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Entrevista con María Gomori especialista en terapia familiar
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Creo que hay diferencias muy grandes entre las culturas occidental y oriental en cuanto a la familia tradicional.Por ejemplo, los chinos dan más importancia a las tradiciones familiares que los occidentales.También, hay más atención a la lealtad a la familia y a las expectativas de la familia sobre cada miembro.Cuando hacemos terapia familiar, debemos reconocer estas diferencias y respetarlas.Tomemos un ejemplo concreto: Al enfrentarse con el estrés, la gente por lo general reacciona de una de estas cuatro maneras: calmarse, culpar a alguien, ignorarlo (sin darle importancia) o racionalizarlo excesivamente.En mis grupos de trabajo, he notado que los chinos pueden entender fácilmente el calmarse.Los chinos son relativamente educados con los extraños, piensen lo que piensen internamente.Por otro lado, cuando se les pide una postura de echar la culpa a otros, muchos ni siquiera pueden llegar a señalar con el dedo a otro.Muchos hasta encuentran dificultad en decir "no" a otros.Parece que en su cultura, el echar la culpa no es algo bueno.Cuando estuve en Sudamérica, la situación fue exactamente la contraria: cada uno sabe cómo echar la culpa a los demás, pero nadie sabe cómo calmarse.En Gran Bretaña godos saben cómo ser "superracionales", como una computadora, y tampoco echan mucho la culpa a otros.LA NATURALEZA HUMANAPor lo tanto, las culturas tienen mucha influencia.Pero, la razón por la que trabajo en Taiwan, como en cualquier otro país, es porque uso un modelo que coloca el foco de las necesidades básicas de la naturaleza humana del individuo, y presta atención a las interacciones familiares, por ejemplo, cuando la familia enfrenta un estrés, ¿cómo reacciona cada miembro?, ¿qué tipo de sentimientos tiene? Estos procesos son universales, y en ellos no hay grandes diferencias entre las culturas.Como todos somos humanos, participamos de la misma naturaleza y sentimientos.Por ejemplo, todos sentimos alegría, celos, tristeza, enfado, desilusión y amor maternal.En el nivel emocional, todos somos iguales.Para tomar otro ejemplo, en cada esquina del mundo se desea la libertad y el ser capaz de ser uno mismo.Todos desean la felicidad.Y lo más importante, todos quieren ser amados; no importa en qué tipo de cultura, todos quieren ser reconocidos en lo que valen y en lo que son.Por eso, cuando alguien me dice que "no puedo mantener esa relación", y miro a su experiencia individual y entiendo qué tipo de conclusiones saca de sus vidas, me doy cuenta de una cosa: los padres no han alabado a su hijo, o el método de afirmación de los padres no era el que necesitaba el hijo, y por eso el hijo no lo siente.Como resultado, el hijo desarrolla problemas de autoestima tales como el sentimiento de "no soy capaz de ser amado" o "no soy suficientemente bueno".Conozco mucha gente que, aunque posee títulos superiores y grandes logros, aún se siente inferior.Todo proviene de la crítica de sus padres cuando eran niños y lo llevan dolorosamente durante toda su vida.RELAJAR REGLAS FAMILIARESEn la terapia familiar, comenzamos con unos conceptos importantes sobre la familia.Por ejemplo, asumimos que cada padre hace lo mejor que sabe para enseñar a sus hijos.El problema es que sólo pueden hacer lo que saben y esto proviene de lo que ellos mismos aprendieron en su propia familia, porque la vida familiar es la raíz de toda enseñanza, la familia es la primera escuela para todos los seres que vienen a este mundo.Tristemente, aunque los padres hacen todo lo que pueden, ¿por qué hay muchos niños que sufren mucho en el proceso de su crecimiento? Pienso que los errores que los padres cometen, frecuentemente nacen de una buena intención y no son errores deliberados.Simplemente, siguen los métodos incorrectos que aprendieron de su anterior generación.Por ejemplo, la gente dice a menudo "deberías", "nunca", "siempre"...Algunas normas familiares exigen que los hijos nunca muestren enfado y se diga lo que se diga siempre tienen que ser obedientes.Pero, se sepa o no, esto no es congruente con la naturaleza humana.Así, la supresión por largo tiempo del enfado puede llevar fácilmente a daños físicos y mentales.Por ejemplo, una mujer que siempre se pliega a lo que quiere su marido y reprime sus propios sentimientos y deseos para hacerlo feliz, a los quince o veinte años puede ser que desarrolle fuertes jaquecas, úlceras y otros síntomas porque su cuerpo no acepta este tipo de compromiso.En cualquier caso, este tipo de conflicto entre la mente y el cuerpo puede dejar sin atender los sentimientos del marido y producir el efecto contrario.He visto muchos matrimonios rotos por estas razones.En las clases enseñamos a la gente a transformar estas normas.Creemos que en cada regla hay siempre cierta sabiduría, pero hay carencia de elección o flexibilidad.Como seres humanos, no podemos hacer "siempre" lo mejor y lo mejor que podemos es hacerlo "algunas veces".Y algunas veces podemos romper las reglas y concedernos una excepción.REPRESENTACIONES FAMILIARES DESCUBREN MOTIVACIONESEn nuestros grupos de trabajo uso representaciones para mostrar lo que veo.Así, uso formas de expresar las experiencias internas en las que se ve envuelto el individuo.Por ejemplo, en una determinada familia, puede existir una persona que tiene mucho poder; lo coloco en una silla.Puede haber otra persona que está constantemente tratando de agradar a los demás; le pido que se arrodille.Si alguien se siente distanciado de los demás, lo separo de los demás.Además, hago dibujos basados en lo que el individuo me dice.Cuando alguien ve estas imágenes delante de sí, otras cosas le vienen a la mente.Por ejemplo, una persona puede recordar, cuando era pequeña, cómo se comunicaba la gente alrededor de ella, cómo su padre criticaba a su madre, cómo su madre trataba de agradar a todo el mundo, cómo se sentía entonces...Entonces le pregunto: "En tus relaciones con tu familia y otros amigos ahora ¿cuál es tu postura?" Al final, la gente descubre que el cuadro de sus relaciones hoy es extremadamente similar al pintado de su familia cuando era pequeña.En los grupos de trabajo, hago todo lo que puedo para que la gente entienda sus propias motivaciones y conducta en la familia, para dejarles ver lo que aprendieron cuando eran pequeños.Después de crecer, pueden investigar un poco, eliminar aquellas cosas que ya no les son útiles, y, por supuesto, mantener las que les son valiosas.Sin embargo, subrayo que en estos modelos nada es completamente bueno ni malo, correcto ni incorrecto.No estamos para criticar a la gente sino para ver qué es lo que hace.¿Qué es lo que hace.¿Qué es lo que les hace estar a gusto? ¿Qué precio pagan para actuar de tal manera? Tampoco hacemos elecciones por nadie, sino sólo les damos sugerencias y las repasamos con ellos para entender lo que les ha sucedido.Esto es lo interesante de los grupos de trabajo.Sacamos a la luz algunas cosas que antes no eran conscientes para poder llegar al corazón del problema.