opinion
Posición “Sangrando por la herida”
Rafael Montes Gómez - Publicado:
Primero quiero advertirle que si sufre de purismos lingüísticos de algún tipo, no lea mis artículos.Si puede más su curiosidad, entonces debe recordar que nuestra cultura es rica en su diversidad y expresión.Hablando de dichos y de dicharacheros, la expresión idiomática “sangra por la herida” se refiere a alguien que está profundamente enojado por algo que le ha pasado, o ejerce acciones directas o indirectas contra otra persona a quien identifica como el causante directo de su mal estado o de su cambiante y amargado estado de ánimo.Un ejemplo digno de aparecer en el “Diccionario Libre” sería: “Bobby está sangrando por la herida porque Bosco le ganó la Alcaldía”.Ahora han aparecido más demandas contra el Alcalde electo por los ciudadanos capitalinos, por amplia mayoría, en razón de su supuesta doble nacionalidad.Ya quisiéramos ver a esos detractores con el mismo énfasis contra verdaderos delincuentes e infractores de la ley.Digo “supuesta”, porque son pocos, como el licenciado Ameth Cerceño, los que no callan que los magistrados del Tribunal Electoral (TE) ya se habían pronunciado antes al no acceder a aquella solicitud que impidiera que Bosco corriera como candidato.En ese caso, importante a considerar es: ¿Pueden los magistrados del TE contradecir sus propias decisiones? La respuesta en derecho es rotundamente NO.Los honorables, con su actuación inicial o incluso, con la ausencia de ella, legitimaron desde el inicio la elección de Bosco; no pueden, de ningún modo, contradecirse ellos mismos en un fallo posterior.Supongamos que había razones, en el “timing” ese era el momento adecuado para pronunciarse y para nosotros, en efecto, lo hicieron; fue un hecho público y notorio.¿Por qué pedir que se pronuncien sobre lo mismo ahora que ya ganó por amplia mayoría la Alcaldía?Tal y como el propio Alcalde electo lo ha manifestado, pareciera que fuerzas oscuras -que yo las identifico perredés- conspiran para que Bosco Ricardo Vallarino no acceda al mandato que le entregó con toda confianza y esperanza el pueblo panameño.Bosco Ricardo Vallarino no tiene porque entregarle ningún documento de nada a nadie; si se requiere información acerca del estatus de Bosco, pregunten por los canales adecuados a la Embajada de Estados Unidos, que representa al Departamento de Estado y, a su vez, al gobierno de esa nación.Sus detractores quieren tapar el sol con un dedo al ignorar que, según las leyes norteamericanas, al convertirse en candidato en nuestro país perdió la nacionalidad norteamericana, aquella que nunca ejerció, y hecho mayormente legitimado con la elección como Alcalde de la ciudad capital.Además, basta ya con aquello de perdida de la “nacionalidad panameña”, si, total, ni siquiera la suspensión, que es la que opera, no hay ley que abunde más luz sobre el tema, a excepción de notables y verdaderos constitucionalistas que lo que han hecho es pronunciarse a favor de Vallarino.Ni hablar de aquella locura de “nuevas elecciones”, primeramente enunciado por un comentarista de boxeo, eso sólo ocurre en la cabeza de Bobby.Pareciera que existe una situación de no enfrentar estas cosas so pretexto de una transición pacífica.Si existe tal situación, mejor aclárenla de inmediato, y en el sentido que eso NO incluye que deliberadamente dejemos que nos tomen de pendejos.Este es un pueblo noble, aquellos que creímos en la candidatura de Bosco Ricardo Vallarino y la apoyamos aún más allá de nuestras fuerzas, en este momento tenemos que sumar a muchos, incluso que antes no creían en Bosco, el Alcalde electo por mayoría, para que como aquella vez, en un solo haz de voluntades, se sienta un movimiento de respaldo masivo, porque no podemos dejar que una vez obtenido un triunfo contundente, aquél que “sangra por la herida”, utilizando a terceros, se salga con la suya, pisoteando la voluntad de todo un pueblo.