Cuñada de Bin Laden escribe libro

La ciudadana suiza Carmen Dufour, ex mujer de un hermano de Osama Bin Laden, dijo que escribió el libro "Un reino lejano.

Mi vida con la familia Bin Laden", para acompañar a sus tres hijas "en la angustia de ver convertido su apellido en sinónimo de maldad, infamia y muerte".

Al presentar su libro, Carmen Bin Ladin, de soltera Dufour, afirmó que se animó a escribirlo porque deseaba explicarles a sus hijas las razones del rechazo hacia ellas de la sociedad saudí, y para contar sus experiencias como esposa de Yeslam Bin Ladin, hermano de Osama, sospechoso de patrocinar el terrorismo internacional.

En el libro, la autora habla de los nueve años (de 1976 a 1985) que pasó en Arabia Saudí, retrata una sociedad donde -dice- "uno no se desarrolla como individuo", pues el clan importa más que la persona, y cuenta con detalle las relaciones entre los Bin Ladin (como ellos escriben su apellido) y la Familia Real saudí.

Hija de un suizo y de una iraní amante de la ópera, Carmen estuvo casada con Yeslam Bin Ladin entre 1974 y 1988.

Lo había conocido, de estudiante, en Ginebra -donde vivía y donde vive de nuevo desde 1986-, y llevaba ya trece años embarcada en su lucha por su libertad y por la de sus hijas, pensando en escribir su autobiografía, cuando ocurrieron los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EEUU.

"Cuando un segundo avión se empotró contra la segunda torre (de las dos del World Trade Center, en Nueva York), me quedé helada, me di cuenta de que nuestro apellido iba a ir asociado al atentado", cuenta Carmen, que recuerda que su ex cuñado ya había sonado como inductor de los ataques, en 1998, contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania.

Carmen, que en el momento de la tragedia viajaba en automóvil con la menor de sus tres hijas, Noor, entre Lausana y Ginebra, habló con la joven -que entonces tenía 14 años- para prepararla: "Le conté que al día siguiente vería su nombre en todos los periódicos".

Esta mujer, cuyo proceso de divorcio no ha concluido, ha preferido no refugiarse en su nombre de soltera pese a haberse convertido en alguien que provoca el respingo de los funcionarios de aduanas cuando ven su pasaporte.