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Por una educación integral
Rogelio Herrera - Publicado:
Las reformas en materia de educación deben correr parejas con la realidad imperante en el planeta tierra en donde lo social, político, religioso y económico se entretejen como elementos imprescindibles en el proceso educativo de cada país.Pero ello no significa que debemos inclinarnos hacia un sector y casi olvidarnos de los otros.En el caso de Panamá, la juventud merece recibir un modelo educativo no sesgado ni incompleto.Porque ya, desde los albores de la República, nuestros primeros gobernantes supieron encauzar las energías del pueblo panameño hacia una educación que consultara todas las manifestaciones de la cultura, desde saber distinguir una obra de arte y conocer el valor estético encerrado en un poema, hasta saber escribir y redactar con soltura y corrección, así como conocer los elementos de las matemáticas y la geometría, y conocer los principios generales de las Ciencias Naturales.Pero hoy, considerando las consecuencias y los efectos del fenómeno de la globalización con la incorporación de novedosas técnicas (Internet e Intranet) que amplían más y más las posibilidades de los procesos de enseñar y aprender se abren todavía más las perspectivas de que nuestros jóvenes estudiantes lleguen a tener una formación más amplia, más profunda y, sobre todo más completa e integral.Pero cuando se habla de una educación integral para la juventud panameña con ello se quiere significar una formación educativa no homogénea, no estandarizada ni tampoco sesgada, obtusa, con la mirada dirigida hacia un solo lado.Y es que se hace necesario que los niños y los adolescentes panameños tengan el derecho y el deber de saber desarrollar una concepción universalista del mundo y de la vida.Y que, dentro de esta perspectiva sean plenamente conscientes de que, por ejemplo, nuestro país tiene su propio destino, su propia identidad nacional y un perfil que marca su hacer cultural.En consecuencia, nuestro futuro en materia educativa debe ceñirse a los cánones apoyados en los aspectos de la dinámica creativa.No debe estar orientada hacia aquellos modelos que exaltan la codicia o el interés por aquellos valores puramente utilitarios y mercantiles.Y eso sí nuestra educación debe tener como premisas fundamentales el respeto a los altos valores del espíritu y entre éstos, lo sagrado, lo ético, la filosofía, mas sobre todo rendirle culto a las grandes verdades que le dan sentido a la vida.