Se puede tener dos amores
Publicado 1999/10/18 23:00:00
- Yessika Valdés
Cloty Luna ha probado con creces su talento. La vida le ha dado la oportunidad de entrelazar sus dos grandes pasiones: su familia y el teatro. De tener que reiniciar su trayectoria, otra vez sería fiel a ambas. En el mismo orden. Aunque, antes de haber pensado siquiera en contraer nupcias ya se había enamorado de este arte al que hoy se entrega sin percatarse del correr de las manecillas del reloj.
Mozuela, en España, "en el colegio esa pasión por el teatro era una cosa tan obsesiva que si había alguna actividad teatral, allí estaba yo", comenta. Conoció a Hildebrando cuando era todavía una adolescente y supo que el teatro podría esperar. Es más, al trasladarse la joven pareja a Panamá, Cloty trató de hacer teatro, pero Antonio Gutiérrez, primo hermano de su suegra la movió a reflexionar. Le dijo una gran verdad con cuatro palabras "el teatro es sacrificio" y la colocó en una disyuntiva: ¿casarse con el teatro cuando estaba en plena luna de miel con Hildebrando? ¿Cómo serle fiel a ambos?
Ella siguió el consejo de Antonio. Priorizar la familia. Transcurrió el tiempo. Cuando sus hijos crecieron y terminaron una carrera (uno es economista, el otro financista y tiene un médico) tocó la hora de rendirse al embrujo de su otra pasión. Desde entonces, con el respaldo de su esposo ha hecho del teatro su vida.
DE VUELTA AL TABLADO
Hace 33 años, al día siguiente de casada con el Dr. Hildebrando Luna, Clotilde R. Luna llegó a Panamá. Aquí tuvo sus hijos (Hildebrando, Francisco Javier y Víctor Manuel), estudió Ciencias Computacionales y Estadísticas en la Universidad Santa María La Antigua (USMA) y ha tenido la oportunidad de actuar en alrededor de 20 obras teatrales, junto a figuras nacionales como Aurelio Paredes, Carlos Bromley y Edwin Cedeño. Además, según dijo: "he realizado producciones y también he participado de un gran número de comerciales y doblo y grabo voces para radio y televisión". Anualmente participa en por lo menos dos obras. Es socia activa del Teatro en Círculo y Expresidenta de éste. Está convencida de que "un buen actor se debe a su público" y "el teatro serio siempre lleva un mensaje".
TESTIMONIOS DE SU TALENTO
Los trabajos realizados por Cloty Luna incluyen actuación en las obras Asilo Diplomático (1987), La Sopera (1989), Enseñar a un sinvergüenza (1989), Un paraguas bajo la lluvia (1990), El Diario de Ana Frank (1991), La Ratonera (1992), Esquina Peligrosa (1992), Pato a la Naranja (1993), Una mujer sin importancia (1994), Anayansi (1995), Picospardos (1996), Bodas de Sangre (1996), Recital Poético de Sor Juana Inés de La Cruz (1987), La Virgen del Sábado (1997), La Bella y la Bestia (1997), El Burlador de Sevilla (1997), La Orgía (1997), El Limonero del abuelo (1997) y Magnolias de Acero (1998). Actualmente forma parte del elenco de Ingenuas Palomas, del autor chileno Alejandro Sieveking, que producciones Kaleidoskopio Teatro presenta hasta el 30 de octubre en el Teatro La Cúpula, bajo la dirección de Edwin Cedeño.
INVERTIR EN CULTURA
Cloty Luna se siente realizada a nivel tanto a nivel profesional como a nivel personal. Aunque con satisfacción no se pagan cuentas, ella opina que "no puedes vivir del teatro y el que vive del teatro no puede trabajar un teatro serio". He aquí cómo sustenta tal planteamiento: "No tenemos una población suficientemente grande para presentar una obra durante meses, ni lo suficientemente preparada ni culta para poner obras de cierto contenido, crítica social, esto lleva a que la persona que vive del teatro tiene que darle al pueblo un teatro comercial".
Agrega: "...el teatro para el panameño promedio es "risa". Incluso en niveles altos en este país personas que se llenan la boca de decir que van a Brodway a ver musicales son personas a las que si se les ofrece la alternativa de ver un teatro serio se aburren y las ves en las salas dormidas".
Sobre el mismo punto continuó expresando que ¿cómo hablar de cultura cuando las partidas para cultura son tan pobres? Y se lamentó de que "todavía no se coloque la cultura en el sitial que le corresponde" y de que "la gente cada día lee menos y piensa menos".
No entiende esto de que no haya recursos en el país para fomentar la cultura. Ni que nuestras autoridades no se percaten de que la gente en este país necesita cultivarse. "En nuestras conversaciones, vivir diario y en nuestras actividades teatrales tratamos de concientizar al gobierno y a los grupos teatrales de la necesidad de educar a nuestro país en teatro", puntualizó.
NO ES DRAMATICA
En lo que a Cloty Luna concierne, se siente satisfecha de sus logros: "Hago lo que me gusta y me gusta hacerlo bien. Mejor cada día. De ir subiendo mi nivel teatral en actuación y calidad de obras".
En "Ingenuas Palomas" interpreta a Amelia. No le gusta que la encasillen. Allá los críticos si quieren decir que a ella le gusta lo dramático. Para ella "esto es absurdo. Cada actor tiene su estilo".
Dedica todo su tiempo libre al teatro, porque, aunque "del teatro no se vive, te llena tanto, te da tantas oportunidades de sentirte contento contigo, con el mensaje que puedes enviar con tu actuación. Un aplauso vale mucho más que un salario. Eso no quiere decir que las personas coman de aplausos. Pero estos son reconfortantes, porque significan que lo hicistes bien y que hay un público receptivo que entiende y aprecia tu trabajo".
Cloty Luna piensa seguir adelante, le encanta trabajar con Edwin Cedeño y aunque no tiene un personaje específico, su mayor satisfacción fue actuar en "Magnolias de Acero", en 1998, "no porque yo sea dramática, sino porque fue una obra que estuvo bien puesta, bien dirigida, el elenco era maravilloso, hubo mucha armonía y yo sentí ese papel desde el fondo de mi alma". También significó mucho para ella actuar en "Esquina Peligrosa" y ahora en "Ingenuas Palomas" donde actúa junto a Elisa Fernández, Ceila González, Neysa Fergunson y Alexander Canales.
UN RETO
Sobre su papel en "Ingenuas Palomas", dijo que "es para mí un reto teatral, con una excelente dirección y un gran mensaje. Lamentablemente el público no lo entiende porque es un tema totalmente simbólico, una crítica político-social, del autor chileno Alejandro Sieveking al dictador Pinochet". El tema de esta presentación de producciones Kaleidoskopio Teatro, gana preponderancia teniendo en cuenta que Pinochet sigue siendo noticia internacionalmente y hace unos días precisamente se cumplió un año de que fuera apresado en España para ser llevado a juicio.
En cuanto a actores y artistas nacionales e internacionales, Cloty Luna admira a Eneida Valdés y a Richard Burton.
"Desde que ví a Eneida, actuar en "La Nona", soñé con poder hacer algún día la calidad de teatro suyo", dijo y siguió explicando que antes de dar el sí a una obra, trata de ver si tiene mensaje y cuál es el mensaje. Luego, decode si le da el sí al personaje que le toca interpretar. Es decir, si se siente identificada con éste.
RESPETAR AL PUBLICO
"Leo el texto mucho y hago un análisis de éste y de lo que el actor quiere decir. Me siento con el director y lo discuto. Después, comienzo a memorizar, a compenetrarme con mi personaje y para esto me tengo que despojar de lo que yo pienso y siento para poder proyectar lo que el autor quiere que yo proyecte a través del personaje".
Ella ha observado que "el actor que no memoriza pronto su personaje no lo puede pulir y esto es una falta de respeto a tus compañeros porque el personaje que no entiendes, que no sientes, no lo proyectas".
Acerca del teatro en Panamá, opina que la gente prefiere hacer cualquier cosa que ir al teatro, pues "le da pánico ir al teatro porque piensa que lo que va a ver es aburrido".
Agregó que sería oportuno sumar esfuerzos, porque, siente que hay muchas agrupaciones teatrales y tanto los recursos como el esfuerzo se diluyen. A veces hay obras muy pobres y es que como se ha comercializado el teatro, en parte debido a la escasez de actores y actrices, en Panamá a veces hay que echar mano de lo que se tiene y montar las obras a como dé lugar y esto no es saludable ni justo ni para el teatro ni para los actores ni para el público.
"Hay que dejar a un lado lo chabacano, tener buen gusto y respetar al público. Tomar en serio el teatro nos llevaría lejos, vivo testimonio de naciones latinoamericanas con renombre en este arte son Cuba, Argentina, Chile y México", afirmó Cloty Luna, quien recibió dos nominaciones como mejor actriz, en "La Víspera del Sábado" (1997) y "Magnolias de Acero" (1998).
"Cuando un productor va a hacer una producción en el renglón en que menos se debe medir es en actores. De nada sirve una escenografía excelente, ni el mejor vestuario, ni las mejores luces, si el elemento humano que tienen allí arriba no sirve", puntualizó.
Edwin Cedeño es para Cloty Luna "lo mejor que tenemos como director de teatro en el país en cuanto a preparación. Aunque, hay otros directores, que son excelentes, como Carlos Bromley, que tienen otro estilo que funciona".
Para finalizar esta tertulia con la actriz preguntamos qué significa para ella actuar. "Algo maravilloso y cada interpretación es un reto. No importa cuánto tiempo llevo actuando, cada vez que subo al escenario siento que tengo una enorme responsabilidad: interpretar mi personaje lo mejor posible para enviar el mensaje que el autor de la obra desea. Y cada vez me sudan las manos y me tiemblan las piernas. El actor que no tiene esa adrenalina dentro no es actor y no respeta al público. Y el público pueden ser una o un millón de personas. No importa quién. No importa cuántos, dos personas merecen el mismo respeto que una sala llena y tu deber es hacerlo lo mejor posible".
Mozuela, en España, "en el colegio esa pasión por el teatro era una cosa tan obsesiva que si había alguna actividad teatral, allí estaba yo", comenta. Conoció a Hildebrando cuando era todavía una adolescente y supo que el teatro podría esperar. Es más, al trasladarse la joven pareja a Panamá, Cloty trató de hacer teatro, pero Antonio Gutiérrez, primo hermano de su suegra la movió a reflexionar. Le dijo una gran verdad con cuatro palabras "el teatro es sacrificio" y la colocó en una disyuntiva: ¿casarse con el teatro cuando estaba en plena luna de miel con Hildebrando? ¿Cómo serle fiel a ambos?
Ella siguió el consejo de Antonio. Priorizar la familia. Transcurrió el tiempo. Cuando sus hijos crecieron y terminaron una carrera (uno es economista, el otro financista y tiene un médico) tocó la hora de rendirse al embrujo de su otra pasión. Desde entonces, con el respaldo de su esposo ha hecho del teatro su vida.
DE VUELTA AL TABLADO
Hace 33 años, al día siguiente de casada con el Dr. Hildebrando Luna, Clotilde R. Luna llegó a Panamá. Aquí tuvo sus hijos (Hildebrando, Francisco Javier y Víctor Manuel), estudió Ciencias Computacionales y Estadísticas en la Universidad Santa María La Antigua (USMA) y ha tenido la oportunidad de actuar en alrededor de 20 obras teatrales, junto a figuras nacionales como Aurelio Paredes, Carlos Bromley y Edwin Cedeño. Además, según dijo: "he realizado producciones y también he participado de un gran número de comerciales y doblo y grabo voces para radio y televisión". Anualmente participa en por lo menos dos obras. Es socia activa del Teatro en Círculo y Expresidenta de éste. Está convencida de que "un buen actor se debe a su público" y "el teatro serio siempre lleva un mensaje".
TESTIMONIOS DE SU TALENTO
Los trabajos realizados por Cloty Luna incluyen actuación en las obras Asilo Diplomático (1987), La Sopera (1989), Enseñar a un sinvergüenza (1989), Un paraguas bajo la lluvia (1990), El Diario de Ana Frank (1991), La Ratonera (1992), Esquina Peligrosa (1992), Pato a la Naranja (1993), Una mujer sin importancia (1994), Anayansi (1995), Picospardos (1996), Bodas de Sangre (1996), Recital Poético de Sor Juana Inés de La Cruz (1987), La Virgen del Sábado (1997), La Bella y la Bestia (1997), El Burlador de Sevilla (1997), La Orgía (1997), El Limonero del abuelo (1997) y Magnolias de Acero (1998). Actualmente forma parte del elenco de Ingenuas Palomas, del autor chileno Alejandro Sieveking, que producciones Kaleidoskopio Teatro presenta hasta el 30 de octubre en el Teatro La Cúpula, bajo la dirección de Edwin Cedeño.
INVERTIR EN CULTURA
Cloty Luna se siente realizada a nivel tanto a nivel profesional como a nivel personal. Aunque con satisfacción no se pagan cuentas, ella opina que "no puedes vivir del teatro y el que vive del teatro no puede trabajar un teatro serio". He aquí cómo sustenta tal planteamiento: "No tenemos una población suficientemente grande para presentar una obra durante meses, ni lo suficientemente preparada ni culta para poner obras de cierto contenido, crítica social, esto lleva a que la persona que vive del teatro tiene que darle al pueblo un teatro comercial".
Agrega: "...el teatro para el panameño promedio es "risa". Incluso en niveles altos en este país personas que se llenan la boca de decir que van a Brodway a ver musicales son personas a las que si se les ofrece la alternativa de ver un teatro serio se aburren y las ves en las salas dormidas".
Sobre el mismo punto continuó expresando que ¿cómo hablar de cultura cuando las partidas para cultura son tan pobres? Y se lamentó de que "todavía no se coloque la cultura en el sitial que le corresponde" y de que "la gente cada día lee menos y piensa menos".
No entiende esto de que no haya recursos en el país para fomentar la cultura. Ni que nuestras autoridades no se percaten de que la gente en este país necesita cultivarse. "En nuestras conversaciones, vivir diario y en nuestras actividades teatrales tratamos de concientizar al gobierno y a los grupos teatrales de la necesidad de educar a nuestro país en teatro", puntualizó.
NO ES DRAMATICA
En lo que a Cloty Luna concierne, se siente satisfecha de sus logros: "Hago lo que me gusta y me gusta hacerlo bien. Mejor cada día. De ir subiendo mi nivel teatral en actuación y calidad de obras".
En "Ingenuas Palomas" interpreta a Amelia. No le gusta que la encasillen. Allá los críticos si quieren decir que a ella le gusta lo dramático. Para ella "esto es absurdo. Cada actor tiene su estilo".
Dedica todo su tiempo libre al teatro, porque, aunque "del teatro no se vive, te llena tanto, te da tantas oportunidades de sentirte contento contigo, con el mensaje que puedes enviar con tu actuación. Un aplauso vale mucho más que un salario. Eso no quiere decir que las personas coman de aplausos. Pero estos son reconfortantes, porque significan que lo hicistes bien y que hay un público receptivo que entiende y aprecia tu trabajo".
Cloty Luna piensa seguir adelante, le encanta trabajar con Edwin Cedeño y aunque no tiene un personaje específico, su mayor satisfacción fue actuar en "Magnolias de Acero", en 1998, "no porque yo sea dramática, sino porque fue una obra que estuvo bien puesta, bien dirigida, el elenco era maravilloso, hubo mucha armonía y yo sentí ese papel desde el fondo de mi alma". También significó mucho para ella actuar en "Esquina Peligrosa" y ahora en "Ingenuas Palomas" donde actúa junto a Elisa Fernández, Ceila González, Neysa Fergunson y Alexander Canales.
UN RETO
Sobre su papel en "Ingenuas Palomas", dijo que "es para mí un reto teatral, con una excelente dirección y un gran mensaje. Lamentablemente el público no lo entiende porque es un tema totalmente simbólico, una crítica político-social, del autor chileno Alejandro Sieveking al dictador Pinochet". El tema de esta presentación de producciones Kaleidoskopio Teatro, gana preponderancia teniendo en cuenta que Pinochet sigue siendo noticia internacionalmente y hace unos días precisamente se cumplió un año de que fuera apresado en España para ser llevado a juicio.
En cuanto a actores y artistas nacionales e internacionales, Cloty Luna admira a Eneida Valdés y a Richard Burton.
"Desde que ví a Eneida, actuar en "La Nona", soñé con poder hacer algún día la calidad de teatro suyo", dijo y siguió explicando que antes de dar el sí a una obra, trata de ver si tiene mensaje y cuál es el mensaje. Luego, decode si le da el sí al personaje que le toca interpretar. Es decir, si se siente identificada con éste.
RESPETAR AL PUBLICO
"Leo el texto mucho y hago un análisis de éste y de lo que el actor quiere decir. Me siento con el director y lo discuto. Después, comienzo a memorizar, a compenetrarme con mi personaje y para esto me tengo que despojar de lo que yo pienso y siento para poder proyectar lo que el autor quiere que yo proyecte a través del personaje".
Ella ha observado que "el actor que no memoriza pronto su personaje no lo puede pulir y esto es una falta de respeto a tus compañeros porque el personaje que no entiendes, que no sientes, no lo proyectas".
Acerca del teatro en Panamá, opina que la gente prefiere hacer cualquier cosa que ir al teatro, pues "le da pánico ir al teatro porque piensa que lo que va a ver es aburrido".
Agregó que sería oportuno sumar esfuerzos, porque, siente que hay muchas agrupaciones teatrales y tanto los recursos como el esfuerzo se diluyen. A veces hay obras muy pobres y es que como se ha comercializado el teatro, en parte debido a la escasez de actores y actrices, en Panamá a veces hay que echar mano de lo que se tiene y montar las obras a como dé lugar y esto no es saludable ni justo ni para el teatro ni para los actores ni para el público.
"Hay que dejar a un lado lo chabacano, tener buen gusto y respetar al público. Tomar en serio el teatro nos llevaría lejos, vivo testimonio de naciones latinoamericanas con renombre en este arte son Cuba, Argentina, Chile y México", afirmó Cloty Luna, quien recibió dos nominaciones como mejor actriz, en "La Víspera del Sábado" (1997) y "Magnolias de Acero" (1998).
"Cuando un productor va a hacer una producción en el renglón en que menos se debe medir es en actores. De nada sirve una escenografía excelente, ni el mejor vestuario, ni las mejores luces, si el elemento humano que tienen allí arriba no sirve", puntualizó.
Edwin Cedeño es para Cloty Luna "lo mejor que tenemos como director de teatro en el país en cuanto a preparación. Aunque, hay otros directores, que son excelentes, como Carlos Bromley, que tienen otro estilo que funciona".
Para finalizar esta tertulia con la actriz preguntamos qué significa para ella actuar. "Algo maravilloso y cada interpretación es un reto. No importa cuánto tiempo llevo actuando, cada vez que subo al escenario siento que tengo una enorme responsabilidad: interpretar mi personaje lo mejor posible para enviar el mensaje que el autor de la obra desea. Y cada vez me sudan las manos y me tiemblan las piernas. El actor que no tiene esa adrenalina dentro no es actor y no respeta al público. Y el público pueden ser una o un millón de personas. No importa quién. No importa cuántos, dos personas merecen el mismo respeto que una sala llena y tu deber es hacerlo lo mejor posible".
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