Panamá
¡Alerta! Drogadicción puede iniciar con el abuso de medicinas
En Panamá el suicidio (que en ocasiones se fundamenta en el uso excesivo de medicamentos), es un problema de salud pública, revela informe reciente de la Caja de Seguro Social (CSS).
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- - Actualizado: 29/11/2020 - 08:29 am
Organismos internacionales advierten sobre la vinculación del aumento de los suicidios y la drogadicción con el uso de tranquilizantes y estimulantes sin prescripción médica.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) en su Informe sobre el Consumo de Drogas en las Américas de 2019 incluye a los tranquilizantes, utilizados sin receta médica, entre las drogas usadas por la población joven en el continente.
Además, este tipo de sustancias químicas son asociadas a los suicidios, los cuales van en aumento en el mundo, sobre todo ahora en tiempos de la pandemia de COVID-19.
Y Panamá no es ajena a esta situación, ni tampoco es nuevo el tema del uso indiscriminado y peligroso de tranquilizantes y estimulantes.
Desde hace más de 10 años, las autoridades de salud, el Ministerio Público y organizaciones privadas dedicadas a la lucha contra las drogas vienen advirtiendo sobre el creciente uso de este tipo de sustancias, sobre todo entre los jóvenes panameños.
El Ministerio de Salud (Minsa) advirtió que los jóvenes, en su búsqueda de identidad, por la desintegración familiar, los problemas económicos y el deterioro social son más prospensos a la drogradicción, entre las que se cuentan estas sustancias controladas por prescripción médica y otras de libre venta.
El Minsa advirtió que los adolescentes abusan de una variedad de drogas, tanto legales como ilegales, que incluyen las bebidas alcohólicas, las medicinas por receta médica, los inhalantes (vapores de las pegas, aerosoles y solventes) y medicinas de venta libre para la tos, la gripe, el insomnio y para adelgazar.'
37%
de universitarios panameños aceptaron que consumen licor con mucha frecuencia.
17%
de los universitarios que consumen licor frecuentemente son mujeres.
Encuestas realizadas a jóvenes panameños arrojan que estos utilizan los estimulantes para combatir la fatiga, aumentar su resistencia física, calmar el hambre y, en algunos casos, para la estimulación sexual mezclados con otras sustancias peligrosas.
Mientras que un informe reciente de la Caja de Seguro Social (CSS) sostiene que en Panamá el suicidio (que en ocasiones se fundamenta en el uso excesivo de medicamentos), es un problema de salud pública.
La Coordinación de Salud Mental de la CSS plantea que es necesario hacer un esfuerzo extra ahora para evitar los suicidios por los estragos que deja la pandemia de COVID-19.
Y a pesar de destacar que ha habido un avance en el mundo, las cifras son alarmantes, ya que cada 40 segundos muere una persona en el mundo por suicidio.
Hay de todo
El informe de la OEA explica que los tranquilizantes abarcan diversos fármacos, como barbitúricos, las benzodiacepinas y los medicamentos para dormir, que son conocidos bajo una amplia gama de nombres comerciales en la calle.
Advierte que los tranquilizantes producen un efecto calmante que disminuye la actividad cerebral y se utilizan a menudo para el tratamiento de la ansiedad y los trastornos del sueño.
No obstante, pueden producir efectos secundarios para la salud, como somnolencia, dificultad para hablar, problemas de concentración y confusión, de memoria y movimiento, disminución de la presión arterial y respiración lenta, destaca el organismo.
A juicio de la OEA, el consumo excesivo y descontrolado de estas sustancias son una adicción que, en el peor de los casos, puede inducir al suicidio.
Desde hace unos años, el consumo de estas sustancias figura entre las principales causas de muerte en América y Europa.
En Panamá, existen restricciones en la prescripción y el uso de estas sustancias. Incluso, una investigación de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Panamá reconoce que médicos y farmacéuticos asocian algunas de estas sustancias con la adicción a drogas.
En su más reciente informe, aunque data de hace varios años, sobre el uso de estas sustancias médicas de forma indiscriminada, el Ministerio Público encuestó a una cantidad de estudiantes universitarios y el 10.5% reconoció haber utilizado en algún momento de su vida "drogas farmacéuticas", sin prescripción médica.
Este tipo de sustancias son controladas en Panamá por los especialistas que la prescriben, al igual que los medicamentos que contienen opiodes, utilizados para calmar los fuertes dolores producidos por enfermedades como el cáncer.
En Panamá rige la Ley 14 de 19 de mayo de 2016 y el Decreto Ejecutivo 183 de mayo de 2018 que regulan el uso de sustancias controladas para fines médicos y científicos.
Estas normas se aprobaron a solicitud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, que instó a los países del mundo a regular el uso de medicamentos con opiodes.
Es una tragedia
La Coordinación de Salud Mental de la CSS espera que próximamente en Panamá se establezcan políticas nacionales para evitar que sigan aumentando las cifras de suicidios, brindando información oportuna a la población.
Recomienda implementar planes de vigilancia, restringir los medios para consumar el suicidio (armas, medicamentos u otras sustancias químicas), directrices para los medios de difusión, la reducción del estigma, la concientización y la capacitación.
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