¿Ha visto alguna vez a un elefante.. correr?

Si un elefante carga hacia usted a 24 kilómetros por hora, es probable que no se interese demasiado en los detalles precisos de su biomecánica o en la espinosa pregunta sobre si la bestia realmente está corriendo o sólo caminando deprisa.
Pero para los investigadores, entender estos puntos y conseguir un cuadro más claro de cómo los elefantes mueven sus siete toneladas con relativa rapidez, puede ayudar a mejorar el bienestar de estos animales, aportar información útil para la biomecánica humana, e incluso ayudar en el diseño de grandes robots.
El Dr. John Hutchinson, del RVC (Royal Veterinary College) en el Reino Unido, un experto en este tipo de investigaciones, ha mostrado que, contrariamente a los estudios anteriores y a la mayoría de las opiniones populares, los elefantes que se mueven a esas velocidades parecen estar corriendo.
Ahora, con el financiamiento del Consejo de Investigaciones para las Ciencias Biológicas y la Biotecnología (BBSRC), su equipo está usando cámaras de captura de movimiento combinadas con MRI y exámenes de CT de los elefantes, para construir modelos por ordenador en 3D de la locomoción de los elefantes y mostrar las fuerzas y tensiones en sus músculos, tendones y huesos.
Se están usando modelos por ordenador para establecer cómo se relaciona la estructura del miembro con la locomoción del elefante y para determinar por fin si realmente pueden correr, o, en términos científicos, si en algún momento ninguna de sus patas toca el suelo.
Para averiguar si los elefantes corren o no, los investigadores necesitan entender qué limita su velocidad máxima.
¿Son los tendones y músculos que tienen que resistir el impacto de las 7 toneladas del elefante, o es algo más?
Ésta no es una pregunta trivial.
Una buena comprensión de la biomecánica de los elefantes ofrece la posibilidad de mejorar el bienestar de estos animales.
Al desarrollar formas de detectar cambios ligeros en el andar y los movimientos de las articulaciones de los elefantes cautivos, sería posible detectar de inmediato un principio de osteomielitis o de artritis.
Si estas enfermedades no se tratan a tiempo, pueden hacer que un elefante pierda su capacidad de desplazarse. Otro de los hallazgos en esta línea de investigación biomecánica es que las patas de los elefantes tienen sorprendentes similitudes con nuestras piernas. Los humanos tenemos la misma estructura recta de la pierna, con un muslo largo y un pie corto.
Los estudios de la locomoción animal también son importantes para el diseño de robots que se desplacen con eficacia sobre patas en vez de sobre ruedas. Si se logra comprender cómo la evolución alcanzó la estructura de la articulación y la coordinación de extremidades de un animal tan grande como el elefante, será posible construir robots de gran tonelaje que se desplacen eficazmente sobre patas.
Existen dos especies diferentes de elefantes. Los del Asia que por lo general vemos en los circos y zoológicos, y los africanos de tamaño mayor y temperamento mucho más violento. Los elefantes del África son los que tienen los colmillos inmensos, al igual que las orejas. Un macho de esta especie puede pesar 7500 Kg.
La trompa de los elefantes es una adaptación de la nariz. En la punta se encuentran los orificios nasales.
Los colmillos de los elefantes son dientes incisivos de la mandíbula superior. Son los únicos dientes que tienen, no tienen piezas equivalentes a nuestros colmillos, pero sí tienen 12 molares y 12 premolares, 3 de cada uno en cada cuadrante de la cavidad bucal.