Tierra
Riqueza ambiental
- Fermín Agudo A.
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Debemos guardar cuidado, en poco tiempo habrá sequía en el mundo moderno.

Los árboles sufren las dolencias de ser cortados y quemados cumpliendo así las infamias desagradables, heredadas de las venideras generaciones. Foto: Archivo.
La tierra está equipada por una grande cobija protectora, calificada con el nombre común de ambiente, rigiendo en este entorno todo lo adecuado para que podamos continuar la puntual existencia, tanto humanas, como de planta, animales y minerales asumiendo cada uno de ellos, las convenientes funciones en el medio natural.
Del fondo terrenal afloran hacia las superficies del planeta un cuantioso número de sustancias que llegarán a complementar las necesidades alimentarias tornándonos la vida en saludable confort, cubriéndolas generosas experiencias geniales.
Es prudente explicar que el famoso contacto del hombre con los prodigiosos componentes del medio les han otorgado grandezas y obligaciones a la vez, ya que todo en la vida es relativo, pues aquí el correcto y cuidadoso esfuerzo es el que nos revela las riquezas brindadas que podemos recibir con formidable gratitud.
Debo exponer cumpliendo las costosas invenciones donde las formaciones mentales de nuestro individuo no es la más selecta y sigue pensando que todo lo entregado por codiciados recursos lo podemos tratar con indiferencias fuera de todo contacto admirable.
De las plantas son cosechadas los frutos indispensables para la perfecta reposición de las energías corporales y que llegadas a la mesa se convierten en exquisitos manjares que restauran los variados tejidos derrochados en las diarias actividades.
Debo pensar que en nosotros es lógico que tengamos los buenos hábitos para compensar los deberes, asumiendo las convenientes responsabilidades disciplinarias como requisitos operantes.
Las obligaciones son eclipsadas por la detestable manera de proceder, fuera de toda cultura, dueña de los elogios imprudentes, donde los árboles sufren las dolencias de ser cortados y quemados cumpliendo así las infamias desagradables, heredadas de las venideras generaciones, detestando los agónicos momentos de calor insoportable que jamás podremos eliminar donde la arruinada sequía doblega el interés de los que pensamos con cordura, fuera de todo aspecto deficiente y aunque impulsemos el poder, no lo podremos reponer jamás, él seguirá sufriendo las humillaciones hasta el fin de la existencia terrenal.
El crecimiento social prosperará motivado por el poder generacional, gravitando sobre lo natural, ofreciendo los designios obligados, practicando los poderes perfectos, transformando el medio con sus sentimientos inseparables.
Hay factores que aportan la línea previa, conviviendo con las consecuencias dolorosas, denunciando concretamente el ir y venir de la gente sobre el planeta, donde las enfermedades son transferibles sin remedios.
Ciertos agricultores pierden el curioso cuidado de llevar por el buen camino sus oficios, donde prenden algunos árboles con la pretensión simple de observar sus destrucciones, venidas de las manos de hombres y mujeres traviesos haciendo padecer los bosques tropicales.
No importa cuán poderosa y fascinante sea el rendimiento potencial; los vegetales seguirán necesitando agua para crecer y ofrecer sus frutos venturosos.
Debemos guardar cuidado, en poco tiempo habrá sequía en el mundo moderno.
Llegamos a aniquilar el entorno aplicando el maltrato practicado, metodologías desafortunadas liquidando al pobre agricultor, padeciendo la mala racha del destino malévolo, luego de haber movido con ternura las vértebras lumbares y cervicales en armonioso abrazo de perfecto secretismo con la feliz madre tierra.
Escritor.
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