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Lo que los hombres no quieren que sepan las mujeres
Daschenka Chong - Publicado:
Pensaba que los años de amistades masculinas, la convivencia como novia y esposa, la maternidad de dos hijos varones y los múltiples artículos que he leído me habían enseñado algo acerca de los hombres.Cuando este librito llegó a mis manos supe que me faltaba mucho más por aprender."Si usted se precia de conocer a los hombres, olvide todo lo que sabe y prepárese para aprender el lado oscuro que usted sabe que tienen, pero que no quiere reconocer" fue la cruda introducción de los autores Smith y Doe.En su libro "Lo que los hombres no quieren que sepan las mujeres" ellos afirman traicionar a sus colegas hombres, para darnos a conocer a las mujeres esas cosas que dirían sólo bajo tortura.Primera premisa: El hombre es un animal sexual que siempre está hambriento de presas.Usted está segura de que su pareja la ama, y es verdad, pero según Smith y Doe: "Si a un hombre se le presenta la oportunidad de tener relaciones sexuales con una mujer atractiva, sin ningún riesgo de que lo descubran o de que contraiga una enfermedad, él la aprovechará, siempre lo hará, invariablemente sin excepciones".Lo único que lo detiene de ser infiel no es el amor que le profesa (para ellos el sexo con otra persona es sexo, no tiene nada que ver con amor), sino el miedo a que salga a la luz su fechoría.Ellos fantasean y desean a otras mujeres, antes tuvieron variedad sexual y siguen necesitando de ella, aunque sea en su mente.Según los autores, los hombres tienen dos estados básicos: cargado y descargado.Su pene es como un arma, lista para disparar.El hombre empieza a cargarse 24 horas después de haber tenido su último orgasmo.Smith y Doe describen la sensación post-descarga como la de "un águila que surca el cielo feliz y plena", se siente tan bien y satisfecho que no siente la necesidad de cazar.Un hombre descargado no representa peligros, afirman, mientras que uno cargado es como un tren sin control o una bomba de tiempo.Los escritores aconsejan a las mujeres no dejar que su pareja vaya "cargada" a un lugar lleno de blancos (otras mujeres), el trabajo, por ejemplo.Los hombres también se cargan psicológicamente.¿Los motivos? Las críticas, la indiferencia, las acusaciones de coqueto o cualquier sospecha de que otro te está rondando (antes de que tú se la hagas ya su mente está planeando la revancha).Para descargarlos psicológicamente, pregúntale que le molesta y presiónalo para que responda.Dile que sabes que está molesto por la crítica que le hiciste, así podrá reconocer con mayor facilidad su descontento.Cuando él admita lo que siente, procede a descargarlo físicamente."No hay un solo hombre en la tierra con una cabeza grande lo suficientemente fuerte como para controlar su cabeza pequeña", escribieron Smith y Doe, por lo que recomiendan descargarlos psicológica y físicamente a menudo.Si sospechas que tu media naranja anda en algo raro y "casualmente" un amigo suyo te hace el comentario de que él te ama y no existe nadie más para él que tú, desconfía.Los muy vivos se tapan sus porquerías.Se conozcan o no, los hombres siempre son solidarios con los otros hombres, comportamiento que deberíamos imitar las mujeres."Los hombres siempre mienten.Si lo niegan, están mintiendo", explicaron los autores.Aunque se le agarre con las manos en la masa, siempre negará todo, jamás admitirá su culpa y hará lo posible para quedar como una víctima de las circunstancias, los chismes y las bocas malintencionadas que no quieren que ustedes sean felices.Los hombres se comportan de manera diferente en su sitio de trabajo, allí es donde se toman "vacaciones" del yugo de su esposa o novia.Les fascina que las mujeres los deseen, no importa si son de su agrado o no, y coquetearán, insinuarán y serán muy espléndidos para lograrlo.Los autores afirman que la frecuencia de la masturbación es un indicador del deseo sexual que un hombre siente por su amada.Quien lo hace con frecuencia es una "bomba de tiempo".Si no le preguntas qué es lo desea en la intimidad, Smith y Doe vaticinan que su relación se irá a pique."Si su marido le habla de una necesidad sexual, y usted no le pidió que lo hiciese, fíjese muy bien en lo que le pida por que no lo repetirá dos veces.Si no consigue lo que quiere, lo buscará en otra parte.O a lo mejor ya lo está haciendo en otra parte.El deseará y seguirá deseando lo que le pidió", observaron.Si accedes una vez y dejas de pensar en ello, "será como darle a un león adulto hambriento un enorme trozo de carne lleno de sangre", lejos de tranquilizarlo, lo inquietarán aún más.Smith y Doe aclararon que no todo en los hombres es malo, son leales, amorosos, comprometidos y aman con el alma.Aclararon que es el conocimiento de su "lado flaco" lo que nos ayudará a comprendernos y a llevarnos mejor.