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Sumando salud, restando chupatas
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Un estilo de vida saludable depende del equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu.La mente contribuye a este todo con los conocimientos y el razonamiento indispensables para la toma de buenas decisiones y el avance de la raza humana.El cuerpo se encuentra en la base de este equilibrio, administrando los procesos fisiológicos de los que depende el crecimiento y la manutención del organismo.El espíritu es el ser y esencia de nuestra condición humana que nos permite estar en contacto con la creación.La juventud panameña tiene manifiesta en ella muchos síntomas de la pérdida de este sano equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu.Los factores psicosociales de su entorno han provocado -y le continúa provocando- una serie de conductas que disminuyen significativamente su esperanza de vida saludable."Las chupatas" son un ejemplo de estas conductas en las que los jóvenes participan como alternativa de recreación y de empleo del ocio y el tiempo libre.Pero, ¿por qué se dan las chupatas? En un trabajo realizado en algunas escuelas del área metropolitana, los jóvenes hablaron que es una forma de divertirse, además de permitirles socializar con sus compañeros y amigos.Para ellos la popularidad es un valor, que en parte se pone de manifiesto cuando se participa en estas actividades.Además, confesaron participar en las chupatas para olvidar los problemas que tienen en su entorno familiar.Asistir a una chupata es algo así como un acto de liberación de las penas (escolares, familiares, sociales, económicas, etc.).No podemos dejar de observar la conducta de los jóvenes sin ubicar un espejo en el que nos veamos reflejados nosotros como adultos.Chupa y olvida no es un moto inventado por los jóvenes de esta generación.Es la manera en la que nuestra generación adulta ha manejado sus propias decepciones y frustraciones.Sin embargo, es preocupante conocer todo lo que sucede en una chupata.El licor es un elemento indispensable, por algo le llaman chupata.Además que hay mucha sociabilidad entre los jóvenes, se presentan invariablemente otros elementos como el intercambio de parejas para prácticas sexuales como los toques y las "brochitas", sexo; cigarrillos; drogas; peleas y otras conductas riesgosas.Inclusive, hay testimonios de cómo "someten" a las muchachas utilizando las cenizas del cigarrillo en el trago o alguna otra sustancia.La situación provocada por las diferencias de género entre varones y jovencitas se complica con las chupatas como escenario.El hecho de que nuestros jóvenes hablan de "someter violentamente" a las muchachas es indicativo de la violencia que se está gestando contra la mujer joven.¿Y qué alternativas hay frente a este panorama? El panorama es esperanzador si nosotros junto con los jóvenes participamos en un acto transformador.El reto no está en eliminar este tipo de reuniones entre los jóvenes.El reto está en transformar estas reuniones en un verdadero espacio de recreación y desarrollo de nuestra juventud con actividades que utilicen sus códigos, sus gestos, sus símbolos, pero, sobretodo, su participación.Imagínense lo que sería volverlos a ver organizándose y haciendo una "vaca", pero no para comprar licor en cualquier tienda de barrio; sino para recoger ideas para su sana recreación.Todos los expertos en salud reconocen la importancia que tiene la promoción y la prevención en un estilo de vida saludable.Si queremos que nuestros jóvenes recuperen el equilibrio mente, cuerpo y espíritu, apoyémosle en su esfuerzo de participación sumando salud y restando chupatas.