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La palabra mágica: “BARATILLO”
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Para el psiquiatra Eduardo Espino, el interés que suscitan los llamados de baratas y descuentos en las personas es normal, debido a que siempre impera una necesidad, ya sea de comprar un regalo, un accesorio de uso personal, un utensilio para la cocina, un espejo para la recámara o sencillamente una pieza o vestido para una ocasión especial."Esto nos mantiene en alerta ante cada anuncio, a la espera de escuchar que lo que necesitamos lo podemos adquirir a mejor costo, con descuento y hasta sin el 5%".Lo arriba descrito, asegura Espino, es un comportamiento normal, pero más fuerte entre las mujeres, quienes viven al pendiente de la moda y sus evoluciones.En este tópico, solamente es preocupante una situación y es cuando el comprador se vuelve compulsivo, impulsivo.Es decir: que no tiene control de cuánto gasta y compra por comprar."Incluso hay quienes disfrutan del sonar de la registradora.Este es un llamado de alerta para quienes están en esta situación", enfatiza Espino.Si bien es cierto, son las mujeres quienes generalmente acuden a los llamados de los anuncios de ofertas y demás.Los hombres son más cautos y medidos, al menos en lo que a compras se refiere.Este comportamiento, para nuestro entrevistado, tiene un sentido lógico."Son las mujeres quienes casi siempre hacen las compras del hogar y quienes se encargan de los regalos de la familia y demás.No estoy tratando de defenderlas, hay que aceptar que muchas compran por comprar", dice la fuente.Los baratillos cumplen una función comercial.Están llamados a enamorar al espectador, al futuro cliente, y convertirlo en comprador frecuente.La socióloga Elvira Smith dice que los baratillos son parte esencial en las sociedades de consumo.Pero hace un llamado a la reflexión, ya que aseguran que no todo lo que brilla es oro.Existen quienes hacen caso omiso de los anuncios y llamados de baratas, otros que inmediatamente acuden al llamado, pero con cautela, así como quienes se desbocan en la compra.Dice la experta que los comportamientos varían entre los individuos, pero aconseja moderación para no llegar a los excesos.Recomiendo a toda persona, sobre todo en estas fechas que se acercan, que organice un lista de sus necesidades para no hacer compras innecesarias."Hay que estar alerta para reconocer un verdadero baratillo de un verdadero fraude", explica Smith, a lo que añade: "Pienso que la autenticidad de los descuentos y las promociones la define la honestidad y la sensatez de los dueños de cada comercio".Los clientes frecuentes también pueden dar fe de la veracidad del baratillo ya que conocen los precios regulares del local.Siempre habrá baratillos, en español o en inglés, y siempre habrá compradores.Esta es parte de la vida moderna.Aprovéchelos al máximo, obtenga más por menos, calidad y novedosos productos, pero manteniendo la cordura y pensando en "Guardar pan para mayo".Con la mirada ella quiere quitarle de la mano una cartera roja que con tanto afán esa jovencita rebuscó y encontró a dólar en el tumulto de la mesa de la entrada.Un alto parlante, un hombre que grita a todo pulmón: "¡Baratillo!", y deja sorda a la transeúnte que ni siquiera tiene planes de entrar al almacén.Desesperado por vender, un hombre sale casi corriendo y está a punto de meter a la señora a una tienda de calzados, aunque ésta no esté buscando ni una chancleta.Hay que empujar para poder entrar.Se anunció con solamente dos días de anticipación la inauguración de un gran almacén con grandes descuentos.Una doña se va furiosa de la tienda.¡Cómo es posible que no me puedo probar una blusa blanca, eso es absurdo!, exclama.Era domingo y las registradoras no paraban de sonar.Las jugueterías están haciendo su japai.Ni siquiera hay estacionamiento.