Panamá
Brecha social impactó en la alimentación del panameño en pandemia
Estudio indica que la restricción de movilidad impuesta durante la pandemia, afectaron los patrones alimentarios al exacerbar las desigualdades existentes.
- Miriam Lasso
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- - Actualizado: 16/4/2023 - 12:00 am
El largo periodo de confinamiento que se impuso en Panamá durante la pandemia de la covid-19, aunado a la brecha económica y social, repercutió en la calidad, alimentación y nutrición de los panameños, según reveló un estudio.
Científicos panameños evaluaron los comportamientos de salud y nutrición de la población panameña durante el período de confinamiento correspondiente a la primera ola de la pandemia de Covid-19, identificando tres patrones dietéticos que clasificaron como saludable, no saludable y un patrón dietético mixto.
Se trató de un estudio transversal utilizando una encuesta en línea para la recopilación de datos con un total de 2,475 participantes mayores de 18 años, complementada con 64 entrevistas cara a cara. Después de la validación de datos, se incluyeron 1,561 encuestas en el estudio realizado por Maritza Ríos, Jon Subinas, Celestina Delgado, Eliécer Torres, Amador Goodridge, Idalina Cubilla-Batista.
Los investigadores midieron el consumo de alimentos como arroz, tubérculos, legumbres, verduras y hortalizas de hoja verde, frutas, carne, productos del mar, pollo, cerdo, vísceras (vísceras), huevos, lácteos, grasa de frutas y animales, grasa de semillas, carne ultraprocesada, comida rápida, bebidas azucaradas, bollería y repostería (postres o dulces), té o café con azúcar y alcohol.
Entre los encuestados, el 83.3% tenía un nivel de educación universitario y el 49.9% reportó un ingreso familiar mensual de menos de $1,000, y más del 50% se autoinformaron con sobrepeso u obesidad.
Los encuestados con patrones dietéticos saludables y no saludables reportaron mejores condiciones socioeconómicas que los participantes del patrón dietético mixto, mientras que las personas con patrones dietéticos mixtos tenían ingresos más bajos, menos educación y tasas de desempleo más altas.
Estos resultados indican que las medidas de restricción de la movilidad impuestas durante la pandemia de Covid-19 podrían haber afectado los patrones alimentarios al exacerbar las desigualdades existentes.'
60.6%
Se ubicaba en patrón dietético saludable y no saludable.
39.4 %
se ubicaba en un patrón dietético mixto.
Dicho estudio también evidenció que el conjunto de variables que determina la situación social de los individuos, como el deficiente acceso al nivel de ingresos, al empleo y al nivel educativo, tiene un efecto crítico sobre la nutrición.
Los patrones de ingesta de alimentos no saludables y mixtos se caracterizaron por otros patrones de comportamiento no saludables, como un estilo de vida más sedentario y más sentimientos de ansiedad, preocupación y angustia.
Estos resultados son similares a los encontrados en otros países, donde las medidas de restricción de movilidad obligaron a muchas personas a trabajar desde casa, y la gente no podía hacer ejercicio porque los gimnasios e incluso los parques públicos estaban cerrados.
Además, los encuestados en el grupo de consumo mixto informó una disminución en el consumo de aves y huevos, que suelen ser fuentes de proteínas más accesibles, así como alimentos básicos panameños, como tortillas, arroz y legumbres.
Los participantes del patrón de ingesta de alimentos saludables presentan una mejor situación social, con unas tasas de desempleo más bajas, ingresos más altos y un nivel de educación más alto.
"Nuestros resultados respaldan la idea de que los alimentos saludables pueden no ser accesibles para todos", detallan los investigadores en sus discusiones.
En este sentido, se resalta el grupo mixto para quienes el número de comidas consumidas por día disminuyó durante el confinamiento, y la mitad de los encuestados reportaron un gasto mensual en alimentos igual o menor a $200, lo que no cubre el costo de la canasta básica de alimentos en Panamá.
Para septiembre de 2020, en plena pandemia, la canasta básica familiar de alimentos para los distritos de Panamá y San Miguelito, en términos calóricos, costó $310.24, según informes del Ministerio de Economía y Finanzas, mientras que el índice de desempleo abierto de la población pasó de 5.8 en 2019, año prepandemia a un 8.5 a octubre de 2021 en medio de la pandemia de la covid-19.
Ante estos resultados, el estudio afirma que dirigir los recursos hacia la promoción de estrategias de nutrición saludable con los impactos positivos más significativos en la salud pública es una prioridad, especialmente en situaciones críticas como lo fue la pandemia de Covid-19.
Los hallazgos para Panamá se suman a la evidencia regional de que se necesitan esfuerzos específicos para ayudar a los grupos más vulnerables a cumplir con sus requisitos nutricionales mínimos para mantener la salud.
Estas desigualdades pueden explicar los comportamientos no saludables y la disminución del consumo de alimentos saludables en la población del país, destaca el estudio.
Estas desigualdades pueden explicar los comportamientos no saludables y la disminución del consumo de alimentos saludables en la población panameña, no obstante, el estudio también evidencia que tener recursos no siempre se traduce en decisiones positivas con respecto a la ingesta de alimentos o comportamientos de salud.
Ante este escenario, recomiendan diferentes estrategias para proteger, apoyar y mantener patrones de alimentación más saludables, tales como educar a los consumidores, alentar a las familias de bajos ingresos a usar los alimentos disponibles localmente y cultivar la tierra local, así como orientar a las autoridades locales para que introduzcan buenas prácticas alimentarias en las escuelas locales y otras instituciones públicas.
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