Tierras fértiles de Boquete son usadas en bienes raíces
- Miguel Contreras (provincias.pa@epasa.com)
Los proyectos inmobiliarios se han convertido en una amenaza silenciosa para la vocación agrícola del distrito de Boquete, en donde se ubica una buena parte de las tierras más fértiles del país.



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Los proyectos inmobiliarios se han convertido en una amenaza silenciosa para la vocación agrícola del distrito de Boquete, en donde se ubica una buena parte de las tierras más fértiles del país.
- 100 dólares por metro cuadrado ofrecen los extranjeros.
Producción ha aumentado por la tecnificación de los cultivos
- La Dirección Regional del Mida en Chiriquí asegura que la producción en este distrito no ha disminuido, al contrario, ha aumentado por la tecnificación de los productores.
- Cita cifras específicas, por ejemplo, en el año de cosecha 2009-2010 se producían 31,815 quintales de papa 67,159 de cebolla, 2,600 de tomate, 1,525 de pimentón y 16,250 de café. Mientras que en el año de cosecha 2013-2014 se esperan producir 88,000 quintales de papa, 85,828 de cebolla, 12,672 de tomate, 11,088 de pimentón y 88,890 de café.
Los proyectos inmobiliarios se han convertido en una amenaza silenciosa para la vocación agrícola del distrito de Boquete, en donde se ubica una buena parte de las tierras más fértiles del país.
No solo los productores han advertido esta situación, sino también las autoridades municipales, la sociedad boqueteña y la empresa privada.
Al atractivo precio que les ofrecen las inmobiliarias y los extranjeros a los productores se suman los problemas de arrastre que mantienen a este sector en una difícil situación desde hace varios años y la falta de interés de las nuevas generaciones de boqueteños.
Berísimo Martínez, director regional del Ministerio de Desarrollo Agropecuario en Chiriquí, indicó que los productores de Boquete han dejado de producir en algunas zonas, en donde han vendido las tierras para construir proyectos residenciales.
Señaló que estas ventas afectan la producción, debido a que los extranjeros que compran las tierras no tienen vocación de agricultores y se limitan a usar el área como sitio de descanso.
Expresó que aunque los inversionistas ofrecen buenos pagos por metro cuadrado, los dueños de fincas no deben vender porque estas propiedades son la única herencia que les pueden dejar a sus descendientes.
Reveló que se están ofreciendo hasta 100 dólares el metro cuadrado en las Tierras Altas.
No obstante, esta situación ha generado otra consecuencia que podría calificarse como positiva para el agro, porque los productores de la región han tenido que tecnificar sus cultivos para aumentar su cosecha y compensar lo que se ha dejado de producir.
Martínez aseguró que el mercado nacional, por ahora, no se ha visto afectado porque los productores cosechan actualmente más por hectárea.
Agregó que los extranjeros han seguido comprando áreas montañosas, muy cercanas al volcán Barú, tierras fértiles que, considera, deberían ser exclusivas para la producción agropecuaria.
Cifras se disparan
Nury Delgado, arquitecta municipal de la Alcaldía de Boquete, destacó que en los últimos años se ha visto un notable incremento en los permisos de construcción para proyectos residenciales, que oscilan entre 40 mil y los 200 mil dólares.
Precisó que entre 2012 y 2013 se otorgaron 482 permisos de construcción y en lo que va de este, existen 122 que están aprobados o en proceso de aprobación.
Esta cantidad resulta elevada para un municipio con una superficie de 488.4 kilómetros cuadrados y una población fija de 21,370 personas. El presupuesto municipal de este distrito asciende a 324,695 dólares.
Manifestó que estos proyectos no solo van dirigidos hacia los extranjeros, también buscan clientes locales con capacidad de pago para viviendas costosas.
A pesar de la difícil situación del agro, Delgado resaltó que la actividad está trayendo un auge a la economía boqueteña, porque requiere mucha mano de obra y los inversionistas traen el progreso de la región.
Delgado consideró que ante el crecimiento de las ciudades, las personas buscan trasladarse a las Tierras Altas por su clima y paisaje, aunado a la ampliación de la vía David-Dolega-Boquete, lo que trae más movimiento de extranjeros.
No obstante, aseguró que ante el aumento de las inversiones en Boquete, se están haciendo los debidos estudios de zonificación, suelos y cálculos estructurales, para que todo sea acorde con la arquitectura del distrito y se pueda prevenir algún fenómeno o cambio en el ecosistema.
Tierras valen mucho
Por su parte, Jorge Tobar, presidente de la Cámara de Turismo de Boquete, aseguró que en los últimos 20 años las tierras en el distrito han ganado mucho valor, por las características exclusivas que ofrece la región como un destino turístico a nivel mundial.
Tobar también mostró preocupación por el deterioro de la agricultura. “La región ha tenido diversos cambios, como es el caso de que las mayores zonas de cultivo de café se han ido reduciendo, por la especialidad del rubro”, sentenció.
Explicó que ante el crecimiento económico en la región, una buena parte de las personas opta por realizar negocios y servicios comerciales como restaurantes, hoteles, servicios de transporte, guías de turismo y bienes raíces.
Se pierde la vocación
A los problemas que enfrentan los agricultores se suma la falta de vocación de sus descendientes para seguir con la actividad.
Emiglio Woker Vásquez, productor de tomate de Boquete, dijo que de las 500 hectáreas que se sembraban antes, actualmente solo se cultiva el 50%, por la poca orientación que se le ha brindado a los jóvenes para que sigan sembrando.
Atribuyó esta situación a que los padres de estos jóvenes los han enviado a estudiar otro tipo de oficio y cuando estos mueren, sus descendientes prefieren vender las fincas, “y a muy buenos precios”.
Se quejó, además, de que otros factores que mantienen al sector en la incertidumbre son el poco apoyo oficial para controlar los altos niveles de importación, la falta de financiamiento y los elevados costos de los insumos.
Cada dólar del agro produce $1.44 de valor agregado a los boqueteños
Informes del Municipio de Boquete indican que la agricultura además de generar ingresos excedentes que son intercambiados por productos y servicios, tiene un impacto multiplicador en la economía del distrito. Se calcula que por cada dólar de venta de la agricultura se produce 1.44 dólares de valor agregado en la producción del distrito.
Sin embargo, el caficultor y productor de hortalizas, Gonzalo Henrique Rojas, del distrito de Boquete, enumera otros factores que inciden en la deserción de los agricultores: la existencia de nuevas plagas y los efectos del cambio climático, que ocasionan que los campesinos no se arriesguen a cultivar y opten por vender sus tierras por necesidad.
Puntualizó que en las zonas como Bajo Mono, Jaramillo, El Salto y otros lugares se ha visto la construcción de proyectos residenciales en tierras muy fértiles que anteriormente eran utilizadas para la siembra.
A su juicio, estos problemas están motivando que el sector agropecuario día tras día esté al borde de la desaparición.
Hizo un llamado a sus colegas para que, antes de vender, analicen el daño que esto le causa al país. Los productores enumeraron otros problemas, como la falta de luz, viviendas, carreteras y educación. Todos coincidieron en que el sector debe reconvertirse para garantizar la seguridad alimentaria del país.
Informes del Mida en Chiriquí indican que actualmente los sitios de Boquete que continúan con la actividad agrícola, pero en menor escala son Camiseta, El Salto, Alto Quiel, Bajo Mono, Palmira, Cañas Verdes, Los Jaramillos, Caldera y Chiriquicito.
Mientras que las zonas impactadas por proyectos inmobiliarios y comerciales son Alto Boquete, Caldera y Jaramillo, que antes eran utilizadas exclusivamente para la agricultura.
La agricultura no crece al ritmo de otras actividades
La situación que se registra en Boquete es similar a la de otros distritos del país. Incluso la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), advierte que el agro panameño no ha crecido en los últimos años al mismo ritmo que el resto de la economía. La FAO sostiene que la participación del sector agropecuario en la economía del país viene en un franco retroceso. El peso del sector agropecuario en el producto interno bruto (PIB) del país ha caído a cerca del 3% entre los años 2007 y 2013.
Acreditan parte de este deterioro a la contracción del crédito por parte de la banca, a que los productores no son sujeto de crédito y por la falta de programas gubernamentales.
La exportación también cayó. El banano disminuyó 22.6%; melón, 22.6%; sandía, 81.1%; piña, 26.2%; café, 43.2%; carne de ganado vacuno en pie, 98.2%.
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