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El matrimonio y sus problemas psicológicos
REDACCION - Publicado:
Cada matrimonio tiene su historia y su “prehistoria” empieza con la ceremonia social, el rito de la boda.La “prehistoria”, consiste en la vida de cada uno de los dos cónyuges desde antes de conocerse y luego, a lo largo de la etapa del cortejo o noviazgo.Cada uno llega a la situación matrimonial con determinadas ilusiones.Se tratará, a lo largo de la vida de la pareja, de armonizar esas expectativas con las experiencias que imponga la realidad, lo cual es siempre problemático.¿Cuántas parejas resuelven por si mismas sus problemas y cuántas necesitan ayuda especializada? Sin duda alguna, en la vida moderna los matrimonios buscan especialistas, cada vez más: ¿Será por la complejidad de la vida contemporánea o será porque existen “especialistas en matrimonios” y por ello aumenta la demanda? Parece lógico que sean las mismas causas que hacen tan problemática la vida matrimonial las que den lugar a la aparición de especialistas en los desarreglos de esa relación.A continuación, se le ocurre a todo el mundo la segunda y más angustiosa pregunta: ¿Cuántas parejas resuelven sus problemas sin ruptura del vínculo matrimonial? Las cifras varían en los distintos países, pero en los del mundo occidental y en las clases medias, uno de cada tres matrimonios termina en divorcio, separación o alguna forma de ruptura, sin contar la proporción posiblemente elevada de silenciosos sufrimientos que no desembocan en separación visible desde fuera.La historia previa, antes de la ceremonia, tiene un gran interés psicológico.Hay personas que se defienden mientras pueden y mantienen con bravura su soltería a pesar de las presiones de familiares y amistades.Existe el “miedo a casarse" que es tan importante como el temor a permanecer en estado de soltería.Las razones de la elección de pareja permanecen en buena parte ignoradas por los propios novios puesto que los secretos de su mutua atracción tienen que ver con leyes de la naturaleza, costumbres sociales, inclinaciones personales y hasta con complejos subconscientes que casi todo el mundo está de acuerdo en no hurgar demasiado.Si en la elección de pareja no ha habido demasiados motivos disparatados o irracionales, si los dos cónyuges son aceptablemente maduros y responsables y gozan de relativa buena salud física y mental, entonces las probabilidades de unión feliz y estable son altas.El matrimonio puede incrementar el bienestar personal de cada uno de los dos, enriquecer su personalidad y ayudarlos a crecer y desarrollar sus posibilidades de una manera progresiva y adulta.Las crisis se presentan en cada etapa del desarrollo de la relación: Primero durante su formación como pareja; la segunda etapa se da una vez estructurada y en relación con la llegada o no llegada de los hijos; la tercera al llegar a la mediana edad los cónyuges; y la cuarta en la vejez.Los motivos fundamentales de desacuerdo matrimonial residen en la inmadurez de uno o ambos esposos, en su falta de generosidad y exceso de egoísmo (egocentrismo, narcisismo), evolución patológica de la relación de dependencia (lazos verdugo víctima, absorbente-absorbido) falta de lazos suficientes (desinterés, desamor, divergencia progresiva).Las situaciones de un "triángulo" (la aparición de una tercera persona) son una amenaza grave para la pareja y demás miembros de la familia, si se produce como resultado de una estrategia inconsciente para compensar la infelicidad personal.