Todos los males viejos en una barriada nueva
Publicado 2003/09/02 23:00:00
- Aleida Samaniego
Los residentes de la Barriada Punta del Este, en el área de Tocumen, viven una situación de inseguridad debido a que no hay policías que realicen rondas y están a merced de los delincuentes de un caserío aledaño.
Ante una denuncia enviada vía correo electrónico, El Panamá América visitó el área para conversar con los residentes , quienes coincidieron en que algunos delincuentes, procedentes del barrio de Belén, se están apoderando de sus calles y casas en horas de la noche, y los domingos, cuando se instalan en la cancha a jugar y a libar licor.
Pero la situación es más peligrosa para una anciana de 72 años que vive sola, ya que pareciera que los ladrones conocen muy bien el área y saben quiénes viven sin compañía.
La residente Hersilia Arjona comentó a El Panamá América que un día estaba sentada en la entrada de su casa y llegó un joven que con una sonrisa sarcástica le dijo que si él quería, le podía robar simplemente cortándole la luz desde el medidor, lo que desactivaría todas sus alarmas. Además, le señaló que tiene llaves que abren todas las puertas.
Al transcurrir unos minutos apareció otro joven pidiéndole B/.1.50, "con la forma tan particular que tienen de hablar", señaló Hersilia.
Actualmente Hersilia vive aterrada, tanto, que cuando escucha ruidos extraños alrededor de su casa o balaceras en el área de Belén, se mete debajo de la cama. Ella desea mudarse lo más pronto posible de allí y mil veces se arrepiente de haberse venido de Nueva York a vivir a Panamá.
Por otro lado, Cecilia Fulwood indicó que hay robos constantemente y la subestación de Policía sólo está de fachada, porque unos meses atrás se introdujeron a su automóvil y le robaron las bocinas, le rompieron el vidrio de adelante sin que nadie se percatara ni hiciera nada, ya que por la noche solamente queda un oficial en el cuartel.
Fulwood confesó que cuando se llama a la subestación, lo más que hacen es llamar a la Estación de Policía en Tocumen para ver si ellos tienen algún vehículo para llegar a la barriada, porque en el cuartel de la barriada no tienen. Otra moradora dijo que un carro donado cuando se comenzaron a habitar las casas de la barriada y se inauguró la subestación, desapreció a los pocos días.
Los moradores de Belén han creado caminos para pasar a la Barriada Punta del Este, con la excusa de que van hacia un supermercado que está en la parte lateral.
Los residentes de Punta del Este solicitan que cuando se culmine el proyecto, se coloque una cerca para evitar los constantes robos. Como el proyecto de construcción no ha culminado, todavía hay seguridad particular en las últimas calles. Esta vigilancia se considera más efectiva que la que brinda la Policía, indicó Doris Valencia.
La inseguridad no es el único problema en la barriada, pues tienen contratiempos con el suministro agua y el servicio de transporte. El agua a veces llega turbia. Una madre de familia destacó que cuando lava los pañales de su hijo, éstos le quedan más sucios de lo que estaban.
Además, el acceso a la barriada es toda una odisea, ya que solamente hay un busito y aparece cuando desea, porque a veces pasan dos días sin que ofrezca el servicio, destacó un grupo de moradores.
Otro inconveniente para los residentes es que hay dos camiones en la vía principal que obstruyen la visibilidad de las personas que conducen sus autos para entrar o salir de la barriada, por lo que solicitan a las entidades competentes que solucionen este inconveniente para evitar un accidente.
Ante una denuncia enviada vía correo electrónico, El Panamá América visitó el área para conversar con los residentes , quienes coincidieron en que algunos delincuentes, procedentes del barrio de Belén, se están apoderando de sus calles y casas en horas de la noche, y los domingos, cuando se instalan en la cancha a jugar y a libar licor.
Pero la situación es más peligrosa para una anciana de 72 años que vive sola, ya que pareciera que los ladrones conocen muy bien el área y saben quiénes viven sin compañía.
La residente Hersilia Arjona comentó a El Panamá América que un día estaba sentada en la entrada de su casa y llegó un joven que con una sonrisa sarcástica le dijo que si él quería, le podía robar simplemente cortándole la luz desde el medidor, lo que desactivaría todas sus alarmas. Además, le señaló que tiene llaves que abren todas las puertas.
Al transcurrir unos minutos apareció otro joven pidiéndole B/.1.50, "con la forma tan particular que tienen de hablar", señaló Hersilia.
Actualmente Hersilia vive aterrada, tanto, que cuando escucha ruidos extraños alrededor de su casa o balaceras en el área de Belén, se mete debajo de la cama. Ella desea mudarse lo más pronto posible de allí y mil veces se arrepiente de haberse venido de Nueva York a vivir a Panamá.
Por otro lado, Cecilia Fulwood indicó que hay robos constantemente y la subestación de Policía sólo está de fachada, porque unos meses atrás se introdujeron a su automóvil y le robaron las bocinas, le rompieron el vidrio de adelante sin que nadie se percatara ni hiciera nada, ya que por la noche solamente queda un oficial en el cuartel.
Fulwood confesó que cuando se llama a la subestación, lo más que hacen es llamar a la Estación de Policía en Tocumen para ver si ellos tienen algún vehículo para llegar a la barriada, porque en el cuartel de la barriada no tienen. Otra moradora dijo que un carro donado cuando se comenzaron a habitar las casas de la barriada y se inauguró la subestación, desapreció a los pocos días.
Los moradores de Belén han creado caminos para pasar a la Barriada Punta del Este, con la excusa de que van hacia un supermercado que está en la parte lateral.
Los residentes de Punta del Este solicitan que cuando se culmine el proyecto, se coloque una cerca para evitar los constantes robos. Como el proyecto de construcción no ha culminado, todavía hay seguridad particular en las últimas calles. Esta vigilancia se considera más efectiva que la que brinda la Policía, indicó Doris Valencia.
La inseguridad no es el único problema en la barriada, pues tienen contratiempos con el suministro agua y el servicio de transporte. El agua a veces llega turbia. Una madre de familia destacó que cuando lava los pañales de su hijo, éstos le quedan más sucios de lo que estaban.
Además, el acceso a la barriada es toda una odisea, ya que solamente hay un busito y aparece cuando desea, porque a veces pasan dos días sin que ofrezca el servicio, destacó un grupo de moradores.
Otro inconveniente para los residentes es que hay dos camiones en la vía principal que obstruyen la visibilidad de las personas que conducen sus autos para entrar o salir de la barriada, por lo que solicitan a las entidades competentes que solucionen este inconveniente para evitar un accidente.
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