Panamá
Jarabe asesino: recuerdos, juicios, penas y muertes
La señora Omaira Tristán cuenta como era su vida antes de ingerir dietilenglicol y cuál fue la razón por la que tuvo que tomar el jarabe.
- Luis Ávila
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- - Actualizado: 12/2/2023 - 07:20 am
Han pasado 17 duros años para Omaira Tristán, quien repasa en su mente una y otra vez, todo el calvario que ha vivido después de haber ingerido el jarabe envenenado con dietilenglicol, que hasta el día de hoy la mantiene, a ella y a todos sus familiares, sufriendo.
Su vida transcurría normalmente, pero un simple resfriado la llevó a buscar ayuda médica en la Caja del Seguro Social, sin imaginar que esto le cambiaría la vida para siempre.
Entre lágrimas, Omaira recordó que antes de verse involucrada en el tema del jarabe envenenado trabajó en una empresa en la que llevaba la planilla, labor que hizo por más de 15 años.
"En septiembre de 2006 cuando inició este tema, a mí me dio un resfriado, recuerdo que era un lunes, saqué una cita médica, fui y me recetaron Difenhidramina, me dieron dos frascos. Seguí mal, volví a sacar cita, me atendieron, me dieron otro medicamento, específicamente, jarabe sin azúcar y me pusieron una inyección, yo sentí una sensación rara", recuerda la afectada.
Luego de esto, se sintió mal del estómago y tuvo que acudir nuevamente a urgencia, posterior a esos días, circuló en las noticias el tema de un posible envenenamiento con dietilenglicol.
Cuando se conoció la noticia, una sobrina de Tristán le preguntó si tenía medicamentos en su casa con las fechas que habían sido mencionadas en los medios, que los guardara.
"Yo tenía dos frascos de Difenhidramina que me habían dado. Como estaba trabajando y esas tomas tenían que tener continuidad, yo dejaba uno en mi casa, que era el que me tomaba en la mañana y otro me lo llevaba para la oficina. Cuando se destapó esto, fui a la Caja del Seguro Social y llevé el medicamento. Recuerdo que el médico nos preguntaba cuándo no los habían recetado y los guardaban en paquetes de la institución, con los datos del paciente", narró con claridad.'
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frascos de jarabe contaminados con este veneno entregó Tristán a las autoridades panameñas.
800
dólares es lo que reciben de pensión las personas envenenadas con dietilenglicol.
60
años tiene la señora Omaira Tristán, una de las afectadas por ingerir este jarabe.
2017
se llevó a juicio a los responsables por este envenenamiento masivo.
Tristán recuerda que no es hasta el año 2009 que se dieron los resultados de que los medicamentos estaban envenenados.
Cuando esto sucede, las autoridades de salud del país, a través de una comunicado, le informaron a la población que había salido un listado con pacientes que habían sido envenenadas con este jarabe.
"Mi sorpresa fue que cuando busqué en Internet aparecía mi nombre con dos frascos de jarabe, los cuales eran positivos para el veneno. Para mí eso fue muy impactante, a uno de repente se le vienen mil cosas a la cabeza", afirmó.
Luego de esto, Omaira de 60 años de edad interpuso una denuncia en el Ministerio Público y no fue hasta el 2013, donde las autoridades competentes le confirmaron que los dos frascos de medicamentos que había entregado como prueba estaban contaminados con el veneno, algo que concordaba con lo señalado por las autoridades de salud.
"A mí se me vino el mundo encima, me puse a llorar porque yo decía Dios mío, cómo va ser esto posible. eso trajo consigo una transformación completa a nivel familiar, social y laboral".
Con nostalgia, Tristán indica que luego de esto, inició más que un calvario, un caminar, donde gracias a Dios a pesar de sus males, ha podido salir adelante.
Apoyo familiar
Durante estos 17 años que Omaira Tristán ha tenido que vivir con este tema del jarabe envenenado con dietilenglicol, uno de los puntos que destaca es el apoyo que le ha dado su familia.
"Aquí yo estoy con mi hermana, su esposo, sus hijas, todos ellos me han dado su apoyo incondicional", puntualizó.
Como todo ser humano, esta luchadora indica que en algunas ocasiones se deprime por lo que le ha tocado vivir. Recuerda que tan solo la semana pasada falleció uno de sus compañeros de lucha.
"Muchos de nuestros compañeros ya no están, muchos siguen sufriendo y yo me pregunto y digo, Dios mío, yo todavía no quiero partir, todavía tengo muchas cosas por delante, mi familia, mi otra familia que son todos mis compañeros, somos como hermanos, pero bueno, esa potestad la tiene solamente Dios", aseveró.
Tristán, a pesar de todo lo que ha sufrido, afirma que también le ha tocado escuchar las historias de sus compañeros que también se han visto afectados por este jarabe.
Recuerda que uno de los casos que más le impactó fue el del esposo de una de sus compañeras, el cual estaba hospitalizado con una gripe y le dieron el jarabe envenenado, este le decía que se estaba quemando.
"Me estoy quemando, me estoy quemando, no me den eso porque me estoy quemando, imagínese cómo era eso, porque la cantidad de jarabe envenenado no era equitativa, a unos les daban más y a otros menos", argumentó.
Justicia a medias
Luego de iniciada las investigaciones por este caso, no fue hasta el año 2017 que los responsables por este envenenamiento masivo fueron llevados a juicio.
Puntualmente, fueron alrededor de ocho las personas llevadas a juicio, ya que uno falleció.
"Estas personas fueron llevadas a juicio, sentenciadas por sus fallas administrativas y, sin embargo, todos están en sus casas, tranquilos disfrutando de su vida, ya que algunos se acogieron a acuerdos de pena y a otros los pusieron a firmar", dijo.
Posterior a esto, los cientos de afectados por este jarabe envenenado, a pesar de obtener algo de justicia en la parte penal han mantenido una lucha por estos últimos años. Los mismos han interpuesto demandas en la Corte Suprema de Justicia que aún no han sido resueltas.
Ante esto, la afectada cuenta que muchos de sus compañeros ya han fallecido, mientras esperaban que estas demandas sean resueltas, algo que para ella es inconcebible.
¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar para que nos paguen una indemnización por algo que hizo la Caja de Seguro Social?, pregunta Omaira.
Otro de los puntos que están peleando los afectados, es que cuando se concluyó todo este caso en 2017, un total de 322 personas quedaron sin certificar como pacientes envenenados con dietilenglicol.
Explicó que se creó una comisión evaluadora para ver este tema y curiosamente en los dos últimos años todas las resoluciones que se han emitido están saliendo negativas.
En 2019, el presidente Laurentino Cortizo, ordenó que se le diera seguimiento a este tema y que la misma se realizara a conciencia. Se revisará cada expediente de estos pacientes.
También está el tema de la pensión, la cual en el 2013 se estableció en 600 dólares mensuales y que cada dos año, la misma tenía que ser revisada y aumentada.
En el Gobierno anterior nos saltaron dos años y no es hasta el 2019, a través de la ley 80 que se les otorgó un aumento de 200 dólares, por lo que actualmente la pensión está en 800 dólares por cada paciente.
Hay que indicar, que cuando un paciente envenenado fallece, la pensión automáticamente pasa a sus familiares (esposa o esposo), trámite que antes se hacía a en dos meses, algo que hoy día no se da.
"Tenemos aproximadamente siete casos desde el año 2021 por fallecimiento y que aún no les han pagado", mencionó.
Omaira Tristán sostiene que cada vez que se reúnen con las autoridades, ya sea ministros, directores, etc, estos los miran y los ven como si fueran personas raras y les dicen que ellos sienten lo que ellos como envenenados pasan.
"Nadie siente lo que nosotros estamos pasando por este envenenamiento", apuntó Omaira Tristán.
Ronda el fantasma
El fantasma del dietilenglicol no ha desaparecido del todo en Panamá. Recientemente, las autoridades sanitarias del país lanzaron una alerta que trata sobre la venta libre de jarabes para la tos para niños con contaminación confirmada o sospechada con altos niveles de dietilenglicol y etilenglicol.
Esta alerta se da luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre estos jarabes, que han causado la muerte de más de 300 infantes en siete países del mundo.
La misma se suma a tres alertas más que hizo la OMS, dos en el año 2022 y una a inicio de este año 2023, igualmente, sobre los jarabes supuestamente contaminados con dietilenglicol y etilenglicol.
Elvia Lau, directora nacional de Farmacia y Drogas, emitió una circular para los profesionales y la población en general, en la cual indica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) insta a tomar medidas para prevenir, detectar y dar respuesta ante incidentes con productos médicos falsificados y de calidad subestándar. Esto con la finalidad de proteger a los niños de medicamentos que estén contaminados.
Agrega la circular, que en los últimos meses los países informaron a la OMS sobre varios incidentes con jarabes para la tos de venta libre para niños con contaminación confirmada o una sospecha de altos niveles de dietilenglicol y etilenglicol.
Estos casos se dieron en al menos siete países, asociados con más de 300 muertes, la mayoría niños menores de cinco años.
"El dietilenglicol y etilenglicol son contaminantes, sustancias químicas tóxicas que se utilizan como disolventes industriales y agentes anticongelantes que pueden ser mortales incluso en pequeñas cantidades y nunca debe encontrarse en los medicamentos", señala la circular emitida por el Minsa.
En base a los reportes de los países, la OMS ha enviado las alertas, las cuáles solicitan la detección y eliminación de medicamentos contaminados de la circulación de los medicamentos en los mercados, mayor vigilancia y diligencia dentro de las cadenas de suministros de los países y regiones que probablemente se afectarían con este tema.
El organismos también pide que en caso de detectar estos productos, notificar y comunicar a la población sobre los peligros y efectos tóxicos de los medicamentos mencionados.
La OMS instó a los reguladores y gobiernos a tomar en cuenta algunos aspectos como detectar y sacar de circulación del mercado cualquier producto médico de calidad inferior que haya sido identificado en las alertas médicas dadas por este organismo.
Igualmente, pidió que se asegure que todos los productos médicos en sus respectivos países estén aprobados para la venta por las autoridades competentes y que puedan obtenerse de proveedores autorizados o que estén licenciados.
Así como asignar los recursos apropiados para mejorar y aumentar las inspecciones basadas en riesgos de los sitios de fabricación dentro de su jurisdicción de acuerdo con las normas internacionales.
También solicitó aumentar la vigilancia del mercado, incluida las pruebas específicas basadas en los riesgos para productos médicos lanzados en sus respectivos mercados, incluido los informales.
El Minsa comentó que a pesar de que los productos contenidos en las alertas lanzadas por la OMS no se encuentran registrados en el país, como medida preventiva ha informado a la población sobre los casos de intoxicación dados en Gambia, Indonesia, etc.
En noviembre del año pasado, el Minsa advirtió sobre un jarabe denominado "Ultrafos Forte Jarabe", cuya comercialización está prohibida en Panamá y que puede haber sido distribuido en el país a través de los mercados informales.
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