¿Por dónde cojea nuestra sociedad?

Revisar nuestra conducta diaria. Siendo lo más objetivos posibles, sin racionalizar, es perentorio, para descubrir falencias y tratar de enmendarlas en la medida de las posibilidades y muchas veces a pesar de las limitantes, porque, de lo contrario seguiremos, como estamos, camino al debacle como especie.

Y en el interés de que compartir sapiencia de personas privilegiadas, entrevistamos a un filósofo nato, el profesor Javier González, quien, una vez más, nos nutre con sus acertados y sesudos puntos de vista. En esta ocasión la pregunta fue ¿Cuáles son los talones de Aquiles de la sociedad?

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A continuación, parte de lo que nos dijo. Opina que son: La inequidad, la codicia, la competición, la indiferencia, la alexitimia y la insensatez.

Y cuando habla de la alexitimia (palabrita que no conocía y acabo de aprender que es sinónimo de "analfabetismo emocional", según explica González), él escribe lo siguiente, que debe preocuparnos: "Antes, se amaba a las personas y las cosas se usaban. Hoy, en amplios sectores sociales -no tanto sociables- "las personas son usadas y las cosas son amadas"..." y precisamente, pensamos que en gran parte por eso es que el mundo trastabilla.

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En otra parte de sus respuestas, destaca que se confunde "ser competente" con "ser competidor" y explica este planteamiento. Al final, no le cabe a uno duda de que cojeamos por ese lado también como colectivo.'

"La indiferencia es pariente de la insensibilidad social". He allí otra afirmación de nuestro buen amigo, el acucioso inventor y escritor colombiano, (creador del abcdespañol, el tan utilizado y exitoso método de lecto-escritura y aprendizaje de las matemáticas), la cual es una invitación a reflexionar hasta qué punto pecamos de ello y a hacer los correctivos so riesgo de que a la larga quedemos atrapados en ese círculo vicioso de no me afecta, no me importa. No es nada mío, no me importa. No me beneficia, no me importa.

Es el parecer del profesor Javier González que es de crucial importancia "Saber distinguir entre el sano elogio y la perversa adulación". Ello permite saber si la persona es o no analfabeta emocional.

En todo caso, otras ideas suyas sobre el tema, las compartiremos en la edición "online".

Y, he aquí que sobre el poco importa hacia el prójimo abunda en detalles.