¿Realizas tus fantasías sexuales?
Publicado 2003/02/10 00:00:00
- José Miguel DomÃnguez F.
Bien se dice que la imaginación no tiene límites, por eso se ha hecho común que pregunten, sea entre amigos o cuando se realiza una entrevista a algún personaje público, ¿cuál es tu fantasía sexual? Algunos responden sin cuestionarse, sobre todo si la respuesta no trasciende, pero si se trata de ventilarlo a nivel masivo la mayoría prefiere guardarse sus fantasías en la mente.
Vivianne Hiriart, sexóloga y autora del libro Yo Sexo, Tú Sexo, Nosotros..., dice que la fantasía es lo que pasa por la mente de la persona y la actitud de querer llevarlas a cabo es totalmente diferente, pues al momento de hacerlas realidad dejan de ser fantasías.
"La diferencia es que dentro de la misma fantasía, la persona puede imaginarse que está en cualquier situación, tanto de peligro como tener relaciones en público o portándose agresivamente, pero que no necesariamente significa que le gustaría hacerlo en la realidad.
"Puede parecerle excitante imaginarse todo esto, pero tal vez no desee efectuarlas porque sabe que en la vida real tendría consecuencias o simplemente no le agradaría y esa es la diferencia", agrega, "la fantasía te permite hacer muchas cosas dentro de la misma y la realidad no".
Alejandro S. Fernández Calvo, sexólogo-psicoterapeuta, señala que el fenómeno de fantasear con imágenes o ideas eróticas se basa en gran parte a una magia y en dos aspectos primordiales:
En la primera etapa de las fantasías sexuales, las mujeres imaginan más con tener encuentros íntimos con actores, cantantes o cualquier tipo de personajes públicos famosos, y que además las acompañan en lugares cálidos y románticos, comenta. Por su lado, dice, los caballeros prefieren concentrarse en mujeres voluptuosas, ya sea conocidas o imaginarias.
"El compartir las fantasías resulta para algunas personas perturbador, pues por un lado las parejas pueden sentirse desplazadas por la persona imaginada, otras pueden sentir que están "engañando" a su pareja con el pensamiento, y esto no puede ser aceptable en algunos individuos.
"Pero si la pareja comprende que sólo es un juego de imaginación que tiene como fin aumentar la excitación de un encuentro sexual para así tener una mejor calidad de vida sexual, entonces no tienen por qué temer o sentirse infieles mentalmente", aclara.
De esta forma se aprovecha la fantasía para demostrar a la pareja que son capaces de compartir con ella los pensamientos más íntimos, que al fin y al cabo es también una prueba de amor, dice. Pueden empezar compartiendo las fantasías que son más sencillas y comprobar si son iguales a las de su pareja, señala, imaginarse haciendo el amor en lugares exóticos, románticos o en un ambiente lleno de perfumes embriagadores.
Para tener un buen repertorio de fantasías, recomienda, se pueden ayudar de las fuentes más comunes, como las películas y las revistas eróticas que son de las preferidas de los hombres, mientras que las mujeres prefieren afinar la imaginación.
Las mujeres recurren a las novelas eróticas, cuentos o películas más elaboradas y con cierto grado de romanticismo que preceda a las escenas sexuales, menciona Fernández Calvo. El error que cometen muchas mujeres, afirma, es pensar en cumplirles las fantasía sexuales a su pareja, solamente para demostrarles que sí son aventadas, aventureras o para no sufrir una infidelidad.
No se ponen a pensar que todas estas situaciones que se van guardando después se transforman en conflictos, además si la persona lo hace en contra de sus propias creencias y preferencias sexuales es seguro que pasará una mala experiencia, comenta Hiriart
Vivianne Hiriart, sexóloga y autora del libro Yo Sexo, Tú Sexo, Nosotros..., dice que la fantasía es lo que pasa por la mente de la persona y la actitud de querer llevarlas a cabo es totalmente diferente, pues al momento de hacerlas realidad dejan de ser fantasías.
"La diferencia es que dentro de la misma fantasía, la persona puede imaginarse que está en cualquier situación, tanto de peligro como tener relaciones en público o portándose agresivamente, pero que no necesariamente significa que le gustaría hacerlo en la realidad.
"Puede parecerle excitante imaginarse todo esto, pero tal vez no desee efectuarlas porque sabe que en la vida real tendría consecuencias o simplemente no le agradaría y esa es la diferencia", agrega, "la fantasía te permite hacer muchas cosas dentro de la misma y la realidad no".
Alejandro S. Fernández Calvo, sexólogo-psicoterapeuta, señala que el fenómeno de fantasear con imágenes o ideas eróticas se basa en gran parte a una magia y en dos aspectos primordiales:
En que la mayoría de la población a lo largo de su vida las presenta (fantasías sexuales), pues todos algunas vez han fantaseado con actos o situaciones sexuales y eróticas.
Las característica de estas fantasías es que rara vez este tipo de imágenes se comparten con alguna persona, por lo que se queda normalmente en su interior. "El que las fantasías sean señaladas como algo no tan común hace que permanezcan escondidas en la sociedad, debido a la formación que se nos ha dado durante años y que básicamente se podría definir como algo malo.
En la primera etapa de las fantasías sexuales, las mujeres imaginan más con tener encuentros íntimos con actores, cantantes o cualquier tipo de personajes públicos famosos, y que además las acompañan en lugares cálidos y románticos, comenta. Por su lado, dice, los caballeros prefieren concentrarse en mujeres voluptuosas, ya sea conocidas o imaginarias.
"El compartir las fantasías resulta para algunas personas perturbador, pues por un lado las parejas pueden sentirse desplazadas por la persona imaginada, otras pueden sentir que están "engañando" a su pareja con el pensamiento, y esto no puede ser aceptable en algunos individuos.
"Pero si la pareja comprende que sólo es un juego de imaginación que tiene como fin aumentar la excitación de un encuentro sexual para así tener una mejor calidad de vida sexual, entonces no tienen por qué temer o sentirse infieles mentalmente", aclara.
De esta forma se aprovecha la fantasía para demostrar a la pareja que son capaces de compartir con ella los pensamientos más íntimos, que al fin y al cabo es también una prueba de amor, dice. Pueden empezar compartiendo las fantasías que son más sencillas y comprobar si son iguales a las de su pareja, señala, imaginarse haciendo el amor en lugares exóticos, románticos o en un ambiente lleno de perfumes embriagadores.
Para tener un buen repertorio de fantasías, recomienda, se pueden ayudar de las fuentes más comunes, como las películas y las revistas eróticas que son de las preferidas de los hombres, mientras que las mujeres prefieren afinar la imaginación.
Las mujeres recurren a las novelas eróticas, cuentos o películas más elaboradas y con cierto grado de romanticismo que preceda a las escenas sexuales, menciona Fernández Calvo. El error que cometen muchas mujeres, afirma, es pensar en cumplirles las fantasía sexuales a su pareja, solamente para demostrarles que sí son aventadas, aventureras o para no sufrir una infidelidad.
No se ponen a pensar que todas estas situaciones que se van guardando después se transforman en conflictos, además si la persona lo hace en contra de sus propias creencias y preferencias sexuales es seguro que pasará una mala experiencia, comenta Hiriart
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