver cómo conquistaba a la despiadada Roma después de tan larga espera; "¡Mare mágnum!" gritamos en Panamá los que pensamos y nos solidarizamos con los pobres de nuestra Patria.
La confusión reina por doquier. Todos hablan de que se requiere el buen líder o dirigente que asuma la función de orientar y de enrumbar a los panameños por derroteros de éxito y prosperidad; sin embargo, precisa decirle a nuestros congéneres que es menester, tarea ineludible, plagada de buenas y positivas intenciones, que cambiemos el contenido de las excusas y proponemos para ello que, en lo sucesivo, se hable y se piense que el líder está presente en cada uno de nosotros; que hay un potencial grande de iniciativas y de ideas buenas que podemos emprender y desarrollar para bien de nosotros mismos, de la familia y de la Patria.
La Biblia dice que en el barbecho del pobre hay muchas riquezas, pero que se pierden por falta de juicio. Requerimos pensar en grande; seamos grandes en talentos y en proyectos; demandamos pensar positivamente y que tengamos bien claro que a Dios le debemos la vida misma y él, en su infinita misericordia, no nos la está cobrando. Que no importa cuán oscuro veamos el futuro; que no sucumbiremos ante la noche negra y sombría y que tengamos presente que al final del túnel se halla la luz.
¡Apreciemos la vida y la paz! ¡El sol brilla para todos!
Razón tenían los teóricos del buen gobierno cuando afirmaban que lo era aquél que lograba el mayor bien, felicidad y bienestar para el mayor número posible.
Tal como se ha señalado, utilizaremos toda la capacidad del país y el esfuerzo de nuestro gobierno para combatir todos los problemas sociales actuales generados y lo haremos con el aumento de la productividad.
Lo anterior es el interés del licenciado, Martín Torrijos, presidente de todos los panameños. ¡Sí se puede, Panamá!