Paréntesis octubrino
Publicado 2002/10/19 23:00:00
- José Pineda
El jueves 17 de octubre pasado, en que el Calendario Litúrgico nos traía la memoria de un personaje post apostólico, obispo y mártir, San Ignacio de Antioquia, "trigo de Cristo", una porción de los cristianos católicos de la Arquidiócesis de Panamá, encabezados por el Pastor Monseñor José Dimas Cedeño Delgado, flanqueado por los Obispos de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP), los Monseñor Carlos María Ariz, José Luis Lacunza, y Urías Ashley, amén de otras figuras eclesiásticas, volvió a ser fiel a la tradición de hacer un paréntesis en este décimo mes, celebrando la Cena de Pan y Vino número XXXII (32).
Como bien anotara el Señor Arzobispo, no es ni cena, ni de mucho pan, y de poquito de vino. Es un reunirse en una velada músico literaria y testimonial, para respaldar espiritual, solidaria y económicamente, aunque lo que se recoge representa aproximadamente un 15% del movimiento económico de lo que consume el funcionamiento de esa Casa de Formación de los futuros pastores de la iglesia católica de nuestra Arquidiócesis y algunas de las diócesis del resto de la República.
En la Cena de Pan y Vino nos vemos casi siempre las mismas caras, los mismos saludos, la misma Banda Republicana y casi el mismo formato.
Destacará siempre el desinterés, la entrega y la eficiencia con que el grupo de laicos y laicas del Comité Organizador de la Cena de Pan y Vino siempre trata de trabajar para que el evento sea cada año más corto, más variado, más ameno y que se cumpla con las metas propuestas. El Seminario, es decir, el cuerpo de formadores y el alumnado, el actual y el que pasó, tiene una fecha especial en la que agradecen a este benemérito comité que, a través de los años, han llevado a cabo contra viento y marea esta actividad que ya se hace proverbial en la vida de nuestra Iglesia panameña de manera que los Pan y Vinos se están celebrando en otras diócesis con la satisfacción de la feligresía. Vale la pena mencionar, si no todos, al menos a los esposos Hernán y Luz Sedda, al emérito y activo cooperador Hernán Luque y Nidia Siu, a la profesora Rosamérica de Vásquez, a Doña Berta Cucalón, a las licenciadas Carmen Linares y Alicia Saénz de Guinard y a otras valiosas damas que las acompañan y al cuasi símbolo de la perseverancia en ese grupo, Don Iván Alfaro Lyons. El programa de este año podríamos decir que fue tripartito. Por un lado, el Clero diocesano, curas y seminaristas; por otro, la Comunidad Claretiana, y por otro, la música y danzas de parte de laicos, incluida la sentida e inspirada invocación a cargo del Ing. Guillermo Quijano, hijo.
El Reverendo Ignacio Ting Pong Lee, cmf, profesor emérito de la Universidad Urbaniana de Roma nos reveló, en una hora, cómo en su vida de religioso dominó la contradicción y al final de cuentas le ayudó su ascendencia china, su oriundez colonense, y su romanismo a superarse y a enriquecerse espiritualmente sirviéndole a la Iglesia con todos sus talentos de canonista y misionero. Su cohermano, Lamberto Picado, cmf, con su emotiva composición poética "El Pentecostés de Jorge", dedicada al colega sacerdote vilmente asesinado un 19 de mayo de 2002: "Tu muerte para ti es Pentecostés... para nosotros, una nueva Pascua".
Este año 2002 ha sido especialmente difícil por cuanto que con razón o sin ella, la iglesia católica jerarquía, clero y fieles, ha sufrido virulentos embates que, por un momento, como decía alguien, "crujió el barco", que todo parecía que se iba a acabar una vez por todas y curiosamente, todo ha servido como una purificación e incluso, en la Campaña de Promoción Arquidiocesana donde se ha podido reflejar la situación negativa, fue todo lo contrario, la participación ha sido mejor este año que el anterior.
Muchas cosas tienen que cambiar y se están haciendo esfuerzos a nivel mundial y en esa misma línea, podemos dar la información del Anuario Pontificio de 2002, que anuncia que en el 2001 se han creado seis nuevas sedes episcopales, un excarcado apostólico, dos prefecturas apostólicas han sido elevadas, dos sedes metropolitanas y dos episcopales. De una población mundial de 6,047 millones, los católicos representan 1,050 millones, concentrándose en el continente americano el 49.4% del total. En el comunicado se señala que en el último año se han nombrado 161 obispos, con lo que la cifra total ascendió a 4,541. Hay 405,178 sacerdotes (de éstos 265.781 son diocesanos); religiosos sacerdotes, 141.397. Hay 27,824 diáconos permanentes, 55,057 religiosos no sacerdotes, 801,185 religiosas profesas, 30,687 miembros de institutos seculares, 126,365 misioneros laicos y 2,641,888 catequistas.
De 1978 al 2000, el número de estudiantes de filosofía y teología en los seminarios diocesanos y en los religiosos han pasado de 63,882 a 110,583. El mayor crecimiento se ha dado en Africa, donde el número de seminaristas se ha triplicado. En Asia se ha verificado un aumento del 125%, seguida del continente americano que ha incrementado en un 65%, y Europa, cuyo crecimiento ha sido del 12%. Estos datos fueron presentados por el Cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano al Santo Padre. La proporción de católicos no varía; somos el 17.4% de los habitantes del planeta. La mayor parte de los católicos está en el continente americano, el 45.5%; Europa el 27%, Africa el 12%, Asia el 10%, Oceanía el 0.8% de los católicos, pero son el 27% de la población continental.
La distribución de los católicos por continentes no corresponde con los sacerdotes. Más de la mitad de los sacerdotes (52%) está en Europa, y cerca de un tercio (30.2%) en América. Cifras ilustrativas para hacernos una idea realista de dónde estamos y cómo vale la pena muchas Cenas de Pan y Vino.
Informó que a Doña Elvia le gustan los jugos y las galletas, escuchar noticias y los bailes de antaño y, a pesar de su edad, reconoce por la voz a los familiares porque sólo ve sombras.
No le gusta la música típica porque "es muy montuno". Sobre rasgos de su personalidad resalta la memoria. Esa prodigiosa memoria que le ha permitido contar anécdotas de su infancia. Una de ellas es un pasaje de la Guerra de Los Mil Días cuando su mamá, una liberal muy valiente, pasaba las armas debajo de sus amplias y largas faldas.
222 Además de gozar de buena salud, conserva una memoria prodigiosa y exuda coquetería.
"Su mamá era muy tremenda; pasaba las armas a los liberales. Como usaba esos vestidos largos se metía las armas debajo porque nadie la revisaba. No la descubrieron. Tenía un carácter muy fuerte", afirma.
Doña Elvia, "aunque estaba muy joven, se acuerda de esa guerra", contó Taira. El tiempo se agotó. Un abrazo y bendiciones sellaron la jornada. La dulzura y calidez maternal de Doña Elvia afloró. Me abrazó y me dio su bendición, creyendo que era Taira. Lo recibí sin dar explicaciones para no romper el encanto de ese instante. Para mí eso vale mucho. La bendición de un anciano es avalada por Dios. Ese día quedará en mi memoria, así como Doña Elvia, un ser excepcional bendecido por la mano de Dios.
Personas allegadas a Doña Elvia relatan que durante un acto celebrado en el Hogar Bolívar cuando entonaron el himno nacional trató de incorporarse de su silla de ruedas para cantarlo.
Quienes la rodean intentaron disuadirla, pero más valió su arraigado amor por este canto que las dificultades que ya, irremediablemente, le representaban la innata condición de sus años. "Es tan imponente el himno, merece mucho respeto" considera Doña Elvia aún hoy, a sus 106 años.
El amor por su tierra es evidente como también cuando partió de ella para Nueva York. De allá recuerda que conoció a su esposo Don Domingo Díaz Méndez, y no así qué cargo ocupó.
La memoria la traicionó. Pero en los archivos de la Cancillería fue donde se obtuvo la respuesta. La Jefa de la Oficina Institucional de Recursos Humanos de la Cancillería, Manuelita de Smith, envió dos documentos que certifican que la señorita Elvia Mojica fue nombrada por el presidente Belisario Porras, el 4 de abril de 1925 como Oficial Archivero del Consulado General de Nueva York.
Sus servicios a la administración pública trascendieron al tiempo de la gestión de Porras. Doña Elvia trabajó en el Tribunal Tutelar de Menores (hoy Dirección de Corrección del Ministerio de la Familia). Allí laboró junto a Clara González, la primera mujer abogada de Panamá, de quien fue muy amiga. Comenta Doña Mary Comando que su tía era una mujer apegada a la política y a la vida del campo. A la muerte de Porras se involucró en la política, pero ya no en las toldas liberales.
La inclinación por la política también estaba presente en su esposo, Don Domingo Díaz, que por los años 50 fue concejal del distrito de Panamá. "El Dr. Porras y mi tía fueron mis tutores", dice Doña Mary. Ellos la matricularon en la Escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía, donde estudió bachillerato, de 1935 a 1940.
Una hermosa abuelita del Hogar, Doña Rosaura Zanetti, dio fe de la calidad humana de Porras. Adolfo de León, su abuelo y partidario de Porras, fue quien lo llevó en hombros a la Presidencia.
Doña Rosaura, al escuchar durante la entrevista el nombre de Porras, dijo: "¡Ah!.. Porras. El fue quien enterró a mi abuelito. "Mi abuelito era alto y fuerte. Mi abuelito era jefe del muelle en el Mercado Público. Era fuerte, fuerte. Lo cargó - a Porras- y lo llevó a la Presidencia".
Doña Rosaura recuerda que en esa época tendría unos 8 años. De ser así, se refiere al primer periodo presidencial del Dr. Belisario Porras que fue de 1912 a 1916. "El se murió del corazón. Murió tiempo después que Porras asumió la presidencia. "Iba mucho a Aguadulce de donde era mi abuelito", relató.
Porras dirigió la revolución Liberal en el Istmo de Panamá, que en esos tiempos era un Departamento colombiano. Fue uno de los líderes principales del Partido Liberal Colombiano durante la guerra, llevando a cabo una campaña militar que llegó hasta las puertas de la Ciudad de Panamá. Aproximadamente 5,000 panameños murieron en este conflicto armado que duró tres años, de 1899 a 1902.
Porras continuó como miembro del Partido Liberal, pero ya como un Partido Liberal panameño. En 1912, después de haber incrementado su popularidad en el istmo, es elegido presidente de la república por una amplia mayoría. Ejerce el puesto durante tres períodos: de 1912 a 1916; de 1918 a 1920 y de 1920 a 1924.
Durante tres periodos ejecuta importantes obras como la creación de los Códigos Nacionales y la redacción de un cuerpo de leyes. Construye carreteras y otras facilidades de transporte y comunicación que unifican al país, como el Ferrocarril de Chiriquí en 1916.
Da mucha importancia a la salud y al progreso económico del país. Funda el Hospital Santo Tomás en la Ciudad de Panamá y mejora la higiene del país en general. Nacionaliza la Lotería Nacional de Beneficencia para financiar la expansión de la salud pública.
Entre otros logros se destacan la reconstrucción del telégrafo, la apertura del Canal interoceánico en 1915; la organización de la instrucción pública; el barrio de La Exposición y la Plaza Porras; la creación del Archivo Nacional y el Registro Civil y el establecimiento de la Isla Penal de Coiba.
En materia legal, por la Ley 1 de 22 de agosto de 1916, se adopta el Código Administrativo que contiene un título en el cual se reglamenta toda la materia electoral. El Consejo Electoral de la República pasa a ser el Jurado Nacional de Elecciones y los Ayuntamientos Electorales se denominan Jurados Provinciales. Falleció el 28 de agosto de 1942. Porras creía en los méritos personales, en la libre expresión del pensamiento y en la prensa como medio de combate.
Como bien anotara el Señor Arzobispo, no es ni cena, ni de mucho pan, y de poquito de vino. Es un reunirse en una velada músico literaria y testimonial, para respaldar espiritual, solidaria y económicamente, aunque lo que se recoge representa aproximadamente un 15% del movimiento económico de lo que consume el funcionamiento de esa Casa de Formación de los futuros pastores de la iglesia católica de nuestra Arquidiócesis y algunas de las diócesis del resto de la República.
En la Cena de Pan y Vino nos vemos casi siempre las mismas caras, los mismos saludos, la misma Banda Republicana y casi el mismo formato.
Destacará siempre el desinterés, la entrega y la eficiencia con que el grupo de laicos y laicas del Comité Organizador de la Cena de Pan y Vino siempre trata de trabajar para que el evento sea cada año más corto, más variado, más ameno y que se cumpla con las metas propuestas. El Seminario, es decir, el cuerpo de formadores y el alumnado, el actual y el que pasó, tiene una fecha especial en la que agradecen a este benemérito comité que, a través de los años, han llevado a cabo contra viento y marea esta actividad que ya se hace proverbial en la vida de nuestra Iglesia panameña de manera que los Pan y Vinos se están celebrando en otras diócesis con la satisfacción de la feligresía. Vale la pena mencionar, si no todos, al menos a los esposos Hernán y Luz Sedda, al emérito y activo cooperador Hernán Luque y Nidia Siu, a la profesora Rosamérica de Vásquez, a Doña Berta Cucalón, a las licenciadas Carmen Linares y Alicia Saénz de Guinard y a otras valiosas damas que las acompañan y al cuasi símbolo de la perseverancia en ese grupo, Don Iván Alfaro Lyons. El programa de este año podríamos decir que fue tripartito. Por un lado, el Clero diocesano, curas y seminaristas; por otro, la Comunidad Claretiana, y por otro, la música y danzas de parte de laicos, incluida la sentida e inspirada invocación a cargo del Ing. Guillermo Quijano, hijo.
El Reverendo Ignacio Ting Pong Lee, cmf, profesor emérito de la Universidad Urbaniana de Roma nos reveló, en una hora, cómo en su vida de religioso dominó la contradicción y al final de cuentas le ayudó su ascendencia china, su oriundez colonense, y su romanismo a superarse y a enriquecerse espiritualmente sirviéndole a la Iglesia con todos sus talentos de canonista y misionero. Su cohermano, Lamberto Picado, cmf, con su emotiva composición poética "El Pentecostés de Jorge", dedicada al colega sacerdote vilmente asesinado un 19 de mayo de 2002: "Tu muerte para ti es Pentecostés... para nosotros, una nueva Pascua".
Este año 2002 ha sido especialmente difícil por cuanto que con razón o sin ella, la iglesia católica jerarquía, clero y fieles, ha sufrido virulentos embates que, por un momento, como decía alguien, "crujió el barco", que todo parecía que se iba a acabar una vez por todas y curiosamente, todo ha servido como una purificación e incluso, en la Campaña de Promoción Arquidiocesana donde se ha podido reflejar la situación negativa, fue todo lo contrario, la participación ha sido mejor este año que el anterior.
Muchas cosas tienen que cambiar y se están haciendo esfuerzos a nivel mundial y en esa misma línea, podemos dar la información del Anuario Pontificio de 2002, que anuncia que en el 2001 se han creado seis nuevas sedes episcopales, un excarcado apostólico, dos prefecturas apostólicas han sido elevadas, dos sedes metropolitanas y dos episcopales. De una población mundial de 6,047 millones, los católicos representan 1,050 millones, concentrándose en el continente americano el 49.4% del total. En el comunicado se señala que en el último año se han nombrado 161 obispos, con lo que la cifra total ascendió a 4,541. Hay 405,178 sacerdotes (de éstos 265.781 son diocesanos); religiosos sacerdotes, 141.397. Hay 27,824 diáconos permanentes, 55,057 religiosos no sacerdotes, 801,185 religiosas profesas, 30,687 miembros de institutos seculares, 126,365 misioneros laicos y 2,641,888 catequistas.
De 1978 al 2000, el número de estudiantes de filosofía y teología en los seminarios diocesanos y en los religiosos han pasado de 63,882 a 110,583. El mayor crecimiento se ha dado en Africa, donde el número de seminaristas se ha triplicado. En Asia se ha verificado un aumento del 125%, seguida del continente americano que ha incrementado en un 65%, y Europa, cuyo crecimiento ha sido del 12%. Estos datos fueron presentados por el Cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano al Santo Padre. La proporción de católicos no varía; somos el 17.4% de los habitantes del planeta. La mayor parte de los católicos está en el continente americano, el 45.5%; Europa el 27%, Africa el 12%, Asia el 10%, Oceanía el 0.8% de los católicos, pero son el 27% de la población continental.
La distribución de los católicos por continentes no corresponde con los sacerdotes. Más de la mitad de los sacerdotes (52%) está en Europa, y cerca de un tercio (30.2%) en América. Cifras ilustrativas para hacernos una idea realista de dónde estamos y cómo vale la pena muchas Cenas de Pan y Vino.
Informó que a Doña Elvia le gustan los jugos y las galletas, escuchar noticias y los bailes de antaño y, a pesar de su edad, reconoce por la voz a los familiares porque sólo ve sombras.
No le gusta la música típica porque "es muy montuno". Sobre rasgos de su personalidad resalta la memoria. Esa prodigiosa memoria que le ha permitido contar anécdotas de su infancia. Una de ellas es un pasaje de la Guerra de Los Mil Días cuando su mamá, una liberal muy valiente, pasaba las armas debajo de sus amplias y largas faldas.
222 Además de gozar de buena salud, conserva una memoria prodigiosa y exuda coquetería.
"Su mamá era muy tremenda; pasaba las armas a los liberales. Como usaba esos vestidos largos se metía las armas debajo porque nadie la revisaba. No la descubrieron. Tenía un carácter muy fuerte", afirma.
Doña Elvia, "aunque estaba muy joven, se acuerda de esa guerra", contó Taira. El tiempo se agotó. Un abrazo y bendiciones sellaron la jornada. La dulzura y calidez maternal de Doña Elvia afloró. Me abrazó y me dio su bendición, creyendo que era Taira. Lo recibí sin dar explicaciones para no romper el encanto de ese instante. Para mí eso vale mucho. La bendición de un anciano es avalada por Dios. Ese día quedará en mi memoria, así como Doña Elvia, un ser excepcional bendecido por la mano de Dios.
Personas allegadas a Doña Elvia relatan que durante un acto celebrado en el Hogar Bolívar cuando entonaron el himno nacional trató de incorporarse de su silla de ruedas para cantarlo.
Quienes la rodean intentaron disuadirla, pero más valió su arraigado amor por este canto que las dificultades que ya, irremediablemente, le representaban la innata condición de sus años. "Es tan imponente el himno, merece mucho respeto" considera Doña Elvia aún hoy, a sus 106 años.
El amor por su tierra es evidente como también cuando partió de ella para Nueva York. De allá recuerda que conoció a su esposo Don Domingo Díaz Méndez, y no así qué cargo ocupó.
La memoria la traicionó. Pero en los archivos de la Cancillería fue donde se obtuvo la respuesta. La Jefa de la Oficina Institucional de Recursos Humanos de la Cancillería, Manuelita de Smith, envió dos documentos que certifican que la señorita Elvia Mojica fue nombrada por el presidente Belisario Porras, el 4 de abril de 1925 como Oficial Archivero del Consulado General de Nueva York.
Sus servicios a la administración pública trascendieron al tiempo de la gestión de Porras. Doña Elvia trabajó en el Tribunal Tutelar de Menores (hoy Dirección de Corrección del Ministerio de la Familia). Allí laboró junto a Clara González, la primera mujer abogada de Panamá, de quien fue muy amiga. Comenta Doña Mary Comando que su tía era una mujer apegada a la política y a la vida del campo. A la muerte de Porras se involucró en la política, pero ya no en las toldas liberales.
La inclinación por la política también estaba presente en su esposo, Don Domingo Díaz, que por los años 50 fue concejal del distrito de Panamá. "El Dr. Porras y mi tía fueron mis tutores", dice Doña Mary. Ellos la matricularon en la Escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía, donde estudió bachillerato, de 1935 a 1940.
Una hermosa abuelita del Hogar, Doña Rosaura Zanetti, dio fe de la calidad humana de Porras. Adolfo de León, su abuelo y partidario de Porras, fue quien lo llevó en hombros a la Presidencia.
Doña Rosaura, al escuchar durante la entrevista el nombre de Porras, dijo: "¡Ah!.. Porras. El fue quien enterró a mi abuelito. "Mi abuelito era alto y fuerte. Mi abuelito era jefe del muelle en el Mercado Público. Era fuerte, fuerte. Lo cargó - a Porras- y lo llevó a la Presidencia".
Doña Rosaura recuerda que en esa época tendría unos 8 años. De ser así, se refiere al primer periodo presidencial del Dr. Belisario Porras que fue de 1912 a 1916. "El se murió del corazón. Murió tiempo después que Porras asumió la presidencia. "Iba mucho a Aguadulce de donde era mi abuelito", relató.
Porras dirigió la revolución Liberal en el Istmo de Panamá, que en esos tiempos era un Departamento colombiano. Fue uno de los líderes principales del Partido Liberal Colombiano durante la guerra, llevando a cabo una campaña militar que llegó hasta las puertas de la Ciudad de Panamá. Aproximadamente 5,000 panameños murieron en este conflicto armado que duró tres años, de 1899 a 1902.
Porras continuó como miembro del Partido Liberal, pero ya como un Partido Liberal panameño. En 1912, después de haber incrementado su popularidad en el istmo, es elegido presidente de la república por una amplia mayoría. Ejerce el puesto durante tres períodos: de 1912 a 1916; de 1918 a 1920 y de 1920 a 1924.
Durante tres periodos ejecuta importantes obras como la creación de los Códigos Nacionales y la redacción de un cuerpo de leyes. Construye carreteras y otras facilidades de transporte y comunicación que unifican al país, como el Ferrocarril de Chiriquí en 1916.
Da mucha importancia a la salud y al progreso económico del país. Funda el Hospital Santo Tomás en la Ciudad de Panamá y mejora la higiene del país en general. Nacionaliza la Lotería Nacional de Beneficencia para financiar la expansión de la salud pública.
Entre otros logros se destacan la reconstrucción del telégrafo, la apertura del Canal interoceánico en 1915; la organización de la instrucción pública; el barrio de La Exposición y la Plaza Porras; la creación del Archivo Nacional y el Registro Civil y el establecimiento de la Isla Penal de Coiba.
En materia legal, por la Ley 1 de 22 de agosto de 1916, se adopta el Código Administrativo que contiene un título en el cual se reglamenta toda la materia electoral. El Consejo Electoral de la República pasa a ser el Jurado Nacional de Elecciones y los Ayuntamientos Electorales se denominan Jurados Provinciales. Falleció el 28 de agosto de 1942. Porras creía en los méritos personales, en la libre expresión del pensamiento y en la prensa como medio de combate.
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