variedades
José De Jesús Martínez (2)
Aristides Martínez Ortega. - Publicado:
Más profunda es esta angustia en Aquí, ahora, Quito, 1963.En el poema número 8 de la primera parte "Aquí", concentrado, como todos, en el problema de ser y de la muerte, hace uso Martínez de efectos teatrales (fue también dramaturgo), que son de gran impacto, y a los que recurre muy a menudo en todas sus obras posteriores a Tres lecciones en Versos: "Y, qué haré yo cuando el último de mí se vaya? / cuando el último de mí venga a despedirse, / me dé la mano, me sonría en silencio, / y se vaya despacio?, cuando allá, a lo lejos, / el último de mí, / se detenga un instante, inicie un gesto con la mano, / peso se vuelva, rápido, y se pierda entre la niebla…? / La muerte es eso: soledad".La anterior mención de Unamuno tiene sentido, pues Martínez está muy cerca del vasco, de su particular preocupación por el ser y la inmoralidad.En varios poemas de esta primera parte, "Aquí", toca le problema de qué le espera al hombre: "A dónde van criaturas de la vida? / cómo no regresa nadie / a decírmelo?".( "Aquí", Poema 24).Cruel y extraordinario es este descubrimiento de su inmortalidad: "Cómo sabría yo que soy eterno / si no los viera morir todos los días?".("Aquí", Poema 25).Como Unamuno, se encara con Dios, le pide a Dios prueba de su existencia, porque lo necesita para ser inmortal: "Luego Dios necesita también de las criaturas, / porque si no, cómo sabría que es Dios? / … / O quizás no lo sepa, habría que decírselo./ Dios, míranos, tonto, / ámanos".( "Aquí", Poema 28).El poema 31 es la prueba de que Martínez, como Don Miguel está convencido de que Dios es el único que puede garantizarle la eternidad: "Si viera a Dios no moriría nunca / aún cuando no tuviera nada mío en la vida".En "Ahora", continuación de "Aquí, segunda y última parte de este libro, Martínez se muestra agotado de indagar, convencido que nada ha encontrado, que es difícil, que ha perdido su tiempo: "Ah, sí, ya recuerdo./ Yo soy aquél que ayer decía / que era eterno.Que sonreía./ Me veo sonreír y me sonrío, / porque eso me divierte, / Que idiota soy! / Que era eterno.Habráse visto tamaña estupidez?".("Ahora", Poema 2).Uno de sus yo, le dice a otro: "Qué fue de aquello, al fin? Has visto a Dios? / No.Que de haberlo visto no estaría mirándome./ De verdad que tengo ganas de que lo veas, de que me dejes solo con mis cosas./ al fin y al cabo yo no necesito / saber que vivo o que me muevo./ Estoy muy ocupado para eso".( "Ahora", Poema 6).Martínez siempre vuelve sobre lo mismo.En Hacer la paz, Ediciones Tareas, Panamá, 1964, como en Poemas a ella, y Amor, no a ti, contigo, también de 1964, busca lo que es el ser, el morir, el existir.Pero en Poemas a ella la búsqueda es con las emociones del amor, y en Hacer la paz, con las emociones de hacer el amor, las del sexo: La línea temática se mantiene en Poemas A Mí, 1966.Pero es importante advertir que, a partir de Hacer la Paz, Martínez se decide por un estilo más libre, informal que lleva hasta la frontera de la prosa en One way, Panamá, 1967, su último libro.One way es un aullido agudo y dramático como el del norteamericano Ginsberg.Una protesta por la existencia caótica a que nos condena una sociedad consumidora edificada sobre los más inútiles y repugnantes principios, asumida en los más ácidos gustos y en la práctica de las más estúpidas costumbres, y a la vez agotada por la más espantosa rutina.José de Jesús Martínez es una voz distinta en su generación, y es el único que se acerca a una poesía nueva, que aún no es fácil de definir.Su influencia en los poetas posteriores a él, específicamente en los más jóvenes, ya es notoria.¿Cómo, José, también tú? ¿También túme vas a abandonar? ¿También tú, alma, me traicionas? ¿También tú te me mueres, te me escapas tras frívolos deseos? ¿También tú envejeces, te me escondes, te me alejas en el tiempo?Entonces, ¿quién queda aquí? ¿De quién son estos ojosque ven cómo te vas? ¿De quién son estas lágrimas? ¿Quién soy yo? ¿Quién está aquí? ¿Quién soy yo? ¡Socorro!("Aquí, Ahora") AQUÍ (8)Y, ¿qué haré yo cuando el último de mí se vaya? ¿cuándo el último de mí venga a despedirse, me dé la mano, me sonría en silencio, y se vaya despacio?, ¿cuándo allá, a lo lejos, el último de mí, se detenga un instante, inicie un gesto con la manopeso se vuelva, rápido, y se pierda entre la niebla…?La muerte es eso: soledad.("Aquí, Ahora")¡Oh muerte repugnante, oh ser cobarde, cómo te ensañas con los que soy todos los díasque van tan inocentes a la vida…!¡cómo te los comes, me los pierdes de tal formaque si no fuera por míni el recuerdo de ellos quedaría! Mátame a mí, si puedes, muerte tonta, conmigo, no con ellos, atrévete a medirte.("Aquí, Ahora")Si yo viera a Diosya no vería a los que soy todos los díasya no tendría necesidad de ellospara llenar esta mirada, para ser, para saber que soy eterno, ni tampocodesaparecería al perderme entre la nieblael último de mí.Viviría siempre.Pero si yo no viera a los que soy, si apartara de ellos mi mirada, ellos tampoco me podrían ver, no sabrían que viven, que se mueven, y morirían, es lo mismo.Porque quien ve el rostro de Dios, muere, y sin embargo vive para siempre.("Aquí, Ahora")Ah, sí, ya recuerdo.Yo soy aquél que ayer decíaque era eterno.Que sonreía.Me veo sonreír y me sonrío, porque eso me divierte.¡Que idiota soy! Que era eterno.¿Habrase vistotamaña estupidez?¿Por qué habré dicho eso? En fin, debo apurarme.Puedo perder el tren.(Marcela.mi corbata.Cualquiera, da lo mismo).¿Por qué habré dicho eso? ¿Por qué sonríe el muy imbécil? ¿Qué me ve?¡Ya no sonrías, tonto! ¡No me mires! ¡…, que no sonrías!("Aquí, Ahora")¿Qué fue de aquello, al fin? ¿Has visto a Dios? No.Que de haberlo visto no estarías mirándome.De verdad que tengo ganas de que lo veas, de que me dejes solo con mis cosas.Al fin y al cabo yo no necesitosaber que vivo o que me muevo.Estoy muy ocupado para eso.("Aquí, Ahora")Para tú recogerte, para estaríntegramente aquí, cierras los ojos, y te llenas entonces, te endureces, rodeada por tu piel que te aprisiona, te recupera, aprieta, te ama, te lastima.Abres los ojos y al instante huyes, te escapas, sueñas, me abandonas, y me miras de lejos con nostalgia.Vemos los cuerpos nuestros que fornicany luego nos miramos a los ojossonriéndonos de lejos, con tristeza.Oh, amémonos sin ojos, sin espacio, tocándonos, rodeándonos, buscándonos, sitiándonos el alma, como dos ciegos restregándose la vidallenos de cuerpo y de ser duro.¡Amor, amada, existes! ¡Sí! ¡Lo sospechaba! ¡Existo! ¡Sí! ¡Lo presentía! ¡Y ahora lo sé, lo sabes! ¡Más, más duro! ¡Y aguanta, sufre, amor, nos vamos a morir!("Hacer La Paz")No me comprenderá, señor Martínez.Quizás ni me recuerde.Entre nosotros, no una multitud, sino más; no un océano sin agua, sino más; nosotros mismos frunciendo el ceño, tercos en la vida opacos; más que nosotros mismos: nuestros muertos.Más de una vida ciega entre nosotroscuyas ventanas suenan por la noche.Más de una vida solamente cáscara, sólo habitada por fantasmas de asombrosas mujeresque fueron a querernos a la vidacuando nosotros ya no lo habitábamos, pero donde ellas insistieron en quedarse y llorarcomo un coro de vírgenesirreparablemente viudasy cuyo lamento se oye algunas noches.Entre nosotrosNi esos barcos noruegos de fantasmasharían la travesía entre nosotros, ni hay aviones, ni pájaros, ni voces.Sólo hay ciertos recuerdos que no vuelan pero caen, ciertos sueños profundos.Y aún esto no es seguro.Porque, ¿está usted seguro de que soy yo quien le habla?¿Acaso no podría haber alguna interferencia, líneas mezcladas, confusión de seres?Quiero que me distinga entre todo lo que ha sido, entre tanto muerto vulgar e inconforme que le reclaman sitio a empujones y gritosa la hora del reposo y del recuerdo, el labio éste que muerdo y la soberbia con que muerosin ofrecerte ni pedirle nada a su memoria.Y que también me señaley que también me acuseesta sed de pureza postmortuoria que considero inútil, y este dolorcon el que siempre quise escribir poemas y que también lo considero inútil.Yo soy aquél que pasa por sus sueñoscomo un fantasma azul o como un barco que pita en la neblina.Pero antessoy esta cosa aquí con mi trascendentalolor a calzoncillo y alma rancia.Este que en esta tarde lenta, retrasada, abandonada por el tiempo, cuando las nubes son como la mierda de Dios, miro así por la ventanatan solamente fumando, tan solamente viviendo, tan solamente mirando por la ventanay acodado en mis ojos tristemente.("Poemas A Mí")One way.Alto.Luz verde, sigue, dobla a la derecha.Cásate.Ama a tus hijos, ponchael reloj de la oficina.Stop, piensaque eres polvo y al polvoregresarás.Ahora sigue, dobla a la izquierda, ahí, acuéstateDe esa mujer no te enamores.Toma Coca-Cola.Por allí no hay salida.Más espacio, 50 millas…Entonces hazte a un lado.Apaga el motor y muéreteEntonces, recto.Sigue la flecha, Llora.Cuidado, curva peligrosa.Sacude a esa mujer antes de usarla.Veneno.Tilt.Salida de emergencia.Hombres.Men.Hale la cadena.María es una puta.Mano, manita del letrero con tu dedito señalando, puñito amputado, bien vestido, eres tú, tú mismo, túy no la puerta del excusado.¿-Qué dice? ¿Qué dice este señor? ¿Qué dice?Niño jugando, hijo, eres tú, tú mismo, túy no el hombre que serásni el padre que yo soy, la protección, la obligación, la institución, la tradición, tú mismo, tú…Está loco, no sabe lo que dice.Tú misma, tú, flechita de la calle…Todos ustedes, letreros, signosde curvas, de valores occidentales de cultura, de excusados;indicadores, síntomas, dirigiendo la vida como guardias de tránsito, flechas que señalan flechas que señalanflechas que señalan flechas quenadie sabe qué señalan…Es a ustedes, siervas, que yo vengo, yo no voy.Quítense el frac, las letras, las palabras, tomemos vino, cuéntenme algún chiste.No quiero siervos para mí, no quiero signos.Yo no quiero salir, yo vivo aquí, yo soy de aquí.Quiero cosas, objetos…Quiero ser compañero de la piedra, delperro, de la mujer, del hijo, del carro, de las moscas, de las enfermedades, de los letreros amarillosque clavan a los bordes de la carretera…_Para este señor las cosas no significan nada…Que sólo las palabras sean siervas.Nos falta el respeto.No significamos nada para él.Yo soy doctor.Yo tengo títuloYo represento a mi familia.Yo represento al pueblo.Yo a Dios.Y yo el honor.Mis hijos representan…Mi emblema representa…Mi perro representa…Mi firma representa…Tú, en cambio, nada, no representas nada.No significa nada.Eres un cero a la izquierda.Justamente, no significo nada.No soy letrero.No soy dedo, no dirijo el tránsito.¿Pero alguien ha visto alguna vez lolindo que es el color rojo, quierodecir, el color rojo, el mismo colorrojo, y no la sangre que significa? ¿Alguien se ha comidoun pan, quiero decir, un pan? ¿Ha visto algo, cualquier cosa? ¿Siquiera un bello vaso de agua, sin asociarlo a la sed queAplaca? ¿Ha visto un hijo, una mujer? -¿Pero tú no ves los que le matrimonio significa? Justamente, no.No veo lo que el matrimoniosignifica, es el matrimonio lo que veo.Para este señor las cosas no significan nadani tiene su vida sentido en consecuencia.Está desorientado, se ha perdido en el mundo,su vida no tiene sentido.No estoy perdido.Es que yo vivo aquí.Yo no quiero salir, no quiero norte, dirección, señales, yo no quiero sentido.Yo vivo aquí.Yo quiero cosas, compañeros, yo quiero una mujer, quiero cobrar el premio que me saqué naciendo.Es un bandido, un inmoral, un cínico…¿Porqué no huyo? ¿Porqué no espero a Godot? ¿Por qué por unos pocos instantes voy a vivir aquí siempre, para toda eternidad?Déjenlo ya, está loco.Vámonos.Nos deja el tren, la chiva, nos deja el tiempo, la mujer, nos botan del trabajo.Es un bandido, mírenlo ¡ahora se ha sentado!("One Way")